ENTREVISTA

José Sacristán ('Alta mar'): "Me da igual trabajar para Netflix que para el alcalde de Alcorcón"

Eduardo Blanco y José Sacristán nos presentan cómo son sus personajes de 'Alta mar' y qué supone para ellos entrar en un proyecto de tal envergadura.

Por Sergio Navarro El 6 de Junio 2019 | 10:52

Dos actores veteranos y muy amigos entre ellos como son José Sacristán y Eduardo Blanco se juntan en este proyecto de Netflix y Bambú Producciones. Ellos dos dan vida al Tío Pedro y al Capitán Santiago Aguirre, dos hombres con muchos secretos que intentarán durante 16 capítulos que no salgan a la luz. Hablamos con ellos para que nos hablen de sus personajes y de cómo se enfrentan a un proyecto que será visto en 190 países.

Ivana Baquero, José Sacristán y Alejandra Onieva, en 'Alta mar'

Contadnos cómo son vuestros personajes y qué papel juegan en esta serie.

José Sacristán: Yo soy el tío de estas muchachas protagonistas (Eva y Carolina). Es un personaje que tiene una apariencia, una forma de manifestarse, pero que guarda una carta en la manga. Él tiene un problema, tiene un secreto que tiene que resolver y mientras tanto hay unas apariencias y hay una realidad. Parece ser que esta realidad no se va a descubrir hasta incluso comenzada la segunda temporada. Pero es un personaje muy interesante, como hasta ahora, todo lo que me ha ofrecido Bambú, estoy encantado con mi relación con esta productora magnífica que como podéis ver hace alarde de unos niveles de producción verdaderamente impresionantes.

Eduardo Blanco: En mi caso espero que se sientan como en su casa porque esta es mi casa, mi barco. Yo soy el capitán del barco y vamos a hacer una travesía en esta época, entre los cuarenta, después de la Segunda Guerra Mundial y espero llegar a puerto. Mi personaje viene en unas condiciones emocionales no tan óptimas como para emprender una tarea como esta, que es llevar un barco adelante durante tantos kilómetros.

José Sacristán: ¡Nudos!

Eduardo Blanco: Tienes razón, nudos. Y el plató del barco es una maravilla. Tiene un aire 'Eduardo Blanco'. La parte técnica es impresionante. Durante el rodaje, te asomas a una ventana y está el mar. El mar si llueve, si no llueve, si bambolea...

José Sacristán: Es una pantalla de LED, que yo es la primera vez que trabajaba con ella. Es un croma, una pantalla de LED que tiene el mar en distintos momentos: de día, de noche, calmado, revuelto. Es un producto indudablemente muy bueno. Estamos hablando de un mercado en el que se supone que tienen estos productos, o al que aspiran estos productos. Por lo tanto hay unas cuestiones de forma que hay que observar. A nosotros nos parece que en ese aspecto es impecable la producción, impecable. A la altura de las mejores producciones de series que hoy por hoy uno puede ver, en el mundo entero.

Lo que es sorprendente es que, con una trayectoria tan extensa, todavía os sigan impresionando cosas a ese nivel.

José Sacristán: Tanto Eduardo como yo tenemos alguna familia artística donde todo se ha ido resolviendo en un carácter doméstico. Las películas que hemos hecho, el teatro que hemos hecho... Entonces ahora encontrarte con estas dimensiones no es habitual.

Eduardo Blanco: Además la tecnología va evolucionando. Yo recuerdo hace 15 o 16 años atrás, que hice una miniserie llamada 'Vientos de agua', la tecnología para poner un barco en mitad del océano era muy complicada. Y hoy la ves y dices: "Bueno, es lo que había en ese momento". Es sorprende, esto ha evolucionado de una manera impresionante.

Eduardo Blanco, en 'Alta mar'

Ligado a esto, ¿qué supone para dos actores que han trabajado en tantos medios y en tantos proyectos estar ahora en Netflix?

José Sacristán: A mí, personalmente, en lo que a mí trabajo se refiere, no afecta. Me da igual trabajar para Netflix que trabajar para el alcalde de Alcorcón.

Pero te van a ver en 190 países.

José Sacristán: Pero me da igual, a mí me tiene que dar igual. Es mi personaje y la historia y mi relación con el resto de personajes. Que luego todo ese trabajo tenga una proyección u otra, en principio no me afecta. ¿Qué cara pongo? ¿Voy a poner una cara para x millones? Qué va, qué va.

Eduardo Blanco: Cuando uno hace y cuenta una historia en el teatro jamás piensa que va a llegar a tantos millones. Sin embargo lo hacemos con la misma responsabilidad, con la misma profesionalidad, da igual. Si te pones a pensar, son 130 millones. ¿Qué es eso? ¡No me lo imagino! ¿Cuántas canchas de fútbol son? Sorprendente.

José Sacristán: No, eso no puede afectar, sería una frivolidad.

¿Qué relación existe entre vuestros personajes?

Eduardo Blanco: ¡No lo cuentes!

José Sacristán: De mi boca no va a salir ni una palabra. Se supone que son viejos conocidos, pero no hay mucha información. No hay mucho trato, cada uno tiene su problema particular.

¿Y vuestra relación con el gran misterio de la serie?

José Sacristán: Pues lo manejamos más o menos como vosotros, porque hay cosas que vamos sabiendo sobre la marcha. Tenemos la suficiente información para no hacer el ganso, el idiota pero hay unas soluciones finales que siempre están en suspense. Seguramente eso tiene que ver con que trabajamos para un medio donde el medio es el mensaje, que dijo McLuhan y es indudablemente un medio que convoca a una cantidad de gente de ese tipo, una de las estrategias era administrar o controlar el resultado final del producto.

Y aun cuando no sabíais quién es el asesino, ¿sospechabais de vosotros mismos?

José Sacristán: Hay unas evidencias, pero solo unas evidencias que han de ser ratificadas o rubricadas o comprobadas con más eficacia. Pero al final de esta primera entrega aparecen unas evidencias de unas responsabilidades o unas culpabilidades, como contrapartida de unas inocencias, pero no podemos decir nada.

Eduardo Blanco: No, no, él ya ha hecho una pregunta con segundas intenciones pero que la vamos a dejar pasar.

Me pregunto cómo el asesino puede estar rodando 16 episodios sin saber que es el asesino.

Eduardo Blanco: ¿Pero de dónde se saca tu cabecita que hay solo un asesino, por ejemplo? Es un prejuicio.

Igual es una suicida.

José Sacristán: No, y que puede ser que haya habido un crimen, pero el que ha cometido el crimen no sea tal asesino sino que sea un acto de justicia. O sea que el muerto, bien muerto está.

¡Ya te estás justificando por si eres tú!

José Sacristán: Es posible que ese muerto... ¡Que le den al muerto! (Risas)

Eduardo Blanco y José Sacristán, en 'Alta mar'

¿Os habéis encontrado con algún reto que hayáis dicho: "Yo esto no lo he hecho nunca"?

José Sacristán: Que ni se les ocurra proponerme a mí retos de esa naturaleza, porque no vengo. A mí me citan para un reto y no vengo. Yo no estoy para retos ya. No, no, no. No ha habido ningún reto, bueno, el frío... No han aparecido circunstancias singulares.

Eduardo Blanco: Yo nunca he trabajado para Bambú, José ya tiene otra experiencia, y la verdad es que hasta ahora por lo que yo he visto es que hay una producción tan importante que funciona como un grado de contención. Los decorados, cuando los tocas, ves que son reales. No es una pared o te apoyas en el timón y el barco... Me imagino que a la hora de actuar, de llevar adelante esta historia, todas estas cosas son "apoyaturas" muy importantes. Para no tener que ir pensando en no apoyarte en una mesa pensando en si se puede quebrar. Lo mismo que cuando ves por la ventana y ves el mar real, ayuda muchísimo y este tipo de cosas favorecen.

José Sacristán: Traducido en números no sé qué diferencias económicas hay, de la inversión, de lo que supone esta producción en comparación de lo que podría ser 'Velvet' o 'Tiempos de guerra'. Pero la familiaridad que yo tengo con la calidad que propone Bambú no me sorprende en absoluto. 'Velvet' era una buena producción y 'Tiempos de guerra', exactamente lo mismo.

Eduardo Blanco: Yo no las he visto pero usaban tecnología que yo desconocía.

José Sacristán: La parte de tecnología tiene que ver con el accidente de la tormenta, que ahora se resuelve mediante esas técnicas. En 'Velvet' no había o en 'Tiempos de guerra' digamos que estaban servidas las historias en base a las cosas técnicas que necesitaban.

En cuanto a terminología náutica, ¿cómo andamos? ¿Cuánto habéis aprendido?

José Sacristán: Yo le regalé una brújula al empezar a rodar, para saber dónde estaba el Norte, el Sur...

Eduardo Blanco: Todavía no aprendí a utilizarla.

José Sacristán: A babor, a estribor... Vamos para atrás, vamos para delante, ahí nos vamos manejando.