OPINIÓN

Crítica de 'Camping': El descafeinado regreso a la televisión de Lena Dunham

La nueva comedia de Lena Dunham y Jenni Konner nos traslada a una celebración repleta de parejas inestables. 'Camping' llega a HBO España el 15 de octubre.

Por Alejandro Rodera El 14 de Octubre 2018 | 10:26

Desde que se autoproclamara como la voz de una generación en el primer episodio de 'Girls' hace ya seis años, Lena Dunham ha sumado tantos seguidores como detractores. La directora de "Tiny Furniture" exploró la incertidumbre vital que rodeaba a un grupo de veinteañeras estadounidenses a lo largo de su recorrido de un lustro en la fascinante serie de HBO . Poco tiempo después del agridulce final de aquel proyecto, Dunham regresa a la prestigiosa cadena de pago con una nueva comedia, en la que se aventura a hablar de una generación con diferentes inquietudes.

Jennifer Garner, pletórica en su llegada al camping

Los peligros de la cuarentena

'Camping' relata la celebración del 45º cumpleaños de Walt (David Tennant) en medio del campo. La organizadora del evento es su estricta mujer, Kathryn (Jennifer Garner), que no tolerará las digresiones del resto de invitados de su definido itinerario. A excepción del pequeño hijo de Walt y Kathryn y una adolescente, todos los asistentes a la festividad rondan la cuarentena y acuden en pareja, aunque cada una de las relaciones se encuentre en un punto diferente. Sin embargo, ninguna de ellas es idílica ni se encuentra en su momento más álgido, como bien se empeñan en subrayar Duham y su socia Jenni Konner a lo largo de los cuatro episodios de la primera temporada a los que hemos tenido acceso.

Diversos traumas se esconden en el pasado de los protagonistas, los cuales definen la forma en que se comportan con sus respectivas parejas, pero por el momento la serie no ha profundizado en exceso en esas problemáticas. 'Camping' tiene un carácter más ligero, más frugal, sin las pretensiones que albergaba 'Girls' de retratar hasta las últimas consecuencias una edad en la que te encuentras en constante evolución. Por lo tanto, los personajes no terminan de cobrar vida dentro de la ficción. De una forma u otra, todos se encuentran inmersos en una crisis y solo cuando estallan (ocasionalmente) generan un verdadero interés por saber cómo van a dislocar el ensimismamiento en el que habitan. El detonante de esa reacción es la localización principal de la serie, que al mismo tiempo es su mayor elemento diferencial, adquirido de la serie británica en la que se han basado Konner y Dunham. El camping debería poner a prueba a los protagonistas al sacarles bruscamente de su zona de confort y hacer que se revuelvan en la incomodidad del campo abierto. No obstante, es un objetivo que se alcanza de forma irregular.

Dos de las parejas asistentes a la celebración

Campo de minas

En esos momentos más espontáneos, cuando la serie se libera de las cadenas que representa el personaje de Garner, el espectador puede apreciar el valor cómico de la ficción. Desgraciadamente, son instantes muy dispersos, que no adquieren la continuidad necesaria como para desarrollar tramas apasionantes ni conflictos de la sociedad media estadounidense que no se hayan retratado ya hasta la saciedad. Hoy en día, las comedias no necesitan hacer reír en cada escena para recibir esa etiqueta denominativa, sino que la aplicación de una voz original y de un tempo adecuado son las claves para alcanzar una carcajada sincera. Como nos han enseñado en los últimos años cumbres del humor contemporáneo como son 'Atlanta', 'Master of None', 'El fin de la comedia' o la propia 'Girls', una evolución más elaborada de las situaciones hace que nos olvidemos de la era de las risas enlatadas.

'Camping' apuesta por esa perspectiva, pero no acierta de lleno en su intento. El sentido del humor de Dunham, siempre plagado de referencias televisivas y cinematográficas, se queda a medio gas al hablar de temas como la sexualidad, la maternidad o la decadencia de las relaciones. Quizá el salto generacional le ha venido grande o simplemente la serie no tiene un fondo lo suficientemente estimulante como para sentirse cautivado por las inquietudes de sus personajes. Es cierto que con el paso de los episodios la ficción va ganando en consistencia y atractivo, pero, con la cantidad de oferta y competencia que hay actualmente, no se puede permitir empezar a progresar en el ecuador de una temporada de tan solo ocho capítulos.