Sólo puede quedar uno

Lucía y Diego se reencuentran tras cuatro meses de separación. Cuando ambos están disfrutando de cierta intimidad, sus hijos les interrumpen para recibir los regalos que ella les ha traído de Houston. Diego, que desea ofrecer a su mujer una bienvenida inolvidable, planea una cena romántica con striptease incluido. Sin embargo, la celebración privada del matrimonio debe posponerse nuevamente cuando Carmen llega a casa acompañada de John, el neurocirujano que operó a Sergi.

La complicidad existente entre el médico y Lucía lleva a pensar a Diego que entre ellos hay algo más que una simple amistad.

En el colegio, Eva se hace amiga de África, nueva alumna de su clase con la que protagoniza numerosas situaciones embarazosas. Ambas deciden salir a divertirse y Eva acaba hablando a África de su amor imposible, sin mencionar el nombre Marcos. Tras beber más de la cuenta, Eva llega a casa bastante ebria y se muestra muy cariñosa con Marcos.

Por otra parte, Guille ve cómo su el liderazgo en la pandilla podría concluir con la elección del nuevo jefe. Los niños deciden elegir a su líder mediante un juego, reto en el que participan Teté y Yoli. El candidato más valiente del grupo y capaz de superar las situaciones más arriesgadas se convertirá en el flamante cabecilla de la panda.