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La décima edición de 'MasterChef Celebrity' ha reunido a famosos con todo tipo de profesiones, desde el humorista David Amor hasta la tertuliana del corazón Rosa Benito. Ambos han encajado a la perfección en el concurso, habiendo hecho muy buenas migas y siendo uno de sus apoyos dentro del programa de La 1.
Además, esta décima temporada ha traído algunas novedades en sus pruebas, elevando su dificultad al máximo y sumando nuevas reglas para entorpecer a los rivales. Además, por primera vez en 'MasterChef' cuentan con ayuda de la inteligencia artificial en el desarrollo de alguno de los retos. Rosa Benito y David Amor cuentan en esta entrevista lo que más le costó en su adaptación al formato de Shine Iberia, además de la gran experiencia que se llevan de su paso por él.

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Rosa, tus compañeros hablan maravillas de ti, ¿tú qué tal te has sentido en 'MasterChef'?
D.A.: Ella es la madre del grupo.
R.B.: ¡Qué manía con la madre1 Mira, yo no quiero ser madre, en todo caso hermana. Me he sentido muy a gusto con ellos, cuando me he visto de bajón, porque lo he estado, siempre me han dado ánimo, venga, tira para adelante, que eres una luchadora. Eso de la palabra luchadora me llega al corazón, me encanta. Además, qué mejor que dejar un buen recuerdo a dejar un mal recuerdo.
En qué programa lo has pasado peor ¿'Supervivientes o 'MasterChef Celebrity'?
R.B.: Me quedo con los dos, porque cada uno tiene su momento y su feeling, aunque ahora me quedo más con 'MasterChef'.

¿Tú tenías experiencia como cocinera?
R.B.: Yo tengo experiencia en mi casa. Aquí no te vale nada. O sea, yo soy una mujer de mi casa. Cuando hice la primera vez un cocido, que estaba embarazada de mis mellizos, de mi hija y de mi hijo, llamé a mi madre porque creía que en el cocido se ponía aceite. Como yo no tenía teléfono en mi casa, tuve que bajar a la cabina, llamar a mi madre, que estaba en Alicante. Es decir, cuando me casé yo no sabía cocinar y la vida te hace aprender, pero luego viene 'MasterChef' y te derrumba todo lo que tú creías que sabías.
D.A.: Yo no sabía antes.

¿Ha habido en esta edición una lucha entre lo tradicional y lo de vanguardia?
R.B.: Es que es una lucha, sí.
D.A.: Yo no te he visto luchar, te he visto que sabías una cosa y te has adaptado muy bien y rápido a la otra, y lo has intentado. Tú pensabas que te iba a ir bien porque sabías cocinar y ahí lo has descubierto, pero no te he visto pelearte con nada. Te he visto disfrutar, he visto que lo has hecho muy bien.
R.B.: Claro, pero el miedo te viene cuando tú abres esa caja y te ves cinco langostinos y dices, "¿qué hago yo con esto?" Ahí te viene el mundo encima y te caes.
Ya no vale cualquier cosa, el público necesita cosas nuevas
¿Cómo os habéis enfrentado a las duras críticas que suele tener el jurado con los concursantes? ¿Te ha ayudado la experiencia que tenías de los programas del corazón?
R.B.: Pues mira, 'MasterChef', te tengo que decir que es, dentro de todo lo que se ve cuando estamos en casa, un programa maravilloso. Hay un jurado que desde casa se ven como que son muy críticos, pero luego se han reído mucho con nosotros, se lo han pasado muy bien y hemos disfrutado mucho con ellos. Es verdad que luego llega la hora de la valoración y tienes esa cosita porque tú quieres seguir, pero ellos son jurados, ellos saben lo que está bien y lo que está mal.
D.A.: Yo diría que son demasiado amables incluso con lo que hacemos, porque lo tienen que comer ellos, que no valoramos eso. Como es una décima edición, el nivel de exigencia es alto, ellos ya han pasado mucho y yo creo que el programa cada vez sube un poco más el nivel. Ya no vale cualquier cosa, el público necesita cosas nuevas también.
R.B.: Lo que tenemos que decir es que ahí está, que el lunes se lo pasó la gente de maravilla, que las audiencias hablan, que la gente tenía ganas de 'MasterChef' y que este lunes que viene va a ser aún más brutal porque ya tenemos confianza.

Cuando me llamaron de 'MasterChef' me entró en la boca del estómago miedo, alegría, un cúmulo de cosas
Cuando os ofrecieron el programa, ¿teníais ganas de participar u os tuvieron que convencer?
D.A.: Para mí es el programa más importante de la televisión actual, creo que no hay que pensárselo mucho. Hay que prepararse y después que el programa es divertidísimo. Todos los regalos que nos ha hecho estar en este programa, creo que estamos todos de acuerdo, que es maravilloso. Lo que lo hemos disfrutado es duro, es cansado, es exigente, pero las contraprestaciones ganan por mucho a los posibles malos momentos.
R.B.: Cuando me llamaron para decirme que me querían en 'MasterChef' hubo un momento que estaba en los grandes almacenes y me fui a mi casa. Todo me entró en la boca del estómago, no sé si era miedo, alegría, un cúmulo de cosas, pero luego me sentí muy satisfecha. Un programa que yo soy fan desde el primero y participar ahora para mí fue un lujo. Además, conocer a esta gente tan maravillosa, a mi amor que no podía llamarse de otra forma y a un grupo de compañeros, tanto los que veis como los que no veis, que da el 100% es maravilloso.

¿Cuál es la persona que más os ha sorprendido particularmente?
R.B.: Yo creo que nos conocíamos todos.
D.A.: Rosa quiere a todos, yo diría que mi gran descubrimiento de 'MasterChef' es Rosa, sin lugar a dudas. De todos los prejuicios que podía tener y yo lo asumo, lo dije en el programa que para mí me había enseñado eso, a no tener prejuicios porque ha sido un descubrimiento. Rosa es una tía espectacular y vais a flipar, lo vais a pasar muy bien.
Rosa, ¿cómo viviste ese momento incómodo que se generó con tu conexión en directo con 'La familia de la tele'?
Eso quiero aclararlo, porque es verdad que yo no me lo esperaba, creo que no nos lo esperábamos nadie, pero había que hacerlo. No había nada incómodo, lo que pasa que yo con esa parte de gente, para mí no me dicen nada y yo no podía desear nada bueno, ni malo, ni regular, porque no me nacía. Al final, ha llegado un momento en mi vida que sé lo que quiero y lo que no quiero y yo eso no lo quería. Me pusieron de agresiva, que le pegué a Torito. Como yo le dije a él: "Tío, tenías que decir que yo a ti no te he agredido", pero ni a él, ni a nadie. Lo que pasa es que Torito llevaba un pinganillo y le estaban diciendo los de esa productora que fuera a por mí.
Yo ya hace mucho tiempo que vivo tranquila
¿Te preocupaba en ese momento que te tocase hacer promoción en 'La familia de la tele' o tener que relacionarte con ellos?
R.B.: No, yo estaba viviendo mi programa, que era 'MasterChef', yo estaba feliz. Si a mí me lo hubieran preguntado como se lo preguntaron a mis compañeros, no me pasa nada, pero iban a por mí a saco. Venían a por mí porque yo era el morbo.
D.A.: Realmente allí lo que vimos no fue un momento incómodo, fue que no quisiste hablar y punto.
¿Qué opinas del fracaso de 'La familia de la tele'?
R.B.: Es que no te voy a hablar de ello porque yo vengo aquí a hablar de 'MasterChef', que hemos sido muy felices, que nos llevamos una experiencia preciosa y la gente se lo va pasar muy bien.

¿Vives más tranquila desde que no hay ciertos programas en la tele o ciertos personajes?
R.B.: No, yo ya hace mucho tiempo que vivo tranquila, gracias a Dios. Cuando te quitan los prejuicios, los miedos, el que dirán, el que inventarán, cuando a ti todo eso ya te resbala porque tú eres feliz con tu vida. No me importa ni lo que hay, ni lo que dicen, ni lo que venga. Yo lo único que quiero es que mi familia esté bien, vivir la experiencia que estoy viviendo, que para mí es maravillosa y además intereso a la gente, que la gente se ríe conmigo. El otro día me mandó un mensaje Valeria Ros y me decía: "Tía, todos los comentarios hacia ti son buenos". Eso a mí me da mucho orgullo, porque una tía con la edad que yo tengo, con lo que he pasado, que yo sea un referente, para mí, es muy gratificante y me quedo con eso. Los miedos lo único que hacen es paralizarte a no ser tú, a no ser feliz y yo ya no quiero vivir eso. Me da igual lo que digan y lo que piensen, yo sé lo que soy y lo que transmito a la gente que de verdad me tratan.
¿Qué tienen vuestras profesiones que os han ayudado?
D.A.: El humor me ha servido para no caer en depresión cada vez que acababa un plato. Rosa venía de una cocina de tradición, yo venía de ser una persona que hacía una ensalada y se le quemaba, fue muy duro. Pero bueno, aquí dentro yo creo que te das cuenta que todo lo que puedes saber no sirve de nada, es empezar de cero, que es algo muy guay y que hay que estar muy agradecido al programa.