En su entrevista comentó el relato de su ingreso a prisión a los 22 años, tras haber sido condenada por suplantación de identidad. Williams explicó que, años antes, proporcionó el DNI de una amiga para evitar una denuncia. No completó las horas de trabajo comunitario impuestas, y tiempo después fue detenida en un hotel de Madrid. "A los cuatro años, de un día para otro, estaba en un hotel y vino la Policía. Me dan la notificación, me llevan a la comisaría y me preguntaron si quería un abogado. Cuando fui a firmar ponía en el papel 'busca y captura, ingreso en prisión' y le dije que se había equivocado", relató.

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"Me lo tomé como una película", explicaba sobre cómo asumió en primera instancia esa realidad entre rejas. También compartió que vivió momentos de tensión cuando fue víctima de una agresión a raíz de un malentendido sentimental. La concursante señaló que pasó gran parte del tiempo escribiendo, como medio para mantenerse centrada. "Lo peor era estar doce horas encerrada", confesó.
La entrevistada también habló sobre los episodios de maltrato que sufrió por parte de dos parejas distintas. Uno de ellos, de carácter físico, le provocó la rotura de la nariz tras un episodio de celos. "Me partieron la nariz al decirle que iba a ir a casa de un amigo a buscar una sudadera que me había dejado. Leyó la conversación, me pegó un puñetazo, me quedé en el suelo. Solo notaba presión en la cabeza. Me puse en pie, vi que tenía toda la cara sangrando y a día de hoy no me he arreglado la nariz porque me da muchísimo miedo que me vuelva a doler", se sinceró la concursante.

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El momento más difícil
El otro episodio de maltrato, éste de carácter psicológico, provocó en ella un deterioro emocional tan grande que tuvo que ser ingresada en un hospital psiquiátrico. "Psicológicamente es peor. No te das cuenta, te va moldeando partes de tu cabeza. No tienes autoestima. Yo lo ocultaba. Después de la primera cómo voy a contar la segunda. Dejé de quererme de golpe. Cuando te dan un tortazo el dolor se pasa, pero el dolor psicológico es muy jodido de arreglar. Me costó muchísimo más salir del psicológico que del físico", relató.
Su época en el centro psiquiátrico, que duró mes y medio, fue especialmente difícil. Recordó lo dura que fue la convivencia y que no pudo despedirse de su abuela. "Me dijeron que me tenían que internar porque, en ese momento, estaba ida... Quería desaparecer del mapa. Por culpa de una relación infernal, al final, cuando te maltratan todos los días, tienes que ir al doctor de la mente. Tenía veinticuatro años. Lo más duro de estar ahí dentro es que mi abuela se puso mala de un día para otro, se murió y no pude despedirme", confesó visiblemente emocionada.