ANTES DE 'PEKÍN EXPRESS'

La aventura de 'Frank de la Jungla' se apodera del access dominical

Se trata de un apasionante programa donde se narra la aventura de Frank en la selva y su permamente búsqueda de animales.

Por Redacción El 29 de Septiembre 2010 | 08:00

Tal y como ya recoge nuestro Calendario de Parrilla, a partir del domingo, 3 de octubre, a las 21:45 horas, Cuatro propone a los espectadores un intrépido viaje a través de la selva acompañados de Frank Cuesta. Se trata de un original programa documental vivido en primera persona. 'Frank de la jungla' es otra de las nuevas producciones de Molinos de Papel ('Callejeros', 'Ola ola', 'Hotel, dulce hotel'...).

Con este estreno Cuatro retrasa el comienzo de 'Pekín express' durante aproximadamente una hora. Con esta medida la cadena espera, no sólo llegar a un gran número de espectadores, sino también mejorar la media del reality road en su recorrido por "La Ruta del Dragón". La tercera edición del exitoso programa que presenta Raquel Sánchez Silva arrancó el pasado domingo con el 7,6% de la audiencia (1.396.000).

Junto a Frank, el aventurero del programa, viajan el reportero Nacho Medina y el operador de cámara Santiago Trancho. Juntos reirán, disfrutarán, sufrirán... y conocerán los animales más sorprendentes que uno puede encontrarse en la selva de Tailandia. Frank ha hecho de la jungla su hogar y así lo demostrará en cada programa.

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Algunos de los temas del primer programa

Desde hace 240 millones de años es el rey de los ríos y lagos de aguas estancadas. El cocodrilo es el soberano que gobierna la transición entre el agua y la tierra. Frank recorre los ríos de Thailandia buscando al cocodrilo en su estado salvaje. Asiste al exclusivo momento del apareamiento del animal, algo pocas veces reflejado en televisión. Siguiendo el rastro del cocodrilo por un antiguo santuario, el equipo se pierde. Mientras, varios equipos de guardas forestales del gobierno tailandés, equipados con armas y material de supervivencia, buscan a los tres españoles que han entrado pero no salido de una zona donde hacía nueve años que nadie acampaba.

"Es el único descendiente real de los dinosaurios", se atreven a decir algunos expertos. El dragón de Komodo es uno de los mayores depredadores del mundo. Con el aspecto de un lagarto gigante, una simple mordedura en un dedo puede hacerte pasar tres semanas en el hospital. Comedor compulsivo de carne putrefacta, tiene una bacteria en la saliva que infecta todo lo que muerde. Hasta las islas indonesias de Komodo y Rinja, dos de los tres lugares donde habita el reptil, se desplaza Frank. Cuando tiene delante al animal de casi dos metros de largo, comienza su ceremonia. Se tumba y se pone frente a él, y empieza a erguir el tronco, de macho a macho. "Es la manera que tienen los reptiles de retarse, y poco a poco le iré sometiendo", apostilla Frank rompiendo el gélido silencio impuesto.

Cueva del infierno, Isla de las Flores, Indonesia. Dos lugareños celebran un ritual con un huevo podrido delante de la entrada. "Por favor, proteged a los invitados", reza un desdentado anciano delante de un túnel oscuro. Cientos de murciélagos rabiosos, -es uno de los mamíferos con una mayor probabilidad de contagiodecenas de pitones pegadas a las paredes y víboras de Russell nadando en las aguas fecales.

"La última televisión que entró salió a los diez minutos. El presentador fue picado por un reptil y le tuvieron que evacuar en helicóptero", cuenta Frank desde la entrada de la cueva, a dos horas andando de la primera choza en la que vive gente. Los primeros 30 metros te cubren las piernas hasta las rodillas de algo denso y oscuro. "Son caca de serpiente y de murciélago", tranquiliza Frank. Falta el oxígeno, no se ve nada, pero Frank sí. "Alumbra ahí, al fondo". Una serpiente aparece de la nada, engulle un murciélago y se esconde. Frank decide ir a por ella. El riesgo es alto, las rocas inestables y el agujero que hay detrás, una osadía. Ese es Frank Cuesta, temperamental, impulsivo. Una fuerza de la naturaleza, que no dejará indiferente a nadie. "O le amas o le odias".

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Así es 'Frank de la jungla'

Frank Cuesta es de León, pero vive en Tailandia desde hace 11 años. Frank dirige una Academia de Tenis en Bangkok. Dedicarse a este deporte fue su sueño hasta los 18 años, cuando tras ganar un torneo junior, se compró una moto y tuvo un accidente. "Aquí tengo su recuerdo para toda la vida", cuenta Frank mientras se golpea una rodilla que suena a metálica por dentro. Olvidada la élite como jugador, se pasó al otro bando. Formó parte durante varios años del selecto grupo de los maestros de la Academia de Bollettieri en Florida, EEUU.

El tenis es su trabajo, pero los animales son su pasión. Todo empezó cuando una vez afincado en Bankgok, Frank se marchó, como siempre, con su mochila y sus zapatillas de goma, solo, a la selva de Burma -la antigua Birmania- durante varios días, "a ver animales desde cerca". Todo fue estupendo hasta que su brújula interna se bloqueó. Frank se perdió en la selva y tuvo que ser rescatado días después. Esa fue la primera vez pero no la última. Había nacido un hobby. Pero el español quiso tomárselo en serio. Estudió herpetología -la rama de la zoología que estudia reptiles y anfibios-, y se recorrió todos los Parques Nacionales de Tailandia.

Frank conoce los animales porque los ha visto y tocado de cerca. Pero no es un científico sesudo, un experto biólogo que pretende teorizar sobre ellos. Te cuenta lo que sabe de ellos como si fueras un amigo, con su particular manera y su lenguaje de la calle. Pero pocas personas han estado tan cerca de los animales salvajes como él. Frank ha estado dos veces en coma por picaduras de serpiente. De hecho, un periódico sensacionalista de Bangkok ha abierto una apuesta para sus lectores: acertar el año que moriría el español. "De momento nadie la ha ganado porque la gente apostaba a que no pasaría de 2009", cuenta el leonés con cierta tranquilidad.

Miembro de una asociación para la protección de animales

Frank es miembro de la Asociación de Guardianes de Animales de Tailandia, una entidad sin ánimo de lucro que se encarga del rescate y la posterior puesta en cuarentena de animales urbanos o salvajes, que luego volverán a su estado natural. De ahí que Frank, de pronto, conviva en su casa con una camada de nutrias que sobrevivieron a la caza furtiva. Él las enseña a nadar, a cazar pescado. Y cuando están listas, las devuelve a su hábitat natural, la selva.

En Bangkok hay más de 11 millones de habitantes, y cientos de serpientes salvajes. "Ten en cuenta que parte de esta ciudad se construyó sobre pantanos, y donde hay humedad, hay serpientes. Aquí es tan común como ver una cucaracha", comenta. Pero los tailandeses no solo tienen respeto por los animales sino también miedo, mucho miedo. Y cada vez que aparece una, la policía llama a Frank. Pitones reticulares debajo de un fregadero, cobras en un falso techo de una casa, boas que emergen de las aguas... de la taza del wáter. Son decenas los rescates que ha hecho Frank en el Nueva York de Asia, como muchos conocen a la caótica y cautivadora ciudad de Bangkok.