MUCHO TRABAJO

Las dificultades para crear las cicatrices de Amy Adams en 'Heridas abiertas'

La actriz tardaba más de dos horas en maquillarse y otras dos para quitárselo.

Por Esther García El 26 de Agosto 2018 | 18:41

Hay veces en que el maquillaje que deben llevar los actores caracterizados como sus personajes llevan mucho trabajo. Amy Adams nos ha apasionado y encantado metida en el papel de Camille Preaker en 'Heridas abiertas'. Su papel no solo conlleva mucho trabajo mental para poder dar vida a un trauma, sino que físicamente el equipo de maquillaje debe emplearse a fondo con su cuerpo.

Cicatrices en el cuerpo de Amy Adams

Para los que han visto la serie, o la verán próximamente, Camille Preaker tiene cicatrices en todo su cuerpo. Heridas que construyen palabras que se ha hecho a sí misma con cortes a lo largo de su vida. En los primeros episodios vemos cómo la actriz se araña con una aguja para calmarse, pero hasta el quinto capítulo no aparece un primer plano de su cuerpo desnudo y lleno de heridas, y así poder explicar cuál es la razón de autoinflingirse daño físico.

Un trabajo muy preciso

Tal y como informó el equipo de maquillaje de la serie en Vulture, las cicatrices están creadas y estudiadas a conciencia, incluida la cicatrización. Es decir, observando cómo se las hubiera hecho realmente una persona a sí mismo: "Las marcas tienen que ser exactas desde un punto de vista médico", y así poder crear el acabado en adhesivos que son prótesis médicas. Las letras eran lo más parecido al estilo de escritura de Amy Adams.

Las cicatrices de Amy Adams con otra iluminación

Para que las marcas no se despegasen del cuerpo de la actriz tuvieron que seguir un proceso. En principio no se iban a caer, pero para evitar problemas Adams tenía que mantenerse en agua fría varias horas durante la producción, mas que nada porque poder crear esa obra de arte se necesitaban unas "dos horas y media, y después estábamos en el set 12 horas. Luego teníamos como dos horas al final del día para quitar todo ese maquillaje"

No solo existía el problema del quita y pon a lo largo del día, que les llevaba mucho trabajo y tiempo, sino que tuvieron que recurrir a una doble para que llevara más marcas adhesivas por la luz. Dependiendo del escenario y la iluminación las cicatrices eran más claras o más intensas, con lo que era imposible que todo ese maquillaje pudiera estar en la piel de Amy Adams.