'Veep' (6ª temporada): La comedia de Julia Louis-Dreyfus se resetea sin perder su brillantez

Al final de la tercera temporada de 'Veep' muchos nos preguntábamos qué iba a pasar con la serie porque, de alguna manera, dejaba de lado su argumento principal, ya que Selina conseguía llegar al Despacho Oval y hasta el título de la serie dejaba de tener sentido. La comedia de HBO ya no iba a tener como leitmotiv las idas y venidas de la primera vicepresidenta de Estados Unidos y su equipo, ignorados sistemáticamente por el presidente de la nación, sino que daba un paso al frente y enfrentaba a su protagonista al cargo de mayor responsabilidad y poder del mundo después de haber sido un cero a la izquierda durante su vicepresidencia.

Cuando la Veep dejó de serlo fue cuando 'Veep', precisamente, alcanzó su mejor momento. La comedia siempre ha mantenido una trayectoria estable en cuanto a su calidad pero fue en la cuarta temporada cuando alcanzó el cielo. Y ahí sigue, en lo más alto.

Al final de la quinta temporada nos volvimos a enfrentar a otra vuelta de tuerca: Selina pierde la presidencia y ni siquiera puede volver a repetir como Veep porque, inesperadamente, también Tom James (Hugh Laurie) es rechazado para el cargo. Con Selina (Julia Louis-Dreyfus demostrando una vez más que es, con permiso de Tina Fey, la reina de la comedia USA) alejada de la primera plana y los miembros de su antiguo equipo en nuevas ocupaciones, 'Veep' se enfrenta a un reinicio que, a juzgar por los primeros episodios de la nueva temporada, le ha sentado de maravilla.

Aire fresco para personajes que parecían agotados

La sexta temporada (estrenada en HBO España el 17 de abril) da comienzo un año después de la debacle, con Selina reapareciendo en televisión, concediéndole una entrevista a Dan Egan (Reid Scott), reconvertido ahora en presentador de un informativo matinal. He aquí uno de los grandes aciertos que ha tenido el equipo de guionistas: darle un soplo de aire fresco a personajes que estaban agotados, como el propio Dan, o Jonah (Timothy Simons), que ahora finge tener un cáncer (elevando el característico humor negro de la serie a cotas todavía más altas).

La propia Selina, como la serie, se enfrenta a un escenario desconocido para ella. Incluso su propia hija le tiene que dar dinero después de que su madre le dejara toda la herencia. Así pues, como si de 'Juego de Tronos' se tratara, todas las piezas se recolocan en el inicio de la sexta temporada de una serie que, y tiene mérito, sigue más fresca, inteligente, punzante y divertida que el primer día.