TAURINO Y MONÁRQUICO

Gabriel, un militante de Vox en 'First Dates': "Mi prototipo de mujer es Rocío Monasterio y Elsa Pataky"

El valenciano tuvo una cita con Marga, una mujer que era su lado opuesto políticamente pero congeniaron a la perfección.

Por Redacción El 30 de Octubre 2019 | 12:25

El programa 'First Dates' abrió las puertas a varios entusiastas con ganas de enamorarse y encontrar el amor en una amenizada cena. Uno de los comensales era Gabriel, un valenciano de 50 años quien tenía muy claros sus ideales y sus gustos a la hora de fijarse en una mujer: "Soy militante de Vox, monárquico, taurino y un incomprendido en el amor. Mi prototipo de mujer a la hora de expresarse, hablar y comunicar es Rocío Monasterio. Como prototipo de mujer que me guste su físico, es Elsa Pataky".

Gabriel y Marga en 'First Dates'

El destino quiso poner en su camino a Marga, una mujer muy alegre quien le confesó a su cita que era de izquierdas. El comercial quiso interesarse por las inclinaciones políticas de ella pero a pesar de estar en las antípodas en ideales políticos, los dos encajaron a la perfección. Durante la cena hablaron de coches, de vinos y de sus anteriores relaciones amorosas y poco a poco se fueron gustando. "No es la idea de mujer que yo tenía pero me ha cautivado y me ha seducido", dijo Gabriel.

La conversación fue subiendo de tono e incluso se confesaron sus fetiches sexuales. Marga reveló que le excitaban los hombres fornidos y llevar tacones e hizo una comparación de Gabriel con la realeza: "Me recuerda al Rey Felipe con los ojos claros, los gestos y la forma de hablar". Todo parecía ir viento en popa y aunque no coincidían a la hora de votar, demostraron que el amor lo puede todo.

Se fueron de la mano

Marga y Gabriel tuvieron clara su decisión final a la hora de comunicárselo al equipo del programa de Cuatro. Cuando le preguntaron a él, el valenciano fue claro: "Más que una segunda cita, le tiendo la mano para que si ella quiere podamos salir juntos del programa". Ante esta declaración de intenciones, Marga se mostró encantada y aceptó sin dudarlo y los dos se fueron del restaurante cogidos de la mano.