Detienen y aíslan al periodista Pablo González durante 72 horas en la frontera de Ucrania

La guerra librada en Ucrania tras la invasión de las tropas rusas provocó una situación de lo más compleja en el viejo continente. Las muertes y bombardeos se suceden cada día, mientras la población trata de escapar de la barbarie orquestada por Vladimir Putin. En medio del caos, la prensa sigue presente en la zona para informar de las últimas horas y Reporteros Sin Fronteras, entre otros, denunció la detención del periodista español Pablo González.

Rzeszow (Polonia) fue la localidad en la que se produjo el arresto que se prolongó un total de setenta y dos horas, "sin ninguna explicación creíble". Así lo aseguraba la asociación internacional, recalcando además una flagrante violación de sus derechos fundamentales: "No ha tenido acceso a su abogado". La Agencia de Seguridad Interna (ASI) le mantuvo retenido y, según se informa, privándole de cualquier tipo de comunicación.

Precisamente, su propio letrado hizo un llamamiento a través de los medios y redes de comunicación para que la sociedad española conociese lo que estaba ocurriendo: "A las autoridades polacas, que se nos informe claramente de los cargos que se le imputan", aseguró. Asimismo, vio conveniente recalcar que acusan a su defendido de "atentar contra los intereses polacos" y que, además, "está detenido por los servicios secretos polacos". A juicio de Gonzalo Boye, "actuando al margen de la legalidad".

Exige al Gobierno de España que se movilice

Polonia es un país miembro de la Unión Europea (UE) al igual que España, razón por la que no puede concebirse que existan "detenidos desaparecidos". Boye, además, hace un llamamiento con tono crítico al Gobierno central, para exigir que se pongan a trabajar por esclarecer toda esta complicada situación: "Hemos informado a la embajada española", confirmó. Instantes después, se dirigió de nuevo al Ejecutivo, reiterando que González solo estaría bien si se difundía la compleja situación.

El letrado se apresuró a hacer una reflexión que interpelaba directamente a los partidos políticos que ostentan el mando: "Si el Gobierno de España exige a Polonia que entregue a Pablo, Pablo será entregado", sentenció. Para finalizar, volvió a mirar a cámara para confirmar que, tanto él como la familia de González, no tienen "conocimiento de que las autoridades están haciendo algo". Él mismo apuntó sin dudar a que debía ser porque "considera a Polonia como un país aliado", concluyó.