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Desde su estreno, el 17 de abril de 2011, la cabecera de 'Juego de Tronos' se ha convertido en una de sus grandes señas de identidad. En un contexto audiovisual donde los largos openings están en peligro de extinción, reduciendo al máximo su duración o prescindiendo de ellos, la ficción estrella de HBO sigue fiel a su esencia. Eso sí, la octava y última temporada nos ha sorprendido con una importante actualización que rompe con las anteriores.
Durante las últimas temporadas, los personajes han estado dispersos en diferentes ciudades con tramas que se desarrollaban de forma paralela. Ahora, prácticamente todas las historias convergen en dos lugares: Invernalia y Desembargo del Rey. Debido a esta situación, la nueva intro profundiza con todo lujo de detalles en estas dos ciudades. En el Norte recorremos todos sus rincones, pasando por las catacumbas donde se encuentran los antepasados fallecidos de los Stark. Algo similar ocurre en el hogar de los Lannister, donde viajamos hasta el enorme arpón que utilizarán para matar dragones.
Además, como suele ocurrir en las cabeceras de 'Game of Thrones', nos avanza algunos detalles sobre las tramas que están por llegar. Tras cruzar el muro destrozado, el travelling se detiene en Last Earth para adelantar que algo va a ocurrir ahí. Finalmente, descubrimos el macabro desenlace del personaje de Ned Umber (Harry Grasby).
