CRÍTICA

Goya 2017: claves de una gala aburrida, descafeinada y sin emoción

Dani Rovira correcto pero sin llegar a sorprender en una noche carente de emoción y sentido del espectáculo televisivo.

Por Cristian Quijorna El 5 de Febrero 2017 | 05:32

Televisión Española emitió el sábado 4 de febrero la 31ª edición de los Premios Goya 2017. Una gala esperada por muchos en la que "Un monstruo viene a verme" y "Tarde para la ira" fueron las grandes triunfadoras de la noche, acumulando trece galardones entre ambas, unas cifras nada despreciables que evidencian que las dos películas se han convertido ya en los auténticos éxitos del año en lo que a cine español se refiere.

Dani Rovira en su monólogo de apertura de los Goya 2017

La cadena pública y la Academia del Cine optaron de nuevo por el cómico y actor Dani Rovira para encargarse de las labores de presentación de la gala. Por tercer año consecutivo el andaluz se subió al escenario para liderar esta retransmisión pese al gran aluvión de críticas que recibió el pasado año por su trabajo en la misma. Un duro reto que ha conseguido superar aunque no sin problemas y dificultades antes.

Una estructura narrativa sin sentido

Uno de los principales problemas que han tenido los Goya 2017 ha sido una deficiente estructura narrativa en la que no se ha jugado a favor del show televisivo. No se ha pensado que es un gran espectáculo que debe conquistar al espectador desde el minuto uno, lo que acabó provocando que la audiencia acabase con la sensación de estar viendo una simple entrega de premios sin una mínima coherencia narrativa.

No hubo un gran estallido inicial con el que conseguir atrapar al espectador desde el segundo uno y es que lejos de apostar por un gran número visual y musical que dejase a todos con la boca abierta, algo que se podría conseguir con los buenos profesionales que trabajan en el mundo del cine y televisión españolas, se optó por un simple monólogo que no tenía el suficiente gancho como para conquistar al espectador.

A lo largo de la noche se fueron desarrollando diferentes gags e incluso un número musical protagonizado por Adrián Lastra y Manuela Vellés, pero estos no encajaban en el momento de la gala en que se tenían que desarrollar. En ningún momento hubo una coherencia narrativa, una evolución del show o un cierre sorprendente y que dejase un buen sabor de boca. Se olvidó que sí, los Goya también son un programa de televisión.

Dani Rovira, presentador de los Goya 2017

El acierto: menos peso para Dani Rovira

A diferencia de otras ediciones en las que el cómico fue el gran protagonista, esta vez Dani Rovira tuvo un papel importante, como presentador que era, pero no monopolizó la noche. Fue apareciendo sobre el escenario o el patio de butacas en diferentes momentos de la gala con diferentes intervenciones y gags con un nivel superior de lo visto en 2016 aunque tampoco desató las carcajadas de nadie de forma muy destacada. Sin duda fue un acierto no darle tanto peso en la escaleta final del espacio ya que posiblemente hubiese acabado cansando si los chistes y gags se hubiesen multiplicado.

Evidentemente el guion que interpretó Rovira no era el mejor ni posiblemente nadie piense que ha sido la gala más divertida y sorprendente, pero lo que sí es cierto es que el presentador sí logró algunos puntos divertidos que consiguieron que el espectador sonriese o incluso se identificase con él cuando de lucha política y social se refería. No fue la mejor gala pero tampoco la peor, y quizás ese es su problema: no destacó especialmente por nada, ni el guion ni Rovira.

Pero ni verlo totalmente reivindicativo contra los políticos en el único momento en que habló del tema en su monólogo inicial o disfrazado de Superman con la presidente de la Academia fueron suficientes para destacar y lograr que el paso de Rovira este año por los Goya fuese reconocible en el futuro por la crítica y el público.

Uno de los momentos más comentados de los Goya 2017

Falta de mucha emoción

La gala duró menos, fue directa y rápida pero no logró algo fundamental en televisión y en todo evento como este que se precie: la emoción. El público vio como todo se convertía en un gran acto prácticamente administrativo en los que se entregaban los premios de una forma muy rápida, sin apenas dar tiempo a nadie para abrirse frente a los presentes y en los que no hubo ni una sorpresa, ni un giro, ni un momento que atrapase al público por su emotividad.

Porque no, vestirse de Superman con la presidenta no es sorprender, ni tampoco arrancar con un monólogo reivindicativo con un Dani Rovira totalmente exaltado. Con estos momentos no se atrapa al espectador porque no se transmite realidad, verdad, sentimiento, no se transmite nada.

Y es que de nada sirve hacer una gala ligera y rápida si no logras sorprender y sobretodo transmitir sentimientos al espectador. Se acaba convirtiendo en una ceremonia totalmente descafeinada, que posiblemente no será recordada por nadie y con la que no se ha logrado romper la barrera entre los actores y la audiencia. Ha sido una noche fría, insulsa y con una nula capacidad de transmitir algo.

Pocos actores como Emma Suárez o Anna Castillo lograron emocionar al espectador de verdad. Lo hicieron gracias a una innegable alegría y emoción al recibir sus galardonas. Ellas sí transmitían, sí que sentían de verdad, sí que vivieron ese momento, pero fueron prácticamente las únicas ya que ningún discurso logró traspasar la pantalla y conquistar al público, como sí ha sucedido este año.

Una escenografía ineficaz

Evidentemente el Madrid Marriott Auditorium Hotel no ha sido el mejor sitio para realizar una gala de estas características. ¿Qué sentido tiene apostar por un lugar tan pequeño que cuenta con un escenario diminuto si vas a tener a la Film Symphony Orchestra sobre él durante toda la noche? Así solo se consigue crear una sensación al espectador de poco espacio, de mucha gente en todos los planos, generando ruido visual y agobio que no favorece para nada su visión.

Sí, contar con una orquesta así, si su uso es testimonial durante la noche y cuando solo te genera problemas frente las cámaras, fue todo un error por parte de la organización ya que la banda no sumaba al show, solo restaba. No aportaba absolutamente nada. Y tampoco hay que dejar de tener en cuenta la escenografía utilizada sobre el escenario, totalmente nefasta y poco televisiva, desprendiendo un aire de televisión anticuada y poco avanzada a nuestra etapa actual , algo que acababa envejeciendo el resultado final del espacio. Esto sumado a elementos como las múltiples escaleras que los premiados tenían que cruzar no hacía más que empobrecer y complicar el show.

Premios Goya 2017

Graves problemas de realización

A nivel televisivo otro de los principales errores que tuvieron los Goya 2017 fue la realización y producción de la gala. Fueron muchos los momentos en que veíamos a múltiples cámaras temblar en importantes momentos o a personas de la organización que no debían salir en pantalla pero que sí le acababan apareciendo a los espectadores. Errores demasiado evidentes que evidenciaban el poco cuidado con el que se realizó.

Y teniendo cuenta esto, no sorprende el cero riesgo que se tomó con los tiros de cámara, el juego de diferentes planos o la incorporación de nuevos elementos narrativos. No hubo innovación ni sorpresa, es más, el resultado fue peor de lo esperado por el poco cuidado con el que se hizo.

Conclusion: una gala sin más

En definitiva, los Goya 2017 han pasado sin pena ni gloria por la historia de la televisión nacional. La Academia y RTVE han acabado logrando una gala sosa, insulsa, con un falso ritmo televisivo que ha restado emoción al show en el que además se han producido muy pocos momentos que acaben calándole al espectador y donde Rovira ha tenido un papel ajustado, correcto pero nada sorprendente.

En la gala no se ha arriesgado, no se ha jugado con todas las posibilidades que se tenían sobre la mesa, no se ha pensado en la televisión en definitiva. Y es que sí, es necesario que se haga, que se idee el show como un gran espectáculo televisivo de calidad y es que cuando eso suceda, solo en ese momento, lograremos una gran gala de calidad y no lo que se ha emitido en Televisión Española.