Prudencio cae en la trampa de Julieta y confiesa que lleva tiempo robando a doña Francisca

A Julieta le cuesta muy poco llevar a su enardecido marido a lugar más discreto para seducirlo. Luego, la chica alimenta también el deseo de Fernando: está dispuesta a todo. Finalmente, Prudencio cae en la trampa de Julieta y confiesa que lleva tiempo robando a la señora.

Isaac pide a Antolina que guarde secreto sobre lo que ocurrió entre ellos. Y así, mientras Elsa se recupera día a día, Antolina es testigo mudo del amor que se profesan. Marcela trata de apoyar a su amiga ya que entiende por lo que está pasando, pero solo queda resignarse y ser fuerte. Por otro lado, los curas conocen a Elsa. Advierten que, aunque han aclarado su situación, es posible que sigan las habladurías.

Irene cree ver algo personal en los anónimos que Adela ha recibido. Severo y Carmelo se plantean que Francisca pueda estar detrás del asunto de los anónimos.

Finalmente, Elsa ya tiene suficientes fuerzas para explicar lo que pasó: perdió el conocimiento y despertó encerrada… fue su hermano, Jesús. Por último, Antolina pregunta lo evidente: no entiende por qué Elsa vino a Puente Viejo si lo creía muerto.