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La duodécima edición de 'MasterChef' ha encendido los fogones y nos ha permitido conocer en su primer programa a los dieciséis aspirantes que lucharán por suceder a Eneko como el ganador del talent show de cocina. De todos los concursantes, ha habido dos que han llamado la atención por encima del resto: Samya y Celeste. Ambas han protagonizado un cocinado lleno de tensión en el que incluso llegaron a dividir al propio equipo.
Celeste tomó el poder pese a que la capitana era Samya, lo que a esta no le sentó nada mal y provocó numerosos conflictos. Sin embargo, consiguieron sacar adelante el cocinado y superar al equipo rojo, que acabó perdiendo la primera prueba de exteriores por culpa de su lentitud y de los numerosos fallos en las elaboraciones.
La prueba de eliminación no solo tuvo en las cocinas a los ocho delantales negros cocinando, sino que los blancos también se enfrentaron por primera vez a esta experiencia para elaborar un plato que hablara de sus raíces. Aunque no corrían el riesgo de marcharse, sí que hubo varios aspirantes que podrían haber sido eliminados de tener delantal negro. Finalmente, la decisión de los jueces estuvo entre Tessa, Ramón y Teresa, considerados los peores de la prueba, pero fue la primera la peor valorada por el jurado.
