CRÍTICA

Crítica de '(Des)encanto': Matt Groening se sumerge, esta vez sí, en las series de animación para adultos

FormulaTV ha visto los dos primeros episodios de la nueva serie de Matt Groening para Netflix.

Por David Carro El 8 de Agosto 2018 | 09:40

Hay creadores que prefieren explotar todas sus posibilidades y probar suerte en muchos formatos distintos, y creadores que se dedican al máximo a sus series con el fin de ascenderlas a la categoría de icono. Podríamos pensar que Matt Groening pertenece a este segundo grupo; con más de 40 años de carrera a sus espaldas, el dibujante, productor y escritor tan solo ha dado a luz a la inagotable familia amarilla de 'Los Simpson' y a los mensajeros espaciales de 'Futurama'.

Ambas ficciones han conseguido consagrarse en nuestro panorama como referentes y, mientras la primera tiene asegurada su 30ª temporada, la segunda no ha sido olvidada por sus seguidores y, de cuando en cuando, ofrece nuevas entregas de una u otra forma. Con semejante precedente, el (des)embarco de '(Des)encanto' en Netflix llega con el listón bastante alto, el reto de no recordar a sus antecesoras y la presión de entrar también en el paseo de la fama de la animación para adultos.

Bean, Elfo y Luci, los protagonistas de '(Des)encanto'

Tras explorar la América profunda actual y los confines del cosmos futuro, en esta ocasión Groening echa la vista atrás para parodiar la Edad Media. '(Des)encanto' toma como personaje principal a Bean, una princesa rebelde que prefiere escaparse para apostar y beber con el pueblo que permanecer encerrada en su castillo, donde está destinada a casarse con el heredero de otro reino. Decidida a enfrentarse a los deseos de su padre, contará con la ayuda de Elfo, un duende cansado de ser feliz que se subleva contra los de su especie, y Luci, un demonio que alentará los deseos más oscuros de la protagonista.

Con '(Des)encanto' el dibujante estadounidense se deshace de las ataduras que impone una televisión en abierto convencional y presenta una animación adulta, pero adulta de verdad. Ni personajes que se quedan a medio camino en su atrevimiento, ni un humor con miedo a lo políticamente incorrecto, ni cierres con una moraleja buenista. No es 'Padre de familia' o 'South Park', pero los protagonistas se mueven por el interés personal hasta el final y las tramas huyen de la caricatura para conectar con problemas de la vida real.

'(Des)encanto', la nueva serie de Matt Groening en Netflix

Al contrario que la mayoría de series de animación, los episodios de '(Des)encanto' no tienen una estructura cerrada que se repite. Netflix se ha decantado por un gran hilo argumental dividido en diez capítulos con continuidad entre si, en lugar de las habituales tramas autoconclusivas. Opta, además, por una mayor duración, más próxima a los treinta minutos que a los veinte. Esto no significa que la historia no esté animada por sketches o personajes episódicos con altas dosis de humor.

Con todo esto, los fans de 'Los Simpson' se preguntarán si '(Des)encanto' remite de alguna forma a las aventuras de Homer y compañía. Que la protagonista sea una versión femenina y extremada de Barney es la analogía perfecta para aplicar al resto de aspectos de la ficción, como el trazo de los dibujos, que resulta familiar a la vez que más tosco. Es inevitable encontrar el sello Groening en su nueva ficción pero se observa la intención de dar un paso hacia adelante y no ofrecer más de lo mismo.

Humanos, elfos, demonios, anfibios humanoides... el universo de Dreamland, el ruinoso reino en que se ambienta la serie, recuerda posiblemente más a 'Futurama' que a 'Los Simpson', aunque es más rupturista de lo que Fry, Bender y Leela lo fueron en su momento. Se agradece que en esta ocasión la protagonista sea Bean, una mujer fuerte e independiente. Y, si hay que buscarle un defecto, se trata claramente de prescindir de una cabecera magistral como la de las series anteriores.