El pasado miércoles 25 de abril, Cristina Cifuentes renunció a su cargo en la Presidencia de la Comunidad de Madrid después de la polémica generada por las irregularidades en torno a su Máster en la Universidad Rey Juan Carlos y la posterior publicación de un vídeo en el que era registrada por robar unas cremas. Con respecto a este último episodio, 'Socialité' ha contactado telefónicamente con el vigilante que pilló a Cifuentes.
Imagen emitida en 'Socialité' junto con la declaración del vigilante de seguridad que pilló robando a Cristina Cifuentes
El profesional admitió que la política llamó su atención a través de las cámaras porque "la cachonda iba impoluta". Al hacer zoom sobre el bolso, pudo ver cómo la expresidenta de la Comunidad de Madrid miraba hacia los lados con una crema en las manos. "Empezó a quitarle el plástico del blíster, luego sacó la caja, cogió la cremita, la metió y puso la caja en su sitio", explicó el profesional, que añadió que "hizo lo propio con la segunda crema".
"Tardó nada, lo justo. Y remoloneando, como se suele hacer cuando van a 'chorizar'", continuó el vigilante de seguridad, para el programa de María Patiño. Además, añadió que Cifuentes tenía la cara "bastante dura", porque cuando su compañero la paró y le pidió que lo acompañara, ella se negó. Ante la negativa, el vigilante acudió en ayuda de su compañero y le echó en cara a la expresidenta el hecho de que hubiera robado dos cremas "de las caras", en torno a "92-96 euros".
"No dejaba el bolso ni de coña"
El vigilante señaló su comportamiento como "altivo", "de una señora que va con un traje que vale un dinero" y un bolso que "cuesta 500 veces más que lo que se había llevado". "Ese movimiento altivo y ese nerviosismo que tenía eran lógicamente de que la habíamos pillado con el carrito del helado", prosiguió el vigilante. El profesional reveló que, en un principio, Cifuentes había intentado convencerlos de que solo tenía una crema y de que era suya. "Ella no dejaba el bolso al principio ni de coña", explicó el profesional, que tuvo que acabar registrando sus pertenencias para dar con el segundo bote. Según su versión, cuando le instaron a pagarlas, la expresidenta alegó que "no sabía si llevaba dinero", aunque acabó cediendo.
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"Más suave que un guante"
"Estaba más suave que un guante. Seguía muy nerviosa y abochornada", precisó el profesional, que añadió que no la habían vuelto a ver por allí tras permitirle salir por la parte de atrás. "Mi hipótesis está muy clara: esta señora llegó a la Asamblea de Madrid y dijo: 'oye, me ha pasado esto, que borren ese vídeo o que lo quiten o lo que sea'. Y entonces, a los días siguientes, sí que vino el policía en cuestión a pedir que borraran el vídeo no: a pedir una copia de ese vídeo. Lo que hizo este tío fue quedarse con eso y se lo daría a quien fuera y al cabo de los años, cuando ha hecho falta, lo han sacado. Si no, tururú", concluyó el vigilante de seguridad.