Al parecer las llamas se originaron en la parte baja del rascacielos que contaba con 159 metros de altura. El edificio, todavía sin inaugurar, iba a servir de hotel para trabajadores de la televisión y otros huéspedes, bajo el nombre de Mandarín Oriental Hotel. El fuego poco fue ascendiendo planta por planta apoderándose de los pisos superiores.
La nueva sede de CCTV es obra del arquitecto holandés Rem Koolhaas e incluye una espectacular doble torre en forma de puerta retorcida que se ha convertido en uno de los símbolos de la nueva Pekín, aunque la principal estructura -a varias decenas de metros al sur del incendio- no se ha visto afectada.
No se tienen por el momento informaciones de daños personales por el incendio, uno de los más espectaculares que se ha producido en la capital china en los últimos años. Se divisan en la zona ambulancias, además de bomberos y policías, aunque por ahora no han sacado a ningún herido del edificio incendiado, rodeado por cientos de curiosos.