ANÁLISIS

Eurovisión 2017, un punto de inflexión en España para el festival gracias a la candidatura de Manel Navarro

El ciclo de Eurovisión 2017 llega a su fin en un año marcado por la polémica, una polémica que no ha quedado sin consecuencias y ha traído notorias mejoras para el festival en nuestro país.

Por David Carro El 13 de Mayo 2017 | 17:25

Si a día de hoy preguntamos por el Festival de Eurovisión de 2017 seguramente una gran mayoría del público todavía lo relacione con la polémica sobre el proceso de selección que culminó con el bochornoso espectáculo de 'Objetivo Eurovisión'. Sin embargo, es más que probable que, cuando dentro de unos años echemos la vista atrás -esperemos que habiendo mejorado nuestro historial de resultados- y analicemos el paso de Manel Navarro por el festival nos demos cuenta de que 2017, en efecto, ha supuesto un antes y un después para el certamen europeo en nuestro país.

La elección del intérprete de "Do it for your lover" se vio empañada desde el principio por la polémica y las sospechas de fraude en TVE. Una maraña de teorías y de cruces de acusaciones sobre las que pronto debíamos haber aceptado que nunca llegaríamos a conocer la verdad con todas sus aristas, por desgracia. Ni la cadena se ha pronunciado alto y claro sobre el tema, enfrentándose frontalmente a cada una de las sospechas que se le planteaban, ni los implicados han acabado de cerrar las heridas que los insultos y gritos de la gala televisada abrieron para muchos.

Directivos, miembros del jurado, el propio Manel Navarro y hasta algunos de los aspirantes de 'Objetivo Eurovisión' han dado sus versiones, unas versiones incompletas -si bien muy provechosas en según qué casos- por el humano hecho de no ser omnipresentes, mientras los demás tratábamos de armar un puzzle que podría haber quedado armado y guardado en su caja durante aquella fatídica rueda de prensa postvictoria en la que Federico Llano y Toñi Prieto asistieron pero evitaron dar explicaciones.

Manel Navarro en 'Objetivo Eurovisión'

Esto no significa, no obstante, que la polémica no tuviera consecuencias. Aunque un viernes a última hora, la noticia de la retirada de Federico Llano como jefe de la delegación española llegó. A pesar de que este año las mayores críticas se las ha ganado Toñi Prieto, Federico, Fede para los amigos -y eurofans-, había sido el "malo oficial" para muchos especialmente desde que Barei arrojó algo de luz al desarrollo de las candidaturas eurovisivas.

Ana María Bordás y Antonio Losada llegaban entonces a dirigir la delegación de España en Eurovisión. Aunque ella era la designada en un principio, finalmente fueron dos cabezas en vez de una porque, como nos explicó, "hay que ser modesto y responsable, y saber cuáles son tus capacidades". Su labor se uniría desde entonces a la del equipo de Must! Producciones y Sony Music, responsables de la carrera de Manel Navarro, y todos juntos comenzarían a volcarse por completo en el proyecto eurovisivo.

Manel Navarro ha sido, con diferencia, el representante español que más se ha implicado en la preparación del festival. El recorrido internacional que ha realizado lo evidencia: Ámsterdam, Londres, Bucarest, Kiev, Tel Aviv y Lisboa, un total de seis ciudades que conforman la gira más extensa jamás realizada. Aunque Eurovisión sirva para lanzar su carrera, el artista se ha volcado en promocionar la candidatura española y no en promocionarse a sí mismo, de modo que no ha perdido energía al compaginarlo con la preparación de un disco o atender otros compromisos profesionales (cosa, por otro lado, respetable).

Quien no ha querido observar el constante trabajo del catalán ha sido porque no ha querido: conciertos, apariciones televisivas, showcases con los fans y una cercana presencia en redes sociales en compañía de otros artistas y representantes. Más allá, Manel Navarro ha mantenido una excelente relación con la prensa, siendo posiblemente uno de los candidatos más accesibles que hemos tenido nunca, y a pesar de los pesares jamás se ha negado a responder a ninguna pregunta. Cualquier medio que ha tenido contacto con él lo ha aseverado al verse exclusivamente remunerado con la simpatía y la entrega del joven artista. Manel no se ha ganado amigos entre la prensa, se ha ganado a profesionales encantados de trabajar con alguien como él.

La nueva TVE se ha entregado notablemente, tal y como confirman fuentes cercanas al artista. Ha contado por primera vez con ayuda externa, contratando a una persona con experiencia en el festival como es el escenógrafo Hans Pannecoucke, ha puesto a su disposición su arsenal técnico y ha desplegado toda una estrategia para reforzar la imagen veraniega de Manel Navarro que culminó con un evento a las orillas del mar de Barcelona. En el plano televisivo, las apariciones en los espacios de La 1, especialmente en el Telediario, han sido constantes durante las últimas semanas. El equipo especial enviado a Kiev ha sido, en efecto, notablemente extenso.

Se llevan tirón de orejas, no obstante, por relegar el previo a la gran final a RTVE.es y no visibilizarlo en la primera cadena, si bien el equipo web ha demostrado en repetidas ocasiones el impecable trabajo que hace, mucho más implicado con el festival que la propia cadena. De hecho, este año realizó una gran labor con la organización del primer Eurocasting, proceso que esperemos no perder aunque la selección del año que viene finalmente se llevase a cabo en 'Operación Triunfo'.

Manel Navarro trabajando con Hans Pannecoucke

Todo esto ha culminado con lo más importante, el trabajo en la canción "Do it for your lover". Por primera vez en años, la delegación española no ha improvisado en los ensayos de Eurovisión. Los movimientos, las luces, los visuales y las cámaras llegaban absolutamente estudiados desde Madrid y los cambios han sido mínimos y muy concretos, sabiendo exactamente lo que se precisaba. Nos hemos evitado, así, críticas absurdas contra la televisión organizadora al traer un concepto más o menos acertado pero completamente trabajado. Durante los meses previos, además, Manel Navarro ha ejercitado la voz y la expresión corporal mediante distintos entrenamientos y coaches, como Quique Guijarro o Giuseppe Di Bella.

Nada de esto nos garantiza, por supuesto, un buen resultado en el festival, pero sí sienta las bases sobre lo que debería ser Eurovisión en nuestro país. Una televisión implicada, una cobertura televisiva, un candidato entregado y un equipo que sabe lo que hace y, si tiene dudas, sabe con quién contar. En España no hace falta -todavía- un Melodifestivalen, sino estas pequeñas acciones que son los cimientos sobre los que descansa una buena candidatura. ¿La guinda? No podemos olvidarnos de la primera preparty organizada en España, un excelente minifestival de la mano del portal especializado Eurovision-Spain.

Seguro que, el año que viene, con esta nueva actitud de TVE, con el ejemplo de un representante entregado y con Ana María Bordás y Antonio Losada formando parte del proyecto desde sus inicios, Eurovisión puede despegar del todo en nuestro país y ratificar este año de cambios que, sin darnos cuenta, hemos vivido en 2017, un año en el que el festival ha tenido una gran presencia en España. Posiblemente queden responsabilidades que depurar y explicaciones que dar, pero es el momento de mirar hacia adelante y empezar a preocuparnos por Eurovisión 2018.

Por el momento, solo nos queda desearle suerte a Manel Navarro y, sobre todo, reconocer el cambio que nos ha traído. Gracias, Manel.