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CHARMED NEXT GENERATION - Tercera Temporada

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marlop88
marlop88
02/10/2012 20:02
charmednextgeneration-terceratemporada

Ahora James ha sido finalmente derrotado, pero el mal nunca duerme. Nahia y sus rosas negras por fin se han hecho con el ansiado trono de un inframundo dividido y en caos, pero no lo tendrán tan fácil para imponerse como la fuerza maléfica dominante: desde la superficie, Karen Andrews y su imperio financiero han triunfado con su "Proyecto Náyade", y no están dispuestos a ceder ni un sólo centímetro de su terreno. ¿Como afrontarán los Halliwell estas nuevas amenazas?

Si te has perdido algún capítulo de temporadas anteriores, pincha a continuación:
Primera Temporada
Segunda Temporada
Y descubre también el origen de todo, cómo se gestó la idea inicial y cómo se dieron los primeros pasos de nuestra serie, allá por Diciembre de 2009. Le agradecemos inmensamente su ayuda a Cacharel, sin la cual todo esto nunca hubiera surgido:
Charmed Next Generation: El origen

Starring:


- Sophia Bush -> Melinda Halliwell
- Drew Fuller -> Chris Halliwell
- Wes Ramsey -> Wyatt Halliwell
- Thomas Dekker -> Jared Bradford
- Amanda Seyfried -> Alice Halliwell
- Amanda Seyfried -> Patricia Halliwell
- Matt Lanter -> Henry Mitchell Jr
- Lyndsy Fonseca -> Rachel Mitchell
- Rachel Bilson -> Phoebe Halliwell Jr
- Y Shannen Doherty es Prue Halliwell





EPISODIOS


3x01 El camino triunfal de las rosas, Parte II (by LQSA_Recio) (SEASON PREMIERE)
3x02 El corcel sagaz y la princesa en el páramo de la soledad, Parte I (by marlop88)
3x03 El corcel sagaz y la princesa en el páramo de la soledad, Parte II (by marlop88)
3x04 Hasta que el amor nos una (by Diccionary)
3x05 Cuando una puerta se cierra, otra se abre (by LQSA_Recio)
3x06 Aeternae Tenebris (by marlop88)
3x07 ¿Qué es este lugar, Dante? (by Diccionary)
3x08 El miedo nunca muere (by Diccionary, LauHalliwell, LQSA_Recio & marlop88)
3x09 Aquellos no maravillosos años (by LQSA_Recio)
3x10 Those walk on thin ice (by marlop88)
3x11 Los orígenes del mal (by Diccionary)
3x12 Los astrales pasajeros (by LQSA_Recio)
3x13 Amor y sangre (by Diccionary)
3x14 Ignitio (by marlop88)
3x15 Carencia de expresión (by LQSA_Recio)
3x16 Punto de inflexión (by marlop88)
3x17 Al igual que los demás (by Diccionary)
3x18 The one with the sitcom (by Diccionary, LQSA_Recio & marlop88)
3x19 Nueve Reinas (by LQSA_Recio)
3x20 Curtis (by marlop88)
3x21 Peste, Parte I (by LQSA_Recio)
3x22 Peste, Parte II (by LQSA_Recio)
3x23 La canción del cisne, Parte I (by marlop88)
3x24 La emperatriz roja, Parte II (by marlop88) (SEASON FINALE)


Visita también:
* Nuestro blog: http://www.charmed-nextgeneration.blogspot.com
* Nuestro facebook: https://www.facebook.com/CharmedNextGeneration
* Nuestra wiki: http://es.charmednextgeneration.wikia.com
#941
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:03
MELINDA: (desconcertada) Es cierto… ¿En qué estaba yo pensando?
PHOEBE: Será agotamiento prenatal…
MELINDA: Vete a la mierda, guapa… (repuso harta)
PHOEBE: (ignorando el insulto) ¿Y por qué tarda tanto en salir esta mujer? ¡Lleva casi diez minutos de retraso respecto al término de su cita!
MELINDA: ¿Pero por qué todos actuáis con eso de la memoria selectiva? Me estáis poniendo de los nervios…
PHOEBE: ¿Y por qué tarda tanto en salir esta mujer? ¡Lleva casi diez minutos de retraso respecto al término de su cita!
MELINDA: Vale, es divertido que me ignores y sigas a lo tuyo, pero la gracia tiene un límite.
PHOEBE: ¿Y por qué tarda tanto en salir esta mujer? ¡Lleva casi diez minutos de retraso respecto al término de su cita!
MELINDA: Pareces un disco rallado, ¡y me aburres!
PHOEBE: ¿Y por qué tarda tanto en salir esta mujer? ¡Lleva casi diez minutos de retraso respecto al término de su cita!
MELINDA: ¡Aarg! ¡Me tienes hasta las narices!
PHOEBE: ¿Y por qué tarda tanto en salir esta mujer? ¡Lleva casi diez minutos de retraso respecto al término de su cita!
MELINDA: ¡A la mierda! ¡La voy a sacar yo misma a rastras!
PHOEBE: ¿Y por qué tarda tanto en salir esta mujer? ¡Lleva casi diez minutos de retraso respecto al término de su cita!
Melinda se levantó furiosa y se dirigió hacia la puerta del despacho del Dr. Shapiro. Justo cuando giraba el picaporte, Phoebe le sorprendió sujetándole el brazo, pues no la había oído acercarse.
PHOEBE: No puedes entrar.
MELINDA: ¡Me la sopla! ¡Ya no aguanto más!
PHOEBE: No puedes entrar. No llegaste a entrar, no puedes saber lo que pasó adentro.
Melinda hizo un aspaviento, librándose del agarrón de Phoebe, y entonces la recepcionista de la clínica se giró y reveló su rostro sin cuencas oculares, como los del restaurante.
MELINDA: (asustada) ¿Por… por qué me miran así?
PHOEBE: No pueden mirarte.
MELINDA: Lo sé, pero… aun así sé que me miran. ¿Qué quieren de mí?
PHOEBE: No puedes entrar. No llegaste a entrar, no puedes saber lo que pasó adentro.
MELINDA: ¿Qué… hay ahí… dentro?
PHOEBE: No puedes entrar. No llegaste a entrar, no puedes saber lo que pasó adentro.
Melinda agarró de nuevo el picaporte, y Phoebe volvió a agarrarla. Ella, nerviosa, dio un fuerte manotazo en el aire que empujó a Phoebe contra el suelo, mientras la recepcionista se levantaba.
PHOEBE: ¡Alto Melinda!
PHOEBE: (desde el sofá) ¿Pero qué estás haciendo?
Melinda levantó la vista, y vio a su prima pequeña aun sentada en el sofá de la recepción con la revista electrónica en su regazo. Melinda volvió a agachar la mirada, y a sus pies pudo ver que aquella a la que había empujado no era Phoebe, sino la recepcionista.
MELINDA: ¿Pero qué…?
RECEPCIONISTA: Grrrrrrrrrrr… (susurró en tono gutural)
Melinda ignoró el gesto amenazador de la recepcionista y abrió la puerta con rapidez. Sintió entonces un intenso fogonazo en los ojos que la dejó cegada durante unos instantes, pero cuando sus ojos se recuperaron su boca se abrió por completo de la sorpresa. Sobre la mesa del despacho, Alice acariciaba y besaba a su psiquiatra, sin que este pareciera colaborar demasiado pero sin impedírselo tampoco.
ALICE: ¡Oh Rupert! Sabes que lo quieres, lo sabes muy bien…
DR. SHAPIRO: Alice, no… Esto… esto no está bien.
ALICE: Lo deseaste desde el primer instante en que me viste, puedo sentirlo. Y aun lo siento…
MELINDA: ¡Oh Dios mío! ¿Pero qué estás haciendo, Alice?
Alice giró la cabeza, sonrió y entonces acarició la entrepierna del Dr. Shapiro sobre el pantalón.
ALICE: Te gusta, nene. Te gusta mucho, ¡sí!
DR. SHAPIRO: Alice, por favor… Soy un hombre casado… (le suplicó con poca energía)
MELINDA: ¡Mis ojos! ¡MIS OJOOOOS! (gritó horrorizada)
ALICE: (alegre, desde el diván) ¡Hola Mel! Dice que tengo una barra en la cabeza…
Melinda giró la cabeza y vió a Alice recostada sobre el diván, mientras el Dr. Shapiro intentaba arrancar la barra de su cabeza con unos grandes alicates. Sin embargo, Alice también seguía sobre la mesa del despacho, quitándole la camisa al doctor.
ALICE: (desde el diván) ¡Aaah, aaah, aaah! Me vibra el cerebelo…
ALICE: (desde la mesa) Es más divertido así. Es mejor, más sexy, más radiante…
ALICE: (desde la ventana) ¡Suben como pequeños insectos por mi piel! Me dicen que soy mala, y que nadie me querrá nunca…
Melinda se fijó en el rincón de la ventana. Escondida tras a una planta, había una tercera Alice aovillada junto a la pared, balanceándose y llorando desquiciadamente.
DR. SHAPIRO: (haciendo fuerza sobre la barra) Háblame de tu infancia. ¿Qué sentías cuando tu madre tenía que marcharse tan a menudo para hacer conferencias y firmas de libros?
ALICE: (desde el diván) Me quedaba con papá…
ALICE: (desde la mesa) ¿Quieres ser mi papi? Yo he sido una niña muy mala, ¡sí!
DR. SHAPIRO: (desde la mesa) No debemos, Alice. No está bien…
MELINDA: Creo que se me está yendo la olla…
DR. SHAPIRO: (desde el diván) Esta barra no sale. Creo que hay que enfocarlo desde otra perspectiva…
ALICE: (desde la mesa) Puedo estrujarte hasta que sientas como tus huesos crujen, y me pedirás más, pero nunca será suficiente. Hacerte volar sin despegar del suelo, quemarte sin sentir una llama siquiera, y que el frío polar recorra por tus venas hasta que estalles de placer, y querrás que te destroce…
ALICE: (desde la ventana, llorando) Le dije que no. Grité con todas mis fuerzas, pero él era más fuerte y tapaba mi boca con su enorme y sucia mano mientras sujetaba mis brazos con la otra. Estaba sola en la oscuridad, y pude sentir cómo desgarraba mi vestido mientras intentaba que abriese las piernas. Y yo tenía miedo de que me hiciese daño si me resistía, pero también tenía miedo de que me lo hiciese si dejaba que llegara hasta el final. Me dijo que estaría más guapa si atravesaba mi cabeza con una barra, y yo le creí…
MELINDA: Cada vez entiendo menos qué es lo que está pasando aquí…
Melinda sintió un tirón de su blusa, y entonces giró la cabeza a su izquierda. Era Alice. O al menos, otra Alice.
ALICE: No puedes entrar. No llegaste a entrar, no puedes saber lo que pasó adentro.
MELINDA: Eso tengo entendido… (respondió confusa)
#942
marlop88
marlop88
23/08/2014 19:06
Melinda volvió a mirar adentro del despacho del Dr. Shapiro, pero ya sólo había una Alice y un Dr. Shapiro, uno frente al otro a una distancia prudencial. Alice agachaba la mirada, avergonzada, mientras el doctor la hablaba con gesto serio.
DR. SHAPIRO: Me temo que no puedo hacer nada más por ayudarte. Creo que lo mejor es que busques a otro terapeuta.
ALICE: Lo siento, yo…
DR. SHAPIRO: No se preocupe, señorita Halliwell. Estoy seguro que alguno de mis colegas que le mencioné podrán tratar mejor su trastorno. Lamento no haber podido ser… más profesional con su caso.
ALICE: Yo… Está bien, lo entiendo.
MELINDA: ¿Alice?
ALICE: ¡Oh, Melinda! (dijo sonriente, limpiándose las lágrimas) ¿Qué haces aquí?
MELINDA: Phoebe y yo hemos venido a recogerte.
ALICE: ¡Oh, claro! Yo acabo de terminar mi sesión…
Alice se acercó a la puerta, pero entonces el Dr. Shapiro le hizo una señal.
DR. SHAPIRO: Señorita Halliwell, espero que puedan ayudarla a mejorar. De verdad lo espero.
ALICE: Gracias… Dr. Shapiro.
Alice se dio la vuelta y se dirigió a la salida acompañada por Melinda. Phoebe se levantó enseguida y corrió tras ellas.
MELINDA: ¿A qué ha venido eso?
ALICE: El doctor cree que ha llegado hasta donde podía con mi enfermedad, y cree lo mejor para mi recuperación es derivarme a un especialista en trastorno bipolar.
PHOEBE: ¡Huy! Pues parecía bastante seco mientras te hablaba…
ALICE: Ya… Es que no me lo he tomado muy bien, y le he roto un par de cosas. (dijo avergonzada)
MELINDA: No te preocupes por eso, seguro que es lo mejor para ti, aunque ahora no lo parezca.
PHOEBE: ¡Sí, seguro! Eso significa que estás mejorando. (repuso ilusionada)
ALICE: Ya, vale, vale… ¿Pero me podéis dejar orinar a gusto? (se quejó molesta)
MELINDA: ¿Eh? ¡Pero si por ahí está la salida, no el baño!
ALICE: ¡Dejadme en paz, par de urracas! ¡Que ya no me aguanto!
Alice abrió la puerta de salida de la consulta, pero ya no daba a la calle, sino al baño del segundo piso de la mansión Halliwell.
MELINDA: ¿Cuándo hemos anexado nuestro baño a la consulta de Alice? (preguntó confusa)
PHOEBE: Ay, tonta… ¡Eso siempre ha estado ahí!
MELINDA: ¡Eso no es cierto! ¡A mí no me tomes por loca, aquí pasa algo raro!
ALICE: Ya, pero si os soy sincera, ahora mismo eso me importa menos que un mojón con patas.
Alice, sonriente, entró en el baño y cerró de un portazo. Phoebe se quedó mirándola ofendida, mientras Melinda negaba con la cabeza de desesperación.
PHOEBE: ¿Pero tú has visto cómo nos ha echado? Desde luego, algunas cosas no cambian tanto…
Melinda le dedicó una mirada de desdén, harta de que su prima negara lo evidente, y se giró. Aquello ya no era la consulta del Dr. Shapiro, sino el pasillo del primer piso de la mansión. Sin embargo, aquello ya no le sorprendía.
Pasó por delante de la habitación de Chris, y se sorprendió de que la puerta no estuviese cerrada. Seguramente debía de haber sido un descuido suyo, pues él seguía aun dentro, inclinado sobre su escritorio como si intentase ocultar algo.
MELINDA: (golpeando el marco de la puerta) ¡Toc, toc!
CHRIS: (sobresaltándose) ¡¿Qué?! ¡Oh, Melinda! Eres tú…
MELINDA: ¡Vaya! Pues menudo recibimiento…
CHRIS: ¡Oh! Perdona Mel, últimamente estoy un poco… raro.
MELINDA: No hace falta que lo jures. ¿Y qué haces?
CHRIS: ¿Yo? Eh… no. Nada, nada. (respondió nervioso)
MELINDA: ¿Es un secreto?
CHRIS: Tú guardas un secreto en tu interior que no quieres que nadie más descubra. Como si sintieras que nadie más lo aceptará, incluso tú misma…
MELINDA: ¿Qué? ¡¿Qué has dicho?!
CHRIS: Eh… no, no hay ningún secreto. Bueno… es un reloj.
Chris se apartó un poco, dejando que Melinda pudiera ver el reloj antiguo de Summer que inexplicablemente había llegado hasta él.
MELINDA: ¡Ah, ese reloj!
CHRIS: Era de aquella chica, pero no entiendo cómo ha llegado a mis manos.
MELINDA: ¿Y qué haces con él?
CHRIS: Cuando choqué con ella, este reloj cayó al suelo y se rompió. He estado intentando arreglarlo, pensé que al menos eso me ayudaría un poco a estar en paz con su espíritu, pero ando bastante perdido. Es que no tengo ni idea de relojería…
MELINDA: ¡Ah, claro! ¿Y eso es lo que has estado haciendo todos estos días?
CHRIS: Sí, bueno…
MELINDA: Claro. Por eso apenas comías, o dormías, o tan siquiera salías de la habitación…
CHRIS: Sí. Siento como si esto fuese algo importante, pero soy incapaz de encontrar la respuesta…
MELINDA: La respuesta… (susurró para sí)
CHRIS: ¿Qué dices?
MELINDA: Ella es la respuesta. Es algo que alguien me dijo hace mucho tiempo, pero no consigo recordar quién fue… Quizá se refería a esta chica.
CHRIS: Entonces… ¿no crees que esté loco?
MELINDA: Sí. Bueno, al menos no más que Alice. (respondió entre risas)
PHOEBE: Oh, ¿riéndoos de mi hermana la loca? (dijo alegre, apareciendo de repente desde atrás)
MELINDA: Oh, perdona Phoebe…
PHOEBE: Tranquila, en el fondo estamos todos en esta familia un poco locos. ¡Anda! ¿Y ese reloj?
Chris, al ver que Phoebe se había fijado en el reloj de Summer, intentó esconderlo con las manos, con poco éxito.
PHOEBE: Es ese con el que estabas trasteando durante el desayuno, ¿no?
MELINDA: Phoebs, no le agobies.
PHOEBE: ¿Lo puedo ver? ¡Anda, porfa! ¡Déjamelo ver!
MELINDA: ¿Pero tú qué puñetas entiendes por agobiar? (le recriminó enfadada)
PHOEBE: ¡Pero si no va a pasar nada porque me lo deje ver un segundito! ¡Anda, anda!
CHRIS: (aovillándose sobre la silla) Eh… no, no…
#943
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:07
PHOEBE: ¡Anda, que no lo voy a romper!
Chris intentó apartarse un poco, pero Phoebe se lanzó con rapidez sobre él. Forcejearon durante unos segundos, pero finalmente Phoebe acabó arrebatándoselo de las manos, ya que Chris era presa del hambre y el cansancio. Phoebe se dispuso a echarle un ojo, pero entonces sintió un horrible espasmo por todo el cuerpo, y el reloj cayó con fuerza al suelo.
CHRIS: ¡Mi reloj! (se quejó con tristeza)
MELINDA: ¡Phoebe! ¡Eres una pedazo de bruta!
PHOEBE: (sobresaltada) No era un problema de empatía. Tenía una premonición atragantada que se me acaba de disparar…
MELINDA: ¿Has tenido una premonición?
CHRIS: (agitando los brazos de Phoebe) ¿Premonición? ¡¿Qué has visto?! ¡¿Aparecía esa chica?!
PHOEBE: ¡Aagh, que me vas a marear!
CHRIS: Oh, lo siento… (repuso ofendido)
MELINDA: ¿Y qué has visto en la premonición?
PHOEBE: Era muy críptica, pero he podido ver a un hombre con traje atacado por un grupo de soldados esos de Red Swan, y luego al tal Benjamin haciéndole algo en el cuello. No sabría decir qué más…
MELINDA: ¿Y no sabes por casualidad quién era?
PHOEBE: (dubitativa) El caso es que me suena, pero…
CHRIS: Qué útil…
PHOEBE: ¡Oye! (saltó ofendida)
MELINDA: Al menos sabemos que Karen tiene pensado cometer un nuevo asesinato. Y debe ser alguien importante si está dispuesta a correr el riesgo.
CHRIS: Pero si no sabemos quién es, lo que Phoebe acaba de ver bien vale una mierda.
PHOEBE: ¡Ey, que estoy delante! (insistió ofendida)
MELINDA: Chris, no te pongas picajoso, ella hace lo que puede. Phoebs, ¿hay alguna forma de que puedas mostrarme su cara? Quizá yo sepa de quien se trata.
PHOEBE: Sí. Bueno, ya hice algo parecido con Rachel cuando Bobbie estaba enferma.
MELINDA: (pensativa) Bobbie… Creo que había algo que tenía que decirle, o que me tenía que decir, pero no puedo acordarme.
CHRIS: ¿Todo bien?
MELINDA: Mmm, es igual. Seguramente no era tan importante…
Melinda extendió su mano, y Phoebe posó la suya encima con cuidado y cerró los ojos.
MELINDA: Phoebs, esto no fun… ¡Aarg, joder! (se quejó por el choque mental) ¿Sientes eso cada vez que tienes una premonición?
PHOEBE: A veces…
MELINDA: ¡Pues menuda bolsa de mierda!
CHRIS: ¿Y bien?
MELINDA: ¿Y bien qué?
CHRIS: ¡El hombre! ¿Quién es ese maldito hombre?
MELINDA: ¡Oh! Es Harvey Montgomery, el senador de Illinois. Se va a presentar a las primarias para la presidencia.
PHOEBE: ¡Oh, es verdad! Si dio un discurso hace poco en el campus… (dijo avergonzada)
CHRIS: Así que a Karen le ha dado ahora por apuntar alto…
MELINDA: Querrá asegurarse al candidato perfecto para que mire a otro lado con sus chanchullos ilegales.
PHOEBE: E imagino que con la ristra de poderes que puede obtener gracias al Proyecto Náyade, cualquier guardaespaldas o equipo de seguridad que intente proteger al senador fracasará irremediablemente.
CHRIS: Por eso debemos encargarnos nosotros mismo personalmente de protegerle. Creo que era lo que Summer habría querido…
PHOEBE: Ah, esa chica… (dijo con un gesto pícaro)
MELINDA: Y bien, ¿ahora qué? ¿Reunimos a la banda de los X-Men?
CHRIS: Sí, deberíamos estar listos lo antes posible y el mayor número de nosotros que podamos. No podemos estar seguros de hasta dónde llegará Karen para cumplir su objetivo.
PHOEBE: Entonces yo me voy a meterle prisa a Alice para que termine en el baño. ¿Tú avisarás al resto, Chris?
CHRIS: Sin problema. Ahora mismo vuelvo.
Chris desapareció entre órbitas, y Phoebe se fue corriendo por el pasillo. Melinda se agachó y recogió el reloj del suelo, intranquila, y lo dejó en la mesa.
Al salir al pasillo, Melinda se encontró con una sorprendida Rachel.
RACHEL: ¡Uy, vaya! ¿Qué pasa ahora? Phoebe corre como si estuviesen invadiendo Kuwait de nuevo…
MELINDA: Hay problemas.
RACHEL: Vaya novedad… ¿Zorra número uno o zorra número dos? (repuso desganada)
MELINDA: Karen. Parece que van a intentar asesinar al Senador Montgomery.
RACHEL: ¿Elevando el nivel de maldad? Eso no me gusta nada…
MELINDA: Bueno, ya estaremos ahí nosotros para patear su fofo trasero operado.
Melinda se dispuso a pasar del largo, pero Rachel le paró en seco.
RACHEL: ¿Mel?
MELINDA: (girándose) ¿Ocurre algo, Rach?
RACHEL: Quería darte las gracias por no decir nada de lo que viste cuando preguntaron por Bobbie esta mañana durante el desayuno.
MELINDA: ¿Lo que vi?
RACHEL: Ya sé que no es para tanto, pero… no sé, no me sentía cómoda diciendo la verdad.
MELINDA: No entiendo, ¿a qué te refieres? No sé de lo que me hablas…
Rachel, sin siquiera dar explicaciones o mirar a Melinda a la cara, se acercó hasta la puerta del ático. Melinda la siguió extrañada, por si acaso le ocurría algo, pero entonces se fijó que hablaba con alguien en un tono algo elevado.
RACHEL: ¡No, eres tú quien no lo entiende! ¡Es peligroso!
Melinda se acercó un poco más y centró su atención a media altura de la escalera del ático.
MELINDA: ¿Bobbie? ¿Pero no se había quedado en su casa por un par de días? (susurró confusa)
BOBBIE: He visto lo que le hizo a toda esa gente, y yo fui tan tonta de ayudarla sin cuestionarme. ¡Y lo que me hizo a mí! ¿Cómo puedes pretender que me quede quieta ante todo eso?
RACHEL: Bobbie, la magia es peligrosa. ¡Ella es muy peligrosa!
BOBBIE: ¡Lo sé! ¡Por eso estoy dispuesta a hacer lo que sea por conseguir detenerla de una vez por todas!
#944
marlop88
marlop88
23/08/2014 19:09
RACHEL: Pero yo no quiero…
BOBBIE: ¿No quieres que ayude? ¿Tan inútil me ves? ¿Tan débil?
RACHEL: ¡NO! Es sólo… he visto lo que la magia puede hacer. Lo que le hizo a mi hermana. ¡No quiero que te ocurra nada malo!
BOBBIE: ¿Pero a ti sí está bien que te ocurra? ¿Tú si puedes ponerte en peligro?
RACHEL: ¡No es eso! Yo… sólo quiero protegerte.
BOBBIE: Pero yo no soy ninguna niña desvalida que necesita ser rescatada hasta de su sombra. Y me ofende que me veas así. Quiero ser útil, pero siento que tú sólo quieres mantenerme encerrada como un pez de colores en un acuario…
Melinda se sentía incómoda, así que se dispuso a alejarse sigilosamente, pero la madera crujió demasiado fuerte, haciendo que Rachel y Bobbie se fijasen en su presencia.
MELINDA: Oh, yo… Lo siento, no pretendía espiaros.
RACHEL: (desde detrás de Melinda) Gracias por no decir nada.
Melinda se giró sorprendida, y entonces se dio cuenta de que Rachel se encontraba en el mismo sitio en que estaba antes de que comenzase aquella discusión.
MELINDA: Yo… lo acabo de ver, pero no pasó ahora… (dijo confusa)
RACHEL: Tu percepción de la realidad falla. Aun no eres consciente de lo que sucede…
MELINDA: Sí, claro… (repuso en tono irónico) Por eso Bobbie quería estar sola en casa…
RACHEL: Sí. Era la primera pelea seria que hemos tenido, y se dijeron cosas que querría olvidar…
MELINDA: (acariciándole la mejilla) Tranquila Rachel, seguro que lo arreglareis todo muy pronto. No conozco a una pareja más perfecta que Bobbie y tú.
RACHEL: Gracias Mel. Lo digo de veras (respondió sonriente)
Melinda se dispuso a bajar las escaleras algo desconcertada. Sentía un extraño escalofrío recorriendo por las piernas, como cuando el viento agitaba su falda en un día de invierno, a pesar de llevar vaqueros. Llegó hasta la cocina, y se sorprendió en encontrar a toda la familia reunida en la mesa frente al libro de las sombras y preparando armas y pociones.
CHRIS: ¡Oh, Melinda! ¿Ya estás lista?
MELINDA: ¿Cómo que si estoy lista?
PRUE: Phoebe y Chris nos han puesto al día, y ya casi estamos preparados.
MELINDA: Pero no entiendo… Acabo de venir ahora mismo de arriba.
WYATT: Yo creo que lo mejor es que nos dividamos por parejas, es lo más práctico por si nos atacan.
MELINDA: ¿Pero cuándo ha vuelto Chris?
PHOEBE: Yo he encontrado esto en el libro, se llama cristal telepático. Creo que puede ser útil para mantener el contacto durante la operación, si emplean inhibidores de comunicaciones como los que vi en el futuro.
PATRICIA: ¡Genial! Aunque creo que es demasiado pequeño como para que cada uno pueda tener una esquirla…
MELINDA: ¿Cómo habéis llegado tan rápido?
PHOEBE: ¡Trabajo con lo que puedo! (repuso ofendida) Creo que podremos sacar cuatro esquirlas, cinco quizá. Con una por pareja deberá ser suficiente.
PRUE: Siendo tan pequeño, su efectividad estará limitada. Aunque supongo que deberemos conformarnos con lo que tenemos. Por cierto, ¡estos planos del edificio del Senado de Illinois son increíblemente detallados!
MELINDA: ¿Cómo es que no me habéis avisado?
PHOEBE: ¡Gracias! Pero todo el mérito es del hackeo de Rachel. Yo sólo husmeé en el registro una vez que ella me abrió las puertas…
PRUE: Felicidades a ambas, es un trabajo excelente.
MELINDA: Algo está pasando aquí…
RACHEL: ¡Oh, gracias! Pero hasta un simio podría haber desconfigurado fácilmente los protocolos de seguridad de un sistema clyxo tan obsoleto con un código thianne…
HENRY: (confuso) Oigo palabras saliendo de su boca y todas me suenan a vietnamita…
MELINDA: ¿Por qué actúan como si no pudieran oírme?
PATRICIA: Ay bobo, ya podrías parecerte un poco más a tu hermana… (dijo entre risas)
MELINDA: ¡Ey! ¿Podéis oírme?
HENRY: ¡Oye! (dijo ofendido) ¿Y acaso tú has entendido lo que significa?
PATRICIA: Emm… ¿Y cómo nos dividiremos?
HENRY: Lo que yo decía…
MELINDA: ¿Qué pasa aquí?
WYATT: Yo iré con Alice, es mejor que yo la apoye con mis habilidades hasta que recupere un dominio absoluto de su poder.
ALICE: Por mí vale, a mí esto me aburre como un pimiento…
PRUE: Me parece buena idea, Wyatt. Rachel y Henry deberíais ir juntos también, creo que así sois más fuertes.
PHOEBE: Yo casi que mejor si no estoy con Chris. Esa última premonición que me dejó fue bastante desagradable...
CHRIS: Muchas gracias… (repuso ofendido en tono irónico)
MELINDA: ¡Basta! ¡Decidme ahora mismo qué demonios está pasando aquí!
Todos los presentes dejaron de repente sus quehaceres, y como si estuviesen en una especie de trance miraron a Melinda con los ojos muy abiertos.
PATRICIA: Racionalizas lo irracional…
HENRY: No eres consciente…
PRUE: No puedes ver una sombra mirando directamente a la luz…
WYATT: No quieres hacerlo…
PHOEBE: Una venda cubre tus ojos…
CHRIS: No hay orden en el caos…
ALICE: No puedes ver la escena completa desde el interior del cuadro…
RACHEL: Quieres creer la mentira…
TODOS: Tu percepción de la realidad falla. Aun no eres consciente de lo que sucede…
MELINDA: Yo… no lo entiendo. Está… algo está pasándome, algo malo… (dijo asustada)
Melinda se fijó en que poco a poco las cuencas oculares de su familia estaban desapareciendo, dejando su rostro liso desde la frente hasta las mejillas. Aterrada, comenzó a dar pasos hacia atrás de espaldas mientras todos se aproximaban a ella lentamente. Chocó entonces con la puerta principal, que por una extraña razón ahora estaba en la cocina, y entonces oyó como alguien llamaba a la puerta. Melinda, asustada por lo que pudiese encontrar al otro lado, agarró sin embargo el pomo y abrió lentamente. Al otro lado, Jared estaba sonriendo, sosteniendo a su hija Bianca en el pecho con una mochila portabebés.
JARED: Hola Mel, traigo a la peque como prometí. Un poco más y habría sido incapaz de arrancarla de los brazos de su abuelo. (dijo entre risas)
MELINDA: ¡Jared! (respondió aliviada) ¡Ayúdame, por favor! Algo extraño está pasando aquí…
#945
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:11
JARED: (confuso) ¿Algo extraño?
MELINDA: ¡Sí! Mira, están todos como lo…
Melinda se giró para mostrarle la extraña conducta de su familia, pero cuando se giró pudo ver que habían vuelto a preparar pociones y a trazar estrategias.
JARED: ¿Pasa algo malo en la Maison Halliwell?
MELINDA: ¿Eh? Yo… No sé, creo que solo es que estoy un poco cansada. ¡Sí, debe ser eso! Tonterías… (se justificó sonriente)
JARED: Menos mal, ya me estaba preocupando…
Alice se acercó corriendo y le quitó de los brazos de Jared a su sobrinita, deseosa de juguetear con ella. Jared entonces aprovechó para rodear con su brazo el hombro de Melinda y se inclinó para darle un beso, pero ella se apartó con rapidez.
MELINDA: ¿Qué puñetas estás haciendo?
JARED: Oh, perdona. Pensé que después de nuestra cita del otro día las cosas eran… no sé.
MELINDA: (negando con la cabeza) Ahora mismo todo lo que pasó aquella noche está muy confuso en mi cabeza…
JARED: Lo sé, pero no por mucho tiempo. Aunque el concepto del tiempo es irrelevante ahora.
MELINDA: ¿Por qué?
WYATT: ¡Oh, Jared! Qué bien que hayas venido justo ahora. ¿Te apetece unirte a una cacería de patos?
JARED: Sólo si me aseguras que le daremos un buen puntapié a la reina de los patos.
WYATT: Puedes contar con ello, si es que la dichosa Karen tiene el gusto de presenciarse. Iremos en parejas, para abarcar más terreno.
JARED: Buena táctica. Yo iré con Mel, si a ella no le importa. Así podremos charlar un poco de paso.
MELINDA: ¿Eh? (balbuceó sorprendida al ver que mencionaban su nombre) Ah sí, claro…
JARED: Melinda.
MELINDA: ¿Sí?
JARED: Quiero que sepas que, a pesar de lo que suceda entre nosotros, siempre estaré a tu lado.
MELINDA: (confusa) Vale… ¿y por qué me dices esto ahora?
JARED: Hay cosas que van a suceder, cosas que pueden trastocar tu forma de ver el mundo… Solo quiero que sepas que nada de esto es culpa tuya, y que siempre estaré a tu lado cuando me necesites.
MELINDA: ¿Por qué me hablas de forma tan extraña? ¿Qué va a pasar?
JARED: (mirando desconcertado a su alrededor) No es ahora. Ha pasado ya… y pasará… y está pasando. No hay cohesión.
MELINDA: (asustada) Mi percepción de la realidad falla. Aun no soy consciente de lo que sucede…
Melinda se fijó en Jared. Él le devolvía la mirada con pánico, desplazándose hasta ella como a cámara lenta. Jared se lanzó sobre Melinda y la tiró al suelo, justo a tiempo de esquivar un disparo de arma láser.
MELINDA: ¿Qué ha pasado?
JARED: ¡Al final del pasillo, Mel!
Mel se incorporó un poco, y se fijó en que aquello no era la Mansión Halliwell, sino un largo pasillo de lo que parecía un edificio de oficinas. A lo lejos se aproximaba a la carrera un soldado de Red Swan, dispuesto a disparar de nuevo su arma, pero Melinda alzó los brazos más rápido y dirigió contra él una descarga de baja intensidad de su combustión molecular que le tiró por los aires, dejándole inconsciente.
JARED: No deberían haberte dejado venir al edificio del Senado en tu estado…
MELINDA: El edificio del Senado de Illinois… ¡Ah! (balbuceó al darse cuenta de dónde se encontraba) Es que… no lo sabe nadie. Bueno, sólo Phoebe.
JARED: (extrañado) Pero… ¿por qué lo ibas a guardar en secreto? Más con una vida como la nuestra…
MELINDA: ¡No lo sé! Por alguna razón sentía que debía mantenerlo oculto. No sé, no puedo explicarlo…
JARED: No es que fuese algo que se pudiera ocultar por mucho tiempo. Pero supongo que eso ahora ya no importa…
MELINDA: ¡Aagh, mierda! (gritó sorprendida al ver dos nuevos soldados)
Melinda volvió a alzar los brazos, y en esta ocasión paralizó a ambos con su inmovilización molecular.
MELINDA: Sería todo más fácil si no tuviera que reprimir mis poderes con ellos. (se quejó desganada)
JARED: Ya, pero a pesar de esos poderes adquiridos por el Proyecto Náyade, siguen siendo seres humanos.
MELINDA: Sí, supongo que no estaría del todo bien, al fin y al cabo. Además, a saber qué clase de drogas les habrán dado para manipular su conducta. Pobres…
PHOEBE: Mel, ¿puedes oírme?
Melinda sostuvo el trozo de cristal rojo que llevaba con un cordel anudado al cuello y respiró hondo.
MELINDA: Te oigo perfectamente, Phoebs. ¿Qué sucede?
PHOEBE: Hemos localizado a Benjamin cerca de la sala de conferencias de la segunda planta. Vosotros estáis cerca, ¿verdad?
MELINDA: ¿Benjamin?
JARED: Es el vicepresidente de Red Swan. ¿Qué dice Phoebs? ¿Qué pasa con él?
MELINDA: Estaba en la premonición de Phoebe. No sé por qué estará por aquí, pero siendo uno de los jefazos, no puede ser nada bueno.
Melinda se dispuso a correr para dirigirse a las escaleras, pero entonces recordó algo que le hizo parar en seco.
MELINDA: ¿Dónde está Bianca?
JARED: Está a salvo.
MELINDA: Ya, ¿pero dónde?
JARED: Mi padre vino a casa a buscarla. ¿No lo recuerdas?
MELINDA: Yo… no. ¡No! (respondió asustada) ¿Cómo he llegado hasta aquí?
JARED: Chris nos orbitó junto a Patricia, Phoebe y Prue. Patty estaba contando una anécdota sobre una enfermera que se cayó sobre el pudin de una ancianita, y nos reímos todos. ¿Te acuerdas?
MELINDA: (dubitativa) Me suena… La ancianita se rió tanto que se le cayó la dentadura postiza.
JARED: Sí, así es. (dijo sonriente)
MELINDA: Espera un momento… Recuerdo haberme reído, pero ahora no lo siento. ¡No siento haberme reído!
PHOEBE: ¡Mel, corre! Necesitamos vuestra ayuda.
MELINDA: ¡¿Qué demonios pasa aquí?! Algo no está bien, yo no sé cómo he llegado hasta aquí, pero sé que algo me está pasando…
#946
marlop88
marlop88
23/08/2014 19:13
JARED: ¡Shhhh! Es peligroso… (le advirtió preocupado) Empiezas a ser consciente de que algo falla, consciente plenamente. Pero si tú lo sabes, entonces ellos lo sabrán…
Mel sintió un fuerte tirón del estómago que casi le hizo vomitar, y todo a su alrededor se retorció como si fuese tragado por un agujero negro hasta que finalmente se encontró a si misma en la sala de conferencias de la segunda planta. Benjamin sostenía por el cuello al senador, rodeado por tres soldados bien armados y el cadáver de los guardaespaldas del senador a sus pies. Phoebe y Prue se encontraban entre medias de ellos y Melinda y Jared, en posición de combate.
SEN. MONTGOMERY: ¡Soltadme ahora mismo, malditos terroristas! No sabéis con quién os estáis metiendo, soy un senador de los Estados Unidos.
BENJAMIN: Existe un plan que no puede cambiarse. No puede cambiarse, no puede cambiarse. Un plan que no puede cambiarse. No, no. No puede cambiarse, no. (repuso casi desvariando)
PHOEBE: ¡Soltadle ahora mismo o acabaremos con vosotros!
MELINDA: Yo no me he movido… ¿Cómo he llegado hasta aquí?
PRUE: ¡Bah, dejémonos de buenas maneras!
Prue alzó el brazo y lanzó por los aires con su telekinesis a dos de los soldados.
BENJAMIN: ¡Eso no es parte del plan! No, no, no. El plan, ¡no es parte del plan!
Benjamin alzó el brazo que tenía libre, y dirigió su gravitoquinesis sobre Prue, haciéndola caer de golpe contra el suelo y dejándola inmóvil y dolorida por el repentino aumento de la gravedad sobre su cuerpo.
PRUE: ¡Aaaaaaagh, no!
PHOEBE: ¡Prue!
Phoebe se dispuso a lanzar una descarga eléctrica contra el brazo de Benjamin, pero él extendió su otra mano sin soltar el cuello del senador y con su gravitoquinesis anuló la gravedad sobre el cuerpo de Phoebe, haciendo que flotara en el aire de forma caótica y evitando que acertase con su disparo.
PHOEBE: ¡Aaaaay! ¡No puedo controlar mi cuerpo! (se quejó mientras agitaba los brazos como si intentase bucear en el aire)
PRUE: ¡Melinda, acaba con él!
MELINDA: ¿Estoy realmente aquí? (dijo confusa, mirando sus manos)
JARED: ¡Mierda, no!
El soldado que quedaba de pie apuntó sobre Melinda con su ametralladora, pero entonces Jared se interpuso y recibió los disparos en el pecho y en la cara, cayendo moribundo al suelo. Mientras Phoebe, apoyando los pies sobre la pared, se propulsó por el aire hasta impactar contra el soldado.
MELINDA: ¡Jared!
Melinda se agachó, viendo cómo su todavía marido convulsionaba en sus últimos momentos de vida.
BENJAMIN: El plan. Es todo parte del plan. El plan, el plan…
Benjamin sacó un objeto punzante de su bolsillo y se lo clavó con fuerza en el cuello del senador, haciendo que gritase de dolor mientras la sangre brotaba incesante de su herida.
RACHEL: ¡No! (gritó furiosa mientras entraba corriendo)
Rachel lanzó con fuerza su onda expansiva orbitacional contra Benjamin, haciendo que él y el senador salieran disparados contra la pared. Phoebe cayó entonces al suelo, y Prue pudo finalmente levantarse de nuevo.
HENRY: ¡Ufff! Llegamos… casi casi. (dijo resoplando)
MELINDA: Racionalizo lo irracional… Mi percepción de la realidad falla… (susurró para sí)
Rachel se acercó corriendo hasta el senador y usó su poder de curación sobre él. En cuestión de segundos su cuello dejó de sangrar. Phoebe, mientras, se acercó al cuerpo de Benjamin y se dispuso a darle leves toques con el pie para asegurarse de que seguía inconsciente.
PHOEBE: ¿Y qué hacemos con este?
PRUE: Bueno, es uno de los fieles seguidores de Karen Andrews…
PHOEBE: Ah… ¿Le matamos? (preguntó burlona)
RACHEL: ¡No! Bobbie me contó que estaba siendo manipulado por Karen. Encontró evidencias en los archivos que sacamos de Red Swan de referencias a un prototipo de microbot médico que se estaba testando con enfermos de Alzheimer, aunque podía reprogramarse fácilmente para controlar la conducta de los sujetos de forma inconsciente.
HENRY: ¿Ah sí? *¡Bichito cerebral!* (dijo sonriente, extendiendo la mano)
RACHEL: ¡Por favor! Si alguien es capaz de poner barreras mágicas a la ciencia y viceversa, esa es Karen Andrews…
MELINDA: Siento como si no estuviese aquí, pero todo me es familiar…
PRUE: (dubitativa) Ehmm… ¿y si sobrecargamos su sistema operativo? Al fin y al cabo, no deja de ser un ordenador.
RACHEL: Puede ser… ¿Phoebe?
PHOEBE: Yo… yo no quiero matar a más gente. No, por favor…
RACHEL: Usaré mi poder de sanación al mismo tiempo para evitar que le hagas demasiado daño.
MELINDA: Esto… esto no es real…
Melinda sintió una intensa punzada en el vientre, y todos, al oír aquellas palabras, se giraron y se quedaron mirándola detenidamente. Pero ya no tenían ojos, eran como todos aquellos seres que no paraba de ver por todas partes. Incluso los guardaespaldas fallecidos, los soldados inconcientes, el senador y Benjamin se levantaron del suelo y dirigieron a Melinda su rostro carente de ojos. Sólo quedaba el cadáver de Jared a sus pies, su esposo. Pero de repente, su brazo izquierdo se movió con rapidez y le sujetó el tobillo.
JARED: ¡CORREEEEE! (gritó aterrado)
Melinda, asustada, vio como aquel grupo de gente sin la mitad de su rostro se acercaba lentamente hasta ella, poco a poco elevando el ritmo. Melinda caminó de espaldas hasta alcanzar la puerta, y al cruzarla se encontró en el despacho del Dr. Shapiro, donde Alice intentaba acostarse con el doctor sobre el escritorio. Sin embargo, ninguno de ellos tenía ojos tampoco, y al fijarse en que Melinda podía verlo, se levantaron de la mesa y se lanzaron corriendo hasta ella. Melinda los esquivó como pudo y abrió la ventana, saliendo con dificultad por el maletero de su coche.
Allí en la calle, todo el mundo se giró para observarla, una multitud inacabable de seres sin medio rostro, y se lanzaron corriendo a por ella. Melinda se dirigió hasta el garaje de su vecino en busca de un lugar para cobijarse, y se sorprendió al no encontrar su vieja ranchera, sino una gran cantidad de ropa que la rodeaba por todas partes como colgada del techo.
Melinda navegó entre todas aquellas perchas cubiertas de ropa hasta que consiguió alcanzar un picaporte. Lo giró, y al abrir la puerta se sorprendió al encontrarse con su habitación. Melinda hizo un esfuerzo por subir la cremallera de su vestido corto de satén rojo y se miró al espejo. La evidencia de su estado comenzaba a ser difícil de ocultar en su vientre, así que quería disfrutar una última vez de aquella prenda, al menos hasta dentro de un tiempo. Se puso de lado, admirando la curva que empezaba a nacer en su silueta, acariciándola sobre el suave satén, y sonrió. No podía entender cómo había podido dudar de sus sentimientos, de sus emociones. Podía sentir como ahí dentro crecía con fuerza una vida, una personita a la que aún no había podido conocer, pero que sin embargo ya amaba con todo su ser.
Parpadeó un segundo, y entonces le pareció como si el espejo temblara, como si fuera líquido. Extrañada, se acercó lentamente y tocó la superficie con un dedo. No percibía nada extraño en su superficie, pero al alejar la mano el espejo comenzó a estirarse, como si fuese de goma.
WYATT: (golpeando en el marco) ¿Ya estás lista?
MELINDA: Ugh… ¡Wyatt! (repuso sorprendida) ¿Has visto…?
#947
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:15
WYATT: ¿Si he visto qué?
Melinda le señaló el espejo, pero cuando se dispuso a mirarlo estaba en perfectas condiciones, como si nada le hubiese sucedido. Melinda se quedó boquiabierta, sin saber qué contestar a continuación.
WYATT: No te preocupes, seguro que es sólo un poco de agotamiento por tanto desequilibrio hormonal. No te sobreexijas con el embarazo, recuerda que hay una personita creciendo en tu interior.
MELINDA: ¿Que hay qué? ¿Sabes lo del embarazo?
WYATT: Em… claro. (repuso extrañado) Nahia está embarazada, recuerda que fui yo quien te lo dijo.
MELINDA: ¿Pero cómo sabes que yo…? ¿Cómo sabes que estoy embarazada?
WYATT: ¡Fui yo quien te lo contó! Nahia está embarazada de La Fuente no nacida, ¿no te acuerdas? ¿Qué te pasa, Mel?
MELINDA: Uuuy… Esto es muy raro.
Melinda desvió la mirada un momento, contrariada. Con el rabillo del ojo pudo comprobar que el espejo volvía a vibrar como si fuese líquido.
WYATT: (golpeando en el marco) ¿Ya estás lista?
MELINDA: ¿Otra vez?
WYATT: Oh, perdona. No quería importunarte, es que no creo que debas hacerle esperar.
MELINDA: ¿Esperar? ¿A quién?
WYATT: A tu cita.
MELINDA: ¿Mi cita? ¿Tengo una cita?
Melinda miró extrañada a Wyatt, mientras este soplaba por una varilla, soltando pompas de jabón de varios colores. Agachó la mirada un segundo y se percató del vestido rojo que llevaba.
MELINDA: ¡Ah, la cita! ¿Sabes dónde están mis sandalias de tacón rojas?
WYATT: Las llevas puestas.
MELINDA: (confusa) No Wyatt, estoy descalza.
WYATT: Entonces no las necesitas.
Wyatt sopló de nuevo, soltando una ráfaga de pompas negras. Entonces se bebió el vasito de agua jabonosa y soltó un pequeño eructo, haciendo que de su boca saliesen pompas de jabón con luces blancas en su interior.
MELINDA: Bueno, si tú lo dices… Voy a terminar de maquillarme.
Melinda rodeó a su hermano y salió al pasillo. Al dirigirse hacia el baño, pudo ver a Alice colgando de la pared, ensartada mediante una barra que se clavaba en su frente y le atravesaba la cabeza, y comiéndose un cucurucho de helado de pistacho, sabor al que era alérgica.
MELINDA: ¡Alice! ¿Qué te ha pasado?
ALICE: ¡Hola Mel! Ahora soy un retrato postmodernista.
MELINDA: ¿Quién te ha hecho eso? ¿No te duele esa barra?
ALICE: ¿Qué barra?
MELINDA: ¡La que tienes clavada en la cabeza, joder!
ALICE: ¿Tengo una barra?
WYATT: Se la pusieron a los quince años. Creo que es una de esas modas raras…
Alice dirigió la mirada a Wyatt, lo poco que le permitía girar la cabeza aquella barra, y entonces comenzó a reírse de forma descontrolada. La sangre de su cabeza empezó a mezclarse con el helado, formando un extraño color.
????: ¡Mel! ¡Mel noooo! (gritó alguien muy a lo lejos)
MELINDA: ¿Habéis oído eso? Creo que alguien me llama…
WYN: ¡Melinda! ¡Melinda!
Melinda se giró, y vio como una extraña joven a la que no había visto nunca se acercaba corriendo hasta ella, gritando como si la conociese.
WYN: ¡No dejes que te engañe! No puedes cambiar lo que va a suceder… ¡porque simplemente ya lo has vivido!
Melinda se llevó las manos a la cabeza, confusa, y comenzó a negar con la cabeza descontroladamente. Entonces levantó la cabeza y miró a Wyn detenidamente.
MELINDA: Te… conozco. Esto… esto no es real.
Melinda sintió una intensa punzada en el vientre al decir aquellas palabras, y entonces Wyatt y Alice se quedaron mirándola fijamente, pero ya no tenían ojos. Era como si la mitad de su rostro hubiese desaparecido. Ambos se acercaron con rapidez y sujetaron a Wyn por los hombros, arrastrándola.
MELINDA: ¡Nooooo!
WYN: ¡Melinda! ¡Tienes que salir de aquí! ¡Tienes que liberarte!
Poco a poco comenzaron a llegar personas sin la mitad de su rostro, corriendo en busca de Melinda. Ella gritó aterrada, y se dirigió corriendo hasta la puerta del baño, la que tenía más cerca. Sin embargo, al encerrarse dentro, se fijó en que no era el baño de su casa, sino la recepción del restaurante donde había venido a cenar con Jared.
Melinda se adentró lentamente por el vacío restaurante, donde recordaba haber visto a multitud de gente sin ojos haciendo como si cenaran. Sin embargo, ahora no había nadie, a excepción de aquella figura disfrazada de parca que la esperaba sentado en aquella mesa algo elevada que había en el centro del salón. Melinda se acercó hasta ella, pero no se sentó esta vez.
MELINDA: Jared, estoy en peligro. Algo me persigue.
JARED: No quieres ver lo que hay delante de ti, pero ahora no puedes evitarlo. Sin embargo, aun no sabes lo que significa.
MELINDA: ¡Ayudame, Jared! Por favor, te necesito…
JARED: Yo estaré contigo siempre que me necesites, pero no puedo ayudarte con lo que te persigue. No es mi cometido hacerlo, sólo tú puedes.
MELINDA: Entonces, ¿qué estás haciendo aquí?
JARED: Estoy aquí para tener una cita contigo.
MELINDA: ¿Una cita? ¡No tengo tiempo para chorradas así!
JARED: No comprendes, nunca hay tiempo. Todo es frenético, lleno de caos y confusión. Y suceden cosas a nuestro alrededor que ocultamos, cosas que nos apartan de la gente y de nosotros mismos. Y si tan siquiera fuéramos conscientes de ello, sabríamos rectificar a tiempo nuestros propios errores.
MELINDA: ¿Qué errores? ¿A qué te refieres?
JARED: ¿De qué tienes miedo, Melinda?
MELINDA: (sorprendida) ¿Que de qué tengo miedo? ¡Pues de que esos psicópatas con la cara deforme revienten esa puerta y vengan a hacerme picadillo, para empezar!
JARED: No, Melinda. ¿De qué tienes realmente miedo?
MELINDA: ¡Ah! ¿Es otra vez esa chorrada del discursito sobre la confianza?
JARED: Hay algo que nos frena. Hay algo que te frena. Cuando te miro a los ojos no puedo pensar en otra cosa que en pasar el resto de mi vida junto a ti. Pienso en lo afortunado que sería si pudiese levantarme cada mañana viendo el hermoso rostro de la mujer a la que amo, y cómo lo daría todo por ser el hombre de sus sueños. Es algo que veo tan claro que casi me hace daño a los vista, pero sin embargo a ti hay algo que te frena. ¿Es que ya no me quieres?
MELINDA: (ofendida) ¿Cómo te atreves a decirme eso? ¡Te quiero tanto que me duele hasta respirar!
#948
marlop88
marlop88
23/08/2014 19:17
JARED: Entonces, ¿qué es lo que te frena?
Melinda comenzó a dar vueltas mientras farfullaba, seguida por la mirada inquisitiva de Jared.
JARED: ¿De qué tienes miedo?
MELINDA: ¡Yo te maté! (gritó incapaz de aguantarlo más)
JARED: Sí. Pero yo no puedo morir. No así, al menos.
MELINDA: (llorando) Lo sé, lo sé… ¡pero te maté! Eres el amor de mi vida, y yo te atravesé el corazón sin ningún miramiento. Sé que eso no puede matarte, ¡pero podría haberlo hecho! Podría de no haber sido capaz de hacer lo que puedes hacer. Y yo… yo estaría sola, ¡y habría matado a alguien que me quiere!
JARED: Estabas dominada por un hechizo muy poderoso, no fue culpa tuya.
MELINDA: Pero yo… Yo te quiero, debería haber sido capaz de hacer que eso contase para algo en vez de dejar que me dominase…
JARED: Me quieres. ¿No te das cuenta? Si hiciste lo que hiciste, es porque me quieres. El amor es un sentimiento muy poderoso. Yo lo sé perfectamente, y no dudo de ti. Me mataste porque me quieres. Y sin embargo, ahora estás dispuesta a tirar todo ese amor que sentimos el uno por el otro por miedo. Estamos alejándonos el uno del otro por el miedo, estás destruyendo lo que tanto nos costó conseguir. Vamos a separarnos el uno del otro y no volveremos a sentir nunca más toda la alegría, la ilusión, la felicidad… todo lo que compartíamos. ¿Es… es eso lo que quieres?
MELINDA: Jared, yo… ¿Qué está pasándome? ¿Por qué he dejado… que esto llegue tan lejos? ¡No quiero perderte! (dijo aterrada)
Jared se levantó y dejó caer la túnica al suelo. Negando con la cabeza, se acercó decidido a Melinda y la estrechó entre sus brazos, besándola apasionadamente.
De repente, las ventanas del restaurante estallaron por completo, y una horda de gente sin ojos comenzó a entrar con fiereza, dispuestos a atacarles.

MELINDA: ¡¿Quiénes son esos?!
JARED: Tú los trajiste, pero no lo sabes. Sólo tú puedes acabar con ellos.
MELINDA: Jared, ¡tengo miedo!
Jared, al ver a Melinda asustada, decidió tomar la iniciativa. Cogió la mano de Melinda y se dirigió corriendo hasta la puerta del restaurante, perseguidos por la multitud. Al salir por ella, se encontraron en la cocina de la Mansión Halliwell. El Wyatt extraño cogió la pila de cuchillos de la encimera y comenzó a lanzárselos violentamente, mientras el resto de la familia Halliwell en la mesa se levantaba con rapidez dispuestos a atraparlos. Con bastante dificultad, esquivaron todos los ataques y se dirigieron hasta la puerta que llevaba al sótano, pero al entrar vieron que se encontraban en el coche de Melinda.
Sin pararse a pensar durante un segundo, Jared puso el motor en marcha y se dispusieron a huir por las calles de la ciudad, perseguidos por infinidad de coches.
MELINDA: ¡Están por todos lados! ¿Qué podemos hacer?
JARED: Sólo tú puedes ponerle fin a todo esto. Yo sólo estoy dándote un poco más de tiempo.
MELINDA: ¿Yo? ¡No tengo ni idea de qué hacer!
JARED: Vamos Mel, sí que lo sabes. Hay algo que destaca más de lo habitual, algo que sabes que no debería estar y de lo que estas segura que no tenías constancia previamente.
MELINDA: La chica… ¡La chica del tarot! ¡Ella sabía algo, seguro! Ellos la apartaron de mí antes de que me dijese nada…
JARED: Sí, es posible.
MELINDA: ¿Pero seguirá viva después de enfrentarse a todos esos lunáticos?
JARED: No es a ella a la que buscan, sino a ti.
MELINDA: ¿Y cómo podré encontrarla?
JARED: Lo sabes, pero no entiendes su significado.
Al girar en una esquina, vieron que una hilera de coches les bloqueaban el paso, así que dieron marcha atrás y se internaron por el callejón que atajaba hasta el P3, pero justo al salir a la calle en la que se encontraba el famoso club de Melinda un coche les embistió por el lado del conductor, dejando el coche dado la vuelta. Melinda se quitó el cinturón con cuidado, cayendo sobre los añicos del techo solar, y se acercó a un aturdido Jared que se encontraba atrapado en su asiento.
MELINDA: ¡Vamos, vamos! Tenemos que salir de aquí enseguida.
JARED: ¡Aagh! No me puedo mover…
MELINDA: Déjame ayudarte.
JARED: Olvídalo, yo no soy importante. Debes encontrar el camino, sólo tú puedes hacerlo.
MELINDA: ¡Ni hablar! ¡No pienso dejarte aquí!
Melinda apuntó con sus manos y lanzó su combustión molecular contra la abollada puerta que mantenía atrapadas las piernas de Jared, haciendo que este gritase lleno de dolor. Melinda entonces tiró de él con fuerza hasta arrastrarlo fuera del coche, y le ayudó con cuidado a levantarse.
JARED: ¡Aaaarg! Creo… que me he hecho daño en la pierna.
MELINDA: A ver… Tienes una herida realmente fea. Ven, apóyate en mí.
Jared cedió a regañadientes y pasó su brazo alrededor de Melinda, cargando parte de su peso en esta, y volvieron a correr lo más rápido que en dicha situación podían.
JARED: Esto… no debería ser así. Me enviaste para ayudarte, y me estoy convirtiendo en una molestia mayor…
MELINDA: ¡Jamás digas eso! Estamos juntos en esto, pase lo que pase.
Trastabillando, Melinda y Jared llegaron hasta la puerta del club, y ella le dejó apoyado contra la pared mientras agarraba el picaporte y lo intentaba girar sin éxito. Ella se puso a rebuscar las llaves en su bolsillo, y entonces comenzó a ponerse realmente nerviosa.
MELINDA: Mierda…
JARED: ¿Ocurre algo?
MELINDA: Las llaves. ¡Que me he dejado las malditas llaves en casa!
JARED: Eso no importa. Abre la puerta.
MELINDA: ¿Pero cómo puñetas voy a abrir la puerta? ¡Te digo que está cerrada a cal y canto!
JARED: Te habrás dado cuenta de que hay cosas aquí que fallan. La importancia de unas llaves es vacua.
MELINDA: Está bien, tú ganas… ¡Ábrete Sésamo!
Melinda agarró el picaporte de nuevo, y en esta ocasión se abrió limpiamente.
MELINDA: No sé de qué me sorprendo…
JARED: Tendrás tiempo para eso cuando encuentres la forma de detenerlos (dijo señalando a la multitud que llegaba corriendo)
MELINDA: ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué a mí?
JARED: Porque… eres tú. Sólo eres tú… aquí.
MELINDA: No, no puede ser… Dijiste que mi percepción de la realidad falla. ¡Ellos no pueden ser reales!
JARED: Sí… y no. Tienes que descubrir la verdad inherente.
MELINDA: ¿Qué verdad?
JARED: La que no quieres descubrir. La que no eres capaz de asumir.
MELINDA: Pero… tengo miedo.
JARED: Lo sé. Pero tienes que luchar. Tienes que ser libre.
#949
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:19
Melinda observó aterrada a aquella multitud que tenía a unos cuantos metros de sí, y ahogó un grito. Pasó su brazo sobre los hombros de Jared y corrieron como pudieron a través de la puerta del P3, seguidos por toda esa gente. Al cruzar la puerta, se encontraron en los pasillos del edificio del Senado de Illinois. Ambos siguieron corriendo hasta llegar al ascensor, y cuando se abrieron las puertas pudieron ver la recepción de la consulta del Dr. Shapiro.
Al llegar a la sala de espera, la recepcionista se levantó de su silla y se lanzó contra ellos a través del mostrador. Melinda y Jared se separaron rápidamente, dejando que la recepcionista se deslizara descontrolada entre medias de ambos, y entonces Melinda agarró el extintor de la pared y se lo estampó en la cara un par de veces.
MELINDA: ¿Qué? (dijo sorprendida al sentirse observada)
JARED: No. Nada, nada. (repuso sonriente)
Las puertas de cristal de la consulta reventaron de golpe, entrando en su interior decenas de personas sin la mitad del rostro. Melinda agarró con rapidez a Jared y abrió la puerta del despacho del Dr. Shapiro, y al cruzarla se encontró en el subsuelo de Red Swan, en una enorme sala con cientos de biocápsulas.
MELINDA: ¿Dónde estamos? No recuerdo haber estado aquí nunca…
JARED: No. Pero has oído hablar de este sitio muy bien.
Una de las biocápsulas se abrió, y de ella salió una mujer sin la mitad del rostro cubierta con una bata de hospital. Entonces, todas las biocapsulas se abrieron, y más gente comenzó a salir de ellas.
MELINDA: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH! (gritó aterrada)
Melinda y Jared corrieron en dirección opuesta, hasta llegar a una puerta metálica con control electrónico de seguridad.
SRD-WEAN: Por favor, identifíquese.
MELINDA: ¡Que te den por el culo!
Melinda levantó los brazos y lanzó su combustión molecular a máxima potencia contra la puerta, reventándola y haciéndola caer al suelo. Tras ella, se encontraba el patio de la residencia de ancianos, donde había algunos hombres y mujeres jugando a la petanca o a las cartas, y un par de enfermeros atendiendo a los que iban en silla de ruedas, pero al percatarse de la presencia de Melinda dejaron sus cometidos y se lanzaron contra ella.
MELINDA: ¡Aaaagh! ¡Esto no se acabará nunca!
SRA. LEGENDRE: ¡Por aquí! (les señaló alzando los brazos)
Ambos esquivaron como pudieron el ataque de los sorprendentemente ágiles ancianos, hasta que llegaron junto a la señora Legendre. Ella les guió por un pasillo hasta que llegaron a la puerta de una escalera de servicio.
MELINDA: ¿Cómo es…? ¿Cómo es que no está con ellos?
SRA. LEGENDRE: Yo soy un recurso de última hora. Me enviaste cuando comprendiste que ibas a perder.
MELINDA: ¿Yo? ¿Qué tengo que ver yo con esto?
JARED: Tú lo eres todo, pero no lo recuerdas.
SRA. LEGENDRE: ¡Rápido, por aquí! Ella te está buscando, pero no sabe cómo encontrarte…
MELINDA: ¿Ella? ¿Se refiere a la chica del tarot? ¿Pero por qué es tan importante en todo esto?
JARED: Ella es la respuesta.
MELINDA: ¿La respuesta de qué? ¿A cómo solucionar todo este problema?
SRA. LEGENDRE: No, querida. Ella es la respuesta.
MELINDA: No lo entiendo…
JARED: No es tu misión entenderlo. Ella es la respuesta. Tú sólo debes dejar que las cosas sucedan como deben suceder.
MELINDA: ¿Y dónde puedo encontrarla?
SRA. LEGENDRE: Está perdida en la génesis. ¡Por aquí, rápido!
Melinda asintió, y entonces abrió la puerta. Al otro lado podía ver una tenebrosa caverna con las paredes alumbradas por antorchas.
MELINDA: ¿El Inframundo?
SRA. LEGENDRE: Por aquí la encontrarás.
Melinda agarró a Jared de nuevo y se internaron en el Inframundo. Tras caminar unas decenas de metros llegaron a una especie de plaza, donde se encontraba un grupo de soldados demonio, aunque estos también carecían de la mitad superior del rostro.
JARED: Están con ellos.
MELINDA: ¡Dejadme en paz! (gritó harta)
Melinda enfocó su combustión molecular contra el techo de la caverna, y entonces comenzaron a caer enormes cascotes que sepultaron a algunos de los soldados. Durante la confusión del momento, Jared agarró la mano de Melinda y se alejaron por otro pasillo hasta que llegaron a los pocos metros a la entrada de un tenebroso castillo negro.
MELINDA: La escuela de magia negra…
Melinda se acercó hasta la enorme puerta y la empujó con fuerza, pero en su interior estaba todo absolutamente oscuro.
MELINDA: ¿Qué? ¿Qué es esto? No puede ser por aquí…
JARED: Es el único camino que nos queda…
Melinda respiró hondo, y entonces asintió resignada. Agarró la mano de Jared y cruzó hasta la oscuridad, saliendo por el maletero de su coche aparcado junto a su casa. Sin embargo, allí no estaban solos. Cientos de personas carentes de ojos les esperaban a su alrededor.
MELINDA: Joder…
JARED: ¡La casa! (señaló apremiante)
Ambos corrieron por el camino de la entrada, seguidos por la violenta muchedumbre, y abrieron la puerta de la mansión. Una vez dentro, Jared cerró y se colocó sujetando la puerta, que no paraba de temblar por los intensos golpes que recibía.
WYN: Hola Melinda. (dijo sonriente)
Melinda se giró y se dio cuenta de que se encontraba en su habitación, llevando nuevamente el vestido de satén rojo. Aquella extraña chica del tarot se encontraba sentada en su cama, con aquellas tres cartas – La Luna invertida, El Carro invertido y La Torre – frente a sí.
MELINDA: ¿Te conozco?
WYN: Puedes llamarme Helig, pero ese nombre te diría tanto de mí como cualquier otro...
MELINDA: A mí no me van las adivinanzas. Quiero respuestas, ya.
WYN: Estás atrapada en un bucle, y cuantas más veces repites tus pasos, más atrapada quedas…
MELINDA: Un bucle, ¿eh? (repuso incrédula)
WYN: Hay algo dentro de ti viviendo un sueño que no quiere vivir. Una sombra de duda, de dolor. Una sensación que te dice que el mundo a tu alrededor va a cambiar para siempre. No puedes cambiar lo que va a suceder… porque simplemente ya lo has vivido. Es todo un guión que no quieres seguir.
MELINDA: ¿Esto… esto es todo un sueño?
#950
marlop88
marlop88
23/08/2014 19:21
WYN: Sí. Un sueño donde esconder algo que no quieres admitir, donde huir del dolor. Sin embargo, tu consuelo es tu condena. Cuanto más permanezcas en este estado onírico, más posibilidades hay de que no vuelvas nunca.
MELINDA: ¿Y la gente sin rostro? ¿Por qué intentan atacarme?
WYN: No te están atacando, te están protegiendo. Son parte de tu inconsciente, esa parte que quiere protegerte del dolor y del sufrimiento. Sin embargo, no se dan cuenta de que te están haciendo daño al querer mantenerte en este bucle sin fin.
MELINDA: Estoy repitiendo continuamente los mismos hechos, los mismos sucesos… Y luego vuelvo a empezar y no me doy cuenta. (dijo confusa)
WYN: Estás reviviendo los hechos que desembocaron en la verdad que no quieres conocer. Algo que tu miedo no quiere afrontar.
MELINDA: ¿Y qué puedo hacer?
WYN: Debes dejar que tu miedo no te domine. Hay cosas a tu alrededor que no puedes controlar, pero no por ello son culpa tuya… (respondió señalando el armario)
Melinda miró el armario, confusa, y luego volvió a mirar a Wyn. Ella asintió solemne. Melinda miró a Jared, que sujetaba la puerta con todas sus fuerzas, pero éste negó con la cabeza.
JARED: Es tu camino. Yo no puedo acompañarte en él.
MELINDA: ¿Te veré en el otro lado?
JARED: Siempre, mientras eso sea lo que desees…
Melinda sonrió, y Jared le hizo una señal con la cabeza para que siguiese adelante. Abrió la puerta del armario y se internó entre la multitud de jersey y abrigos que había dentro.
WYN: Me alegro de que finalmente decidieses luchar por tu vida. Por tu familia.
Jared se separó de la puerta y se quedó mirándola, confuso. La puerta había dejado de vibrar y de recibir golpes.
JARED: ¿Nos conocemos?
WYN: No, tú no. No eres tú, sólo eres una sombra. Una proyección del concepto que Melinda tiene de Jared.
JARED: Lo sé, pero mi amor por ella no es menos real. El de Jared, quiero decir. Puedo sentirlo…
WYN: Y eso está bien. Merece ser feliz. Todos ellos lo merecen. Al menos hasta que se desate la tormenta…
JARED: ¿Qué tormenta?
WYN: Es mejor así, es lo único que debéis saber.
Wyn miró sonriente hacia el techo, y entonces su cuerpo se desintegró en miles de destellos dorados.

Melinda se deslizaba con dificultad por aquella selva de ropa colgada en su percha, como si aquel armario no tuviese fin. Finalmente, pudo divisar luz atravesando una fila de vestidos, y al apartarlos a un lado pudo ver adonde le conducían: la sala de conferencias del segundo piso del edificio del Senado de Illinois. Estaba prácticamente vacía, con la excepción junto a una hilera de asientos del cuerpo ensangrentado de Jared, temblando por los disparos de bala que había recibido en la cara y el pecho.
MELINDA: ¡Jared!
Melinda se agachó junto al cuerpo de su esposo, y al levantar la mirada vio que delante suya se encontraban los cuerpos inconscientes de los soldados y el senador, así como Prue, Henry, Rachel y Phoebe rodeando el cuerpo de Benjamin.
MELINDA: Mierda, otra vez aquí…
RACHEL: Usaré mi poder de sanación al mismo tiempo para evitar que le hagas demasiado daño.
PRUE: ¿Estás segura de que no le harás daño?
RACHEL: Esperemos que no, pero no es que se diga que el pobre tenga demasiadas alternativas…
PHOEBE: Está bien… ¡Pero si lo mato, es culpa tuya! Me niego a cargar con la culpa esta vez… (repuso desganada)
RACHEL: Me parece justo.
HENRY: ¿Y cómo sabremos si ha surtido efecto?
RACHEL: Imagino que una vez aniquilado el microbot, su campo protector quedará inutilizado.
HENRY: ¡Aaah! Y entonces podré extraerlo con mi telekinesis orbitacional, ¿verdad?
RACHEL: Bingo.
Phoebe colocó sus manos junto a las sienes de Benjamin, y Rachel situó las suyas justo encima. Empezó a administrar una fuerte descarga en su cerebro mientras Rachel lo sanaba al mismo tiempo, provocando que todo su cuerpo convulsionase. Sin embargo, Melinda sintió entonces el filo de una navaja rozando su cuello.
PHYLLIS: Las manos quietas primita, o te haré una nueva boca.
Phoebe y Rachel pararon de inmediato, y Henry y Prue se giraron aterrados.
PRUE: ¡Phyllis! ¡Por favor, no le hagas daño!
MELINDA: ¡Joder! ¡Que esta tía loca me quiere rajar el cuello!
PHYLLIS: ¡Oh, me lo has pedido por favor! Qué amable…
HENRY: ¿Qué es lo que quieres?
PHYLLIS: Veamos… Quería una madre que me protegiese y me leyese cuentos por las noches, pero supongo que eso no puedes dármelo. ¿Verdad, Prue?
PRUE: Phyllis, haremos lo que tú quieras, pero no le hagas daño a Mel, ¡te lo ruego!
PHYLLIS: ¿Es que quieres compensar al bebé que lleva dentro porque me abandonaste?
PRUE: ¡Phyllis! Yo no te… (intentó excusarse, pero se paró en seco al darse cuenta de lo que había dicho)
Todos se quedaron mirándose completamente asombrados, a excepción de Phoebe.
PHYLLIS: ¡Oh, vaya! ¡Pero si no lo sabían! ¿Quién iba a decir eso de ti, primita?
HENRY: Está mintiendo. ¡Sucia embustera! ¿Crees que así te tendremos lástima?
PHOEBE: No. No miente…
RACHEL: Dios santo Mel, ¿estás embarazada?
MELINDA: Yo… (balbuceó avergonzada)
PHYLLIS: A pesar de todo lo que creáis de mí, yo siempre he sido totalmente honesta. Eso no es algo que se pueda afirmar de todos vosotros. Especialmente de ti, madre…
PRUE: ¡Basta! (gritó harta) Dinos de una vez que es lo que quieres.
PHYLLIS: Es fácil. Sé que antes os dejaríais rociar por ácido sulfúrico que entregarme al senador, pero me conformo con que me dejéis llevarme al vice.
RACHEL: ¿A Benjamin? ¿Para qué lo quieres?
PHYLLIS: Digamos que Karen tiene… intereses privados con él.
RACHEL: ¡No! ¡No podemos entregárselo!
PRUE: Que se lo lleve. (dijo tajante)
RACHEL: Prue, ¡no! No podemos hacer eso.
MELINDA: ¿Te has vuelto loca? No quiero morir, pero tampoco hay que pasarse…
#951
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:23
PRUE: Que se lo lleve. Si con eso conseguimos que deje libre a Mel…
PHYLLIS: ¿Veis? Mami me comprende bien…
PRUE: Dios santo Phyllis… ¿Por qué dejas que te hagan esto? (preguntó entristecida)
PHYLLIS: Yo sólo… he encontrado mi lugar en este mundo.
Phyllis chasqueó los dedos de la mano que tenía libre, y entonces el cuerpo de Benjamin desapareció y se telematerializó junto a ella, flotando en el aire.
PRUE: Ahora libera a Mel.
PHYLLIS: ¡Chhh, chhh! (dijo negando con la cabeza) No tan deprisa, todo a su debido tiempo. Melinda estará sana y salva con vosotros en menos de lo que canta un gallo, pero se quedará de momento conmigo como salvoconducto. Y si a alguno de vosotros… no sé, se le ocurre por ejemplo hacerse el héroe y tratar de detenerme antes de que salga de aquí, digamos que me haré un ceviche con su preciosa cara. ¿Capisci?
PHOEBE: Cristalino, putilla. (respondio asqueada)
JARED: ¡Aaaaaaaaagh! (gritó de dolor por su resurrección) ¡Melinda, Melinda!
PHYLLIS: ¡Oh, pobre! Romeo ha vuelto por fin de entre los muertos. ¡Se un niño bueno y mantente callado mientras los adultos hablan!
Phyllis extendió la pierna y le atizó una fuerte patada en la cara a Jared, rompiéndole la nariz. Éste se retorció por el suelo de dolor, tapándose la cara con las manos.
JARED: ¡Aaaaaaagh! ¡Joder!
MELINDA: ¡Zorra! Te juro que esta me las vas a pagar, pedazo de guarra…
PHYLLIS: Y sin embargo, soy yo la que tiene tu vida en mis manos. Así que ya sabéis, la palabra clave es ceviche.
Todos miraron resignados mientras Phyllis usaba su telekinesis para elevar su cuerpo y el de Melinda en el aire unos centímetros y salir ambas de la sala de conferencias, seguidas por el cuerpo inconsciente de Benjamin.
PHYLLIS: ¿Sabes primita? Estoy seguro de que con el tiempo vamos a llevarnos muy bien tú y yo…
MELINDA: ¡Que te jodan, puta! (gritó furiosa)
PHYLLIS: Recuerda que tengo un cuchillo, niña…
Ambas se deslizaron con rapidez por el pasillo hasta llegar a las escaleras, pero justo antes de disponerse a bajar algo impactó contra Phyllis, haciendo que las dos cayesen al suelo y que el cuchillo saliese volando por el pasillo. Jared entonces se subió sobre el cuerpo de Phyllis y comenzó a golpearle con el puño en la cara.
JARED: ¡Ni se te ocurra… volver a ponerle las manos encima… a mi esposa! (gritó iracundo mientras le golpeaba)
Jared se dispuso a darle otro puñetazo, pero entonces Phyllis le detuvo telekinéticamente.
PHYLLIS: Eso no ha estado nada bien, Romeo.
Phyllis agitó sus brazos, y entonces estampó telekinéticamente el cuerpo de Jared contra las paredes repetidamente. Cuando cayó al suelo, Phyllis le mantuvo inmóvil pisando su cuello.
PHYLLIS: Sé que esto no te matará realmente, pero al menos me divertiré un rato. ¿Unas últimas palabras?
JARED: Mel… ¡CORREEEEEEE!
Melinda se levantó al oir la voz de su marido y se dispuso a alejarse con rapidez de Phyllis, pero ésta, ofendida, se giró y la sujetó del brazo.
PHYLLIS: Ni se te ocurra, bonita.
MELINDA: ¡Que te follen!
Melinda lanzó su combustión molecular contra Phyllis, lanzándola por los aires. Sin embargo, la onda expansiva provocó que perdiera el equilibrio, y entonces Melinda cayó rodando por las escaleras hasta estrellarse contra la ventana del primer piso y caer por ella.


JARED: ¡Mel! ¡Mel noooo!

JARED: ¡Que alguien me ayude, por favor!



Alice se dispuso a meter una moneda en la máquina del pasillo. Sin embargo, el pastelito que había seleccionado se quedó atascado entre las ranuras. Estaba tan frustrada y furiosa que comenzó a darle golpes y patadas mientras maldecía sonoramente, pero entonces sintió la cálida mano de su hermana pequeña en el hombro.
PHOEBE: Toma. Patty me trajo dos, pero yo sólo quería uno.
ALICE: Gracias. (repuso sonriente mientras limpiaba sus lágrimas con una mano y cogía el pastelito con la otra)
PHOEBE: ¿Estás bien?
ALICE: Perfectamente, aunque un poco somnolienta.
PHOEBE: Yo no. Estuve ahí mismo, apenas a un par de metros de poder evitarlo, pero no pude hacer nada.
Alice miró a su hermana, y entonces estalló en carcajadas.
PHOEBE: ¿He dicho algo gracioso? (preguntó confusa)
Alice de nuevo a su hermana a los ojos, esperando una respuesta, y esta vez comenzó a llorar desconsoladamente. Phoebe se acercó y la estrechó entre sus brazos con fuerza.

Chris estaba sentado en las escaleras de emergencia. Miraba semiinconsciente el panel metálico de las paredes, cuando de repente se puso en pie y decidió golpearlo con su puño con todas sus fuerzas.
CHRIS: ¡AAAAAAAAAAGH! (gritó de dolor)
La puerta de servicio del piso superior se abrió, y entonces Henry y Patricia bajaron por las escaleras, al sentir los quejidos de Chris.
PATRICIA: ¿Chris? ¿Estás bien?
CHRIS: Perfectamente.
HENRY: ¿Pero qué dices, tío? ¡Mira tu mano! Seguro que te has debido de romper algún dedo…
CHRIS: No es nada, ya me lo curarán…
PATRICIA: ¿Al menos te ha servido para sentirte mejor golpear a la traicionera pared?
CHRIS: No lo entendéis, ¿verdad? ¡Es mi hermana! He estado todo este tiempo tan preocupado por alguien a quien no pude salvar, que cuando pude realmente hacer algo por alguien no estuve ahí…
PATRICIA: Chris, no es tu culpa. Nadie podía imaginar que esto pasaría…
Henry miró a su alrededor, asqueado.
HENRY: Dios, odio los hospitales…

En la sala de espera, Wyatt daba vueltas a su llavero mientras Rachel intentaba contactar con Bobbie, sin éxito. Al otro lado, Prue miraba a la nada, totalmente catatónica.
#952
marlop88
marlop88
23/08/2014 19:26
WYATT: ¿Por qué siempre acabamos aquí? (dijo conteniendo las lágrimas)
RACHEL: Bobbie no contesta. Me preguntó si habrá oído mis mensajes…
WYATT: Puse mis manos sobre ella… pero no funcionó. ¡Nunca me había fallado mi poder!
RACHEL: Lo sé Wyatt, yo también lo intenté sin éxito. Jared tampoco pudo hacer nada…
WYATT: Por un segundo creí que… ¡Joder Rachel, no puedo perder también a mi hermana!
Rachel abrazó a Wyatt, y éste comenzó a llorar sobre su hombro. Prue se llevó las manos a la cabeza y comenzó a negar, casi desquiciada.
PRUE: ¿Por qué has hecho esto, Phyllis? ¿Por qué? Creía… creía que estábamos avanzando…
Por el pasillo, Wyatt divisó al médico que había tratado a su hermana. Se levantó con rapidez y se interpuso en su camino.
WYATT: ¡Doctor, Doctor! Usted ha tratado a mi hermana, Melinda Halliwell.
DOCTOR: Disculpe, pero me están esperando. Ya hablé con su marido justo antes de que pasase a su habitación…
WYATT: Pero por favor, ¡necesito saber cómo se encuentra!
DOCTOR: Verá Señor Halliwell, su hermana sufrió un fuerte golpe en la cabeza que le causó una hemorragia cerebral. Hemos conseguido detener el sangrado, pero su estado es crítico. Lleva varias horas en coma, y si no consigue despertarse pronto…

En la habitación de Melinda, Jared esperaba a su lado, cogiéndole de la mano.
JARED: Venga Mel, no puedes hacerme esto. ¡No puedes dejarme ahora que iba a recuperarte!
Jared apoyó la cabeza sobre la mano de su esposa, llorando. Su mano entonces brilló levemente con un fulgor dorado, y Jared entonces pudo sentir como apretaban la suya.
JARED: ¿Mel? ¿Melinda?
MELINDA: Ja… red. He soñado… contigo. Estabas siempre a mi lado… (balbuceó desorientada)
JARED: Siempre estaré a tu lado, mientras eso sea lo que desees…

WYATT: Pero Doctor, digame: ¿se encuentra bien el bebé?
DOCTOR: Hubo ciertas complicaciones con su accidente. El bebé… me temo que… (miró con tristeza abajo, incapaz de continuar) Su hermana tuvo un desprendimiento de placenta y su útero comenzó a sangrar mucho. El cirujano no tuvo más remedio que practicarle una histerectomía de urgencia, lo siento…

JARED: Melinda, hay algo que debes saber. Ha pasado algo con el bebé…
MELINDA: Calla, por favor… (dijo llorando con fuerza, asintiendo con la cabeza)
Melinda intentó limpiarse las lágrimas, a pesar de ser incapaz de dejar de llorar. Jared agachó la cabeza y besó su mano.
MELINDA: Ya he decidido cómo se va a llamar el bebé.
JARED: ¿Y cómo va a ser? (preguntó, dejando escapar una lágrima)
MELINDA: Leo Bradford, como su abuelo.
JARED: ¿Cómo sabes que será un niño?
MELINDA: No lo sé. Es sólo… no sé.
JARED: ¿Y si es una niña?
MELINDA: Entonces seguiremos pensando, juntos.
Melinda sonrió, una sonrisa amarga, pues a pesar de que las palabras no habían sido dichas sabía que jamás vería a ese fruto de su vientre que tanto amaba.

En lo alto de la torre Red Swan, Karen Andrews observaba sonriente la puesta de sol gozando de una copa de brandy entre sus dedos. A pesar de encontrarse aparentemente sola, sabía que había alguien con ella entre las sombras, sin hacer apenas ruido. Una presencia que le reconfortaba tras un duro día de trabajo.
KAREN: Todos creerán que ha sido un ataque sistemático de tecnoterroristas, ¡pobres ilusos e ignorantes! (dijo llena de satisfacción) Recibimos las primeras señales del nervio ocular hace 17 minutos. El Senador Montgomery no lo sabe, pero mi arañita irá escarbando en su cerebro durante las próximas semanas hasta que nuestras ideas sean las suyas. Nos abrirá las puertas de la Casa Blanca tras las próximas elecciones de noviembre, y entonces por fin podremos cumplir plenamente con los objetivos de nuestra misión.
Karen no oyó ninguna respuesta, pero sí pudo distinguir el leve sonido de un sollozo.
KAREN: ¿Qué sucede, querida mía? ¿Qué te han hecho en la cara? (preguntó preocupada)
PHYLLIS: (llorando) Yo… Ha ocurrido algo malo.
La expresión de preocupación desapareció de pronto del rostro de Karen, para ser entonces sustituida por una de ira y odio absoluto.
KAREN: Es por lo que le ha sucedido a esa furcia Halliwell, ¿verdad?
PHYLLIS: Yo… Yo no quería hacerle eso. Sólo quería que se cumplieran nuestras metas tal y como habíamos planeado…
Karen se acercó lentamente, y puso sus manos sobre los hombros de una temblorosa Phyllis.
KAREN: Ellos no son conscientes del atroz mundo en el que vivimos, este mundo terriblemente ahogado por la opresión de una sucia magia. No, a ellos esta verdad les es absolutamente indiferente. Su única meta es perpetuar su poder a toda costa, incluso si eso significa aniquilar en el proceso a pobres defensores de este agónico mundo como tú y como yo. Ellos no dudarían en aplastarte como a un insecto si la ocasión lo requiere. Sí, tu propia familia…
PHYLLIS: (llorando) Lo sé, pero a pesar de todo… es mi sangre.
Karen se acercó un poco más y estrechó entre sus brazos a aquella bruja Halliwell llena de dudas y arrepentimiento.
KAREN: Mi niña… Lo comprendo perfectamente. A pesar de haberte repudiado en varias ocasiones, son tu familia biológica. Es una situación desconcertante para ti, y ojalá pudiera hacer que este dolor insoportable desapareciese. Sin embargo, vivimos en un mundo cruel, y desgraciadamente hay cosas que son infinitamente superiores a nosotros mismos. Estamos en medio de una terrible guerra, y desafortunadamente a veces nos vemos forzados a hacer sacrificios terribles. Pero es lo que nos ha tocado vivir, y es la hora de ir a por todas…


Nellie corría entre aquellos callejones abandonados, incapaz de pararse por el terror que cada una de las células de su cuerpo le transmitía. Había llegado la hora que tanto temía, algo contra lo que había luchado con todas sus fuerzas pero que, aun así, había sido completamente incapaz de evitar que ocurriese.
Empujó con fuerza aquella enorme y pesada puerta industrial y continuó corriendo por los pasillos de la vieja fábrica abandonada. Sin embargo, sus habilidades no le respondieron a tiempo y tropezó con una pila de cajas de madera, cayendo al suelo con fuerza. Sentía un intenso pitido en sus oídos derivado del golpe, y estaba segura de que el corte que notaba en su pierna sangraba bastante, pero no tenía tiempo. Quizá aquel último esfuerzo marcase la diferencia, o al menos eso pensaba.
Se levantó algo aturdida, y trastabilló todo lo rápido que pudo hasta alcanzar la puerta de aluminio algo atascada. Se lanzó una, dos y hasta tres veces contra ella, hasta que consiguió abrir una rendija lo suficientemente ancha como para poder pasar. El grupo allí reunido la observó atónito mientras no paraba de jadear.
MITCH: ¿Nellie? ¿Qué sucede?
#953
marlop1988
marlop1988
23/08/2014 19:46
ELEANOR: Ya… ¡Ya vienen! ¡YA VIENEN! (gritó asustada)
Nellie suspiró aliviada, y entonces se derrumbó sobre sus rodillas, agotada. Annika se levantó con rapidez para ayudarla, pero en ese preciso instante un intenso temblor sacudió el edificio.
GRACE: ¡¿Qué puñetas es eso?! ¡¿Un jodido terremoto?! (repuso asustada, agarrando con fuerza su bastón)
MITCH: (mirando a su alrededor) No. Es… es distinto. Siento algo en el paladar, una sensación alcalina. Algo terrible se aproxima…
ELEANOR: Ya… vienen. Ya… vienen. (susurraba con lágrimas en los ojos)
Nellie cayó al suelo y comenzó a convulsionar. Mitch se acercó corriendo para sujetarla, y cuando la tuvo entre sus brazos sus ojos se abrieron de pronto, pero ahora eran completamente blancos. Una especie de energía empujó a Mitch por los suelos mientras Nellie permanecía flotando en el aire con los brazos extendidos.
ELEANOR: Karen Andrews abre puertas que no conoce. Se aproxima el nocivo ocaso. El majestuoso plumaje del anatidae atrapa en vuelo a la diosa Diana. Poder. Adversidad. Consolidación. Roberta Weisz surca inconsciente el sendero de Atë. La primera sombra del tres que halla la luz. Represalia. La última pura ha comenzado su cometido. Un nuevo eslabón fracturado preludio del armónico 5-58. ¡¡¡Ya empieza!!! (gritó llena de terror) Bruma sombría, quietud infinita. Los va a matar a todos…
Nellie cayó de pronto al suelo, semiinconsciente. Mitch gateó lentamente, acercándose adonde yacía su cuerpo, y cuando rozó su mano el suelo volvió a temblar, esta vez mucho más violentamente, hasta comenzar a agrietarse y desgarrarse. Los cristales de las enormes ventanas se hicieron añicos en décimas de segundos, mientras cajas y escombros llovían por toda la sala. La gente comenzó a gritar aterrada, intentando esquivar los golpes.
MITCH: ¡Corred! ¡MARCHAOOOS!
A través de las ventanas se dispuso a entrar un equipo de asalto de Red Swan, dispuestos a atacar a las decenas de inocentes cobayas que escaparon del Proyecto Náyade.
ANNIKA: ¡Hijos de puta rodear a nosotros!
MITCH: ¡Hay que escapar como sea! ¡Marchaos todos! (gritó apremiante)
La gente corrió hasta la atascada puerta de aluminio, saliendo como podían mientras eran acribillados por disparos de bala y armas láser. Mitch cerró los ojos, y con su psicoquinesis orbitacional abrió un boquete en la pared, lanzando los trozos de ladrillo contra sus atacantes, que no todos pudieron esquivar. Annika desapareció en su sombra mediante su umbraquinesis, apareciendo detrás de uno de los que parecía el líder del comando, y le atravesó sonriente el corazón con su propia mano.
ANNIKA: ¡Muerte de perros de cisne! ¡Jajajaja!
A su lado, el suelo se abrió en un enorme agujero y entonces salió con rapidez el ser de la sudadera gris con capucha. Antes siquiera de poder reaccionar, aquel ser alzó su mano y lanzó un rayo luminoso sobre la incauta Annika, incinerándola en décimas de segundo.
????: Sin… supervivientes… (repuso apremiante el ser con su voz gutural)
Los miembros del comando asintieron, y entonces se dispusieron a perseguir con sus armas al resto del Grupo Artemisa, asesinando a sangre fría a todo aquel que encontraban en su camino.
MITCH: ¡No! ¡NOOOOOOOO!
El ser de la sudadera gris se lanzó, áthame en mano, sobre el cuerpo de Nellie. Mitch, antes de que pudiera hacerla daño, cerró los ojos y se concentró con todas sus fuerzas en orbitarla lo mas lejos posible con su psicoquinesis orbitacional, y a continuación hizo lo mismo con todos aquellos supervivientes a los que pudo sentir. Suspiró aliviado, pero entonces sintió una intensa punzada en el pecho, fruto de la bala que le había atravesado. Lo último que vería es la imagen de aquel ser, cuyo rostro apenas era posible ver bajo aquella enorme capucha.
MITCH: Tttú… ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!
Mitch cerró los ojos, y con sus últimas fuerzas concentró toda su energía psicoquinética en una intensa explosión orbitacional.
El cielo nocturno de Chicago se convirtió en día con las llamas de la gigantesca explosión que asoló la fábrica abandonada.



PERSONAJES SECUNDARIOS



Bobbie Weisz -> Spencer Grammer

charmednextgeneration-terceratemporada


Nellie Mason -> Erica Durance

charmednextgeneration-terceratemporada


Benjamin Baxter -> David Boreanaz

charmednextgeneration-terceratemporada


Senador Harvey Montgomery -> James Remar

charmednextgeneration-terceratemporada


Dr. Rupert Shapiro -> Frank Grillo

charmednextgeneration-terceratemporada


Sra. Legendre -> Betty White

charmednextgeneration-terceratemporada


Mitch Lochley -> Joshua Jackson

charmednextgeneration-terceratemporada


Grace Cartwright -> Yvette Nicole Brown

charmednextgeneration-terceratemporada


Annika -> Malin Akerman

charmednextgeneration-terceratemporada


Y Wyn/Mei/Nadi/Helig -> Zoey Deschanel

charmednextgeneration-terceratemporada



Os dejo también el aspecto que tendrían la gente "sin ojos":

charmednextgeneration-terceratemporada
#954
Warlow
Warlow
24/08/2014 06:07
Ay Marlop!!!!!!!!!!!ouchouchouchGeneralmente no me importa que mucho si matan a algún personaje(excepto Alice, Bobbie y Rachel) pero no creí que cuando dijiste que irías mucho tiempo al rincón por matar gente lo dijeras tan literal y si tengo que adivinar diría que eres fan de George R.R. Martin(de esto no podría culparte XD), pobre Melinda me da mucha pena snif y no creo poder perdonar a Phyllis.

A ver si entendí o si me quedé perdido por ahí: Melinda pasó por todo ese bucle porque no quiere enterarse lo de la muerte de su bebé, no??? O me he perdidio de algo????

Supongo que esta es la explicación de por qué Jared pudo curar a Melinda:

Marlop88
WYN: A ver... Tristan Warren tuvo una hija con una luz negra... y el abuelo de tu madre era un luz blanca... mezcla de sangres prohibida... bla, bla, bla... ¿Te basta con eso?


Quisiera saber mas sobre el tema......

Ya se que no me dirás quien es el encapuchado, pero podrías al menos decirme si es un conocido o es un nuevo personaje????

Por mi parte la espera no fue un problema, peeeeeero necesito saber como sigue esto YA, como se nota que solo faltan 8 capítulos para que termine la temporada. Creo que tendré que esperar un poco para leer el siguiente capítulo porque Diccio todavía no a comentado el último capítulo de Recio. Y después viene el segundo capítulo conjunto de CNG.

Por cierto, hay un luz blanca que lleva desaparecido 10 capítulos y 5 de ellos sin que haga aparición........

PD: Ya he subido el capitulo al blog para que lo publiques
#955
marlop88
marlop88
24/08/2014 13:04
Sí, soy fan de Game of Thrones. Y sí, el bucle onírico por el que pasó Melinda era porque no quería asumir la pérdida del bebé que esperaba, y que no podría tener ninguno más carcajada

Phyllis en todo esto es sólo una pobre chica confusa que, buscando alguien que la quiera, se ha dejado arrastrar por cosas que la superan. Es su culpa, pero ella no quería que eso pasase y se siente arrepentida.

Esas palabras de Wyn tienen más miga de lo que parece, pero vamos, que si Jared consiguió que Melinda despertase es básicamente por su poder de proyección, que finalmente pudo utilizar.

No doy más pistas a lo siguiente, porque se me va a acabar viendo el plumero carcajada
#956
LQSA_Recio
LQSA_Recio
24/08/2014 14:51
Siento decirlo, pero no estoy muy espeso últimamente. No me enterado de casi nada :|

¿Todo el episodio era un sueño de Mel? ¿Quién es Wyn? Me gusta la frase que siempre dice de Si quieres puedes llamarme....pero ese nombre te diría tanto de mí como cualquier otro, qué misteriosa. Por los comentarios de Phyllis con Karen debo de imaginarme que no era Pauley, entonces.

¿Mel ha perdido al bebé?

Brwstigh dstupl carcajada

Esto se está volviendo tan misterioso (cosa que me gusta, mucho) que me estoy perdiendo, no me enterado de ná. Voy a leérmelo por segunda vez. Y si no, a ver si para el próximo capítulo me aclaro mejor.
#957
marlop88
marlop88
24/08/2014 15:02
Jajaja Recio, no me extraña tu reacción, era lo que pretendía.

Si, era todo un sueño de Mel, basado en las experiencias que la llevaron hasta su accidente. Y Wyn... pues Wyn tiene tela para cortar carcajada Y no, esta vez Pauley no se ha hecho pasar por Phyllis.

Sí, bebé perdido. Y su útero ya de paso triste
#958
Warlow
Warlow
24/08/2014 16:40
Ah, no había pensado en su poder de proyección porque como salió un brillo dorado de su mano directamente pensé que era un por que tiene sangre de luz blanca. Y sobre esa frase, la verdad no puedo parar de pensar que significa desde que la leí por primera vez.

Ya se que Phyllis es solo una víctima de las circunstancias y ya sé que se siente culpable pero todo dependerá de que decida hacer.

Recio, no te sientas mal yo tuve que leer la parte en la que Wyn le explica a Melinda lo que ocurría un par de veces hasta entender.
#959
LQSA_Recio
LQSA_Recio
25/08/2014 13:05
Vale, creo entenderlo, entonces cuando están en el hospital con Mel hospitalizada, ya no es parte del sueño, no? ¿Pero entonces qué pasa con Bobbie? :/

Pues mira, el punto en el que está Phyllis más o menos era el que quería. Ahora si es posible que no salga mucho del edificio de Red Swan q tengo una trama pensada para ella en el 3x19. Y si necesita salir, pues que se haga el paripé de Pauley haciéndose pasar por ella, como alternativa.

Ay, maravilloso el 5x12 de Angel, el epi 100.

SPOILER (puntero encima para mostrar)

Me encanta que mencionaran a personajes antiguos, como Connor, Lilah y sobre todo Doyle. Qué bien haberle visto en el vídeo de presentación de Investigaciones Angel. Y qué fuerte que Cordy dijera "Fue el primero en caer...", cuando ella ya estaba muerta :/

Es que en la quinta temporada echo de menos a Charisma. El toque cómico que le daba ella me gustaba mucho, cómico pero realista, pues al fin y al cabo Cordy maduró en la serie Angel. Al menos sigue Lorne y Harmony para darle ese toque cómico que nunca viene mal.

¿Pero al final Charisma porqué se fue de la serie? :/ He leído por ahí que Joss se enfadó con ella por el embarazo. ¿Tanto estropeó su embarazo las tramas de la cuarta temporada, pues qué tenían pensado hacer realmente? Porque el tema Jasmine y cómo se defendió, no me parece para nada malo.

Qué buen final, nunca había despertado... entonces, era un fantasma (cosa que no, no? porque era corporeo) o una proyección astral?

#960
Warlow
Warlow
25/08/2014 19:57
Exacto, Melinda ya había dejado de soñar en ese momento y lo de Bobbie.......no se si tiene algo que ver con el "accidente" o lo que sea que le haya pasado o mejor dicho pasará a Rachel según el anterior capítulo de Marlop, no se si tiene que ver con eso.
SPOILER (puntero encima para mostrar)

La verdad que si se la extraña mucho a Charisma en la quinta temporada, por eso me gustó que en su última aparición mostrara todas sus facetas, las cuales siempre me sorprendieron(sobre todo las comicas)

Según la wiki de Buffy originalmente Cordelia no iba a aparecer en la quinta temporada para ayudar a Angel a volver al camino correcto, sino Buffy pero desgraciadamente Sarah no estaba disponible por problemas de agenda y conflictos familiares, así que se decidió que fuese Cordelia la protagonista del capítulo para tampoco dejar a los fans con un mal sabor en la boca por su partida de la serie, pero desconozco si Charisma tuvo problemas con Whedon.

Lo que le pasó es que los Grandes Poderes le dieron un día para despedirse de Angel y compañía, para que los ayude a encontrar su camino y también como recompensa por todos sus sacrificios por lo que ahora Cordelia ascendió a un nivel superior (no como cuando Jasmine la engañó y la tenía como un ser de luz flotando en la nada)

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