LA PRESIÓN HA PODIDO CON ÉL

El exmarido de Juana Rivas se derrumba ante las cámaras de 'El programa de Ana Rosa'

El italiano asegura que ha tenido que salir de España como si fuera un ladrón y que en cualquier otro país le hubieran pedido perdón.

Por Laura Ortiz El 4 de Septiembre 2017 | 17:00

Ana Rosa ha vuelto de sus vacaciones para volver a ponerse al frente de 'El programa de Ana Rosa'. Tras inaugurar la nueva temporada, el espacio matinal de Telecinco ha puesto al tanto a la audiencia sobre la última hora en el caso Juana Rivas y para ello han contado con declaraciones exclusivas de su exmarido, Francesco Arcuri, quien no ha podido aguantar con la presión a la que está siendo sometido.

Francesco Arcuri en 'El programa de Ana Rosa'

'El programa de Ana Rosa' ha hablado por primera vez con Francesco Arcuri tras su regreso a Italia, en concreto, a la isla Carloforte. El exmarido de Juana Rivas le ha confesado a la reportera que "está muy cansado" de la situación a la que se está enfrentando. "Necesito cuidar de mis niños, necesito ser fuerte, recuperarme, porque por un mes y medio en España me han hecho de todo. Me han hecho pasar por lo que no soy, he tenido que defenderme de acusaciones, yo soy el perjudicado", ha explicado Arcuri defendiéndose de las preguntas de la reportera. Asimismo, también ha querido dejar claro que "todos reflexionen sobre lo que han hecho".

Arcuri se derrumba

Sin embargo, la presión ha acabado con el italiano y no ha podido aguantar derrumbarse y llorar ante las cámaras de Telecinco. "¿Qué quieren que haga, que me cuelgue de un árbol? Porque ya no aguanto más...", asevera entre lágrimas. El exmarido de Juana Rivas también se ha mostrado muy crítico con la justicia española y ha afirmado que "le han hecho pasar por un monstruo en España". "He tenido que salir de España como un ladrón, en un país normal tendrían que acompañarme al aeropuerto y pedirme perdón", explica sollozando.

No contento con esto, Arcuri también ha tenido palabras para la madre de sus hijos, a quien ha tachado de comerle la cabeza a sus hijos aunque le deja la puerta abierta para que vaya a visitarlos. "Mi hijo de once años echa de menos a su madre, le han puesto la cabeza así, le han puesto la cabeza así a mi niño, de cosas malas que yo no he hecho", explica el italiano entre lágrimas.