ESTRENO FRACASADO

'El enemigo en casa' se traslada a La 2 por falta de audiencia

Tal y como era de esperar, TVE ha decidido mover ficha y trasladar 'El enemigo en casa' a su segundo canal. Desde su estreno el concurso de La Primera ha obtenido una media de 854.000 espectadores.

Por Redacción El 16 de Mayo 2005 | 14:00

'El enemigo en casa' se estrenó el pasado 25 de abril. Tal y como explicó el director de Programas de Entretenimiento de Televisión Española el día de su presentación el concurso está basado en un formato de éxito de la cadena BBC que ha sido exportado al mundo entero. Según Javier Montemayor el nuevo programa de TVE1 tiene ingredientes de suspense e intriga, por lo que resulta un concurso más innovador de lo habitual, sin embargo, la audiencia no lo ha visto de esa manera.

El debut de Daniel Domenjó al frente del concurso pasó desapercibido por el gran público. De hecho tan sólo 1.048.000 espectadores (15,3%) conectaron con La Primera durante su primera emisión. Este pasado viernes 'El enemigo en casa' ha anotado un triste 11,1% con 846.000 seguidores. La última apuesta de La Primera no ha hecho sino empeorar la franja de tarde, en vez de fortalecerla como era su objetivo.

Los programadores del Ente público han decidido reubicar el concurso en La 2. Tras 14 emisiones la audiencia media del concurso ha sido de tan sólo 854.000 espectadores (11,7%). El cambio se debe a la baja audiencia que ha obtenido el programa en estas semanas.

Según fuentes oficiales, "se trata de un reajuste temporal, a la espera de que se estrene el nuevo programa informativo que ocupará esa franja". Con este cambio se intenta afianzar y dar tiempo a un programa que, pese a no haber logrado hasta ahora un respaldo espectacular por parte del público, con más rodaje puede lograr mejores resultados en el futuro.

Temporalmente, para sustituir en la franja de tarde el espacio que ocupaba 'El enemigo en casa', se emitirán dos capítulos de la telenovela 'Amor real' (16:00 a 17:45 horas), la serie 'Obsesión' (17:45) y 'Cuéntame cómo pasó' (18:35 a 20:00 horas).

Con esta maniobra, TVE vuelve a contradecirse en sus propios postulados. Hace escasos meses directivos de la cadena reiteraban su apuesta por una programación de calidad en la que las telenovelas ocuparan una mínima franja horaria de la parrilla, sin embargo, ahora parecen haber olvidado aquella intención al programar una hora más de culebrón en la sobremesa. Y lo que es más grave, reducen en una hora el espacio infantil 'Los Lunnis' (La 2) para hacer hueco al concurso de Domenjó.

Según comentó Daniel Domenjó en la presentación, 'El enemigo en casa' es un concurso de estrategia y observación. Un programa que rompe un poco con todo, pero que puede marcar una cierta senda en lo que puede ser la televisión en España. Sin embargo, el único camino que ha marcado ha sido el del fracaso.

Continúa la misma dinámica en La 2

'El enemigo en casa' continuará repartiendo premios diarios que podrán llegar hasta los 7.000 euros. Como hasta ahora el público podrá intervenir también desde su casa, por teléfono o SMS, y conseguir premios en metálico de 2.000 euros.

Durante los 45 minutos de duración del programa, el presentador, que desconoce realmente cual de los cinco concursantes es el enemigo, irá recopilando o dando información sobre los concursantes. También indagará sobre las sospechas que tiene cada concursante de los demás.

Dirigido por Sergi Schaaff e Isabel Raventós, 'El enemigo en casa' combina dos ingredientes fundamentales, ya que se trata de un concurso sobre cultura general, y se convierte en un juego de desenmascaramiento en busca de la verdad.

En este espacio, en el que cinco concursantes contestarán a preguntas culturales, se ha colado un infiltrado que conocerá de antemano las preguntas y las respuestas, por lo que los participantes tendrán la misión de descubrir quién es el enemigo en casa. Si lo dejan escapar, se irá con todo el dinero a su casa.

Además, cada uno de los concursantes, y especialmente "el enemigo", debe plantearse una estrategia de juego. Los concursantes inocentes deben inspirar confianza para no dar la impresión de que son ellos los tramposos porque, si son escogidos por sus compañeros como el infiltrado, perderán el premio.

El enemigo puede diseñar varias estrategias: no contestar a ninguna pregunta para que los demás crean que no conoce las respuestas o, por el contrario, responder las suficientes para que piensen que no es posible que se destape con tanta facilidad. De la elección de su estrategia y de su capacidad para que no le descubran dependerá su victoria.