LA INTRAHISTORIA

Eduard Mondrake: la historia real detrás de 'American Horror Story'

El personaje de la ficción creada por Ryan Murphy existió de verdad. Repasamos como fue su vida.

Por Miguel Bermejo El 26 de Octubre 2014 | 19:05

'American Horror Story' sigue triunfando en su cuarta temporada. La serie de terror creada por Ryan Murphy ha vuelto en forma y una muestra de ello es que su estreno fue el más visto de la saga con 6.270.00 espectadores y 3,1% en demográficos.

En la nueva tanda de episodios ha aparecido un extraño personaje llamado Edward Mordrake, interpretado en la ficción por Wes Bentley. Para no desvelar ningún spoiler, este personaje se puede resumir en un hombre tenebroso con a un origen más tenebroso aún que llega al circo. Pero más allá de la brillantez del personaje, lo interesante es la historia humana que hay detrás porque Mordrake no solo existió en la mente de Ryan Murphy sino que fue noble británico del siglo XIX.

Edward Mordrake fue un hombre que poseía una cara adicional en la parte posterior de su cabeza, que no podía ni comer ni hablar, aunque podía reír y llorar. Esta enfermedad, muy rara, se llama diprosopus (palabra griega que significa "dos caras"), es genética y es la causa de que partes o toda la cara se duplican en la cabeza.

Edward Mordrake, "el hombre de las dos caras"

Pidió ser enterrado en un lugar de residuos

Según los informes, Edward le rogó a los médicos que le eliminasen su "rostro del demonio", alegando que le susurraba por la noche, pero ningún médico acceedió. Se suicidó cuando él tenía 23 años alquilando un apartamento y colgándose del balcón. En el libro "Anomalías y curiosidades de la Medicina" se cuenta su caso aunque es probable que la historia haya sido deformada debido a su narración oral durante años.

El libro explica que Mordrake "vivió en completo aislamiento, negándose incluso a recibir las visitas de los miembros de su propia familia. Era un hombre joven, un profundo estudioso, y un músico de rara habilidad". También afirman que su cara normal era normal, incluso "agraciada", pero que "en la parte de atrás de su cabeza había otra cara, la de una chica hermosa, 'hermosa como un sueño, como un horrible demonio'. El rostro femenino era una mera máscara, "ocupando sólo una pequeña porción de la parte posterior del cráneo. Sin embargo, exhibe todos los signos de la inteligencia, de una especie maligna".

Otro de los traumas del noble es que oía murmullos provenientes de su cara adicional sin existir ninguna voz audible. Según el narrador, su otra cara le murmuraba cosas demoníacas que no le dejaban descansar y le atormentaban. Por este motivo, decidió suicidarse con 23 años, dejando una carta solicitando que su "cara demoníaca" fuera destruida antes de su entierro "para que sus susurros no me persigan en la tumba". Él mismo quiso que su entierro se produjese en un lugar de residuos sin ningún tipo de esquela o distinción que desvelara que había sido enterrado ahí.