La tarde del martes 9 de abril, Ana Guerra tuvo ocasión de visitar a los concursantes de 'Fama a bailar' en compañía de su excompañera de 'OT 2017', Mimi, unas horas antes de actuar en la gala del concurso. Una ocasión en la que la canaria mostró mucho interés en cómo llevaban los bailarines su "encierro", puesto que algunos ya llevaban dentro de la Escuela más de dos meses.
Ana Guerra y Mimi en la Escuela de 'Fama a bailar'
Aprovechando la visita, Ana Guerra no dudó en compartir su experiencia tras salir del talent show de Televisión Española en el que se dio a conocer. "Cuando volví a la realidad quería estar dentro de la Academia otra vez, todo el rato. De hecho lloraba porque quería volver a entrar", reconoció la artista, antes de matizar que "poco a poco se va pasando" esa sensación. La cantante recordó que había tenido que "amoldarse" a su nueva vida y desveló que "lo había pasado muy mal" con eso de estar "incomunicada". Un hecho que no había tenido apenas impacto en Mimi, tal y como reconoció ella misma.
Ana Guerra y Lola Índigo en 'Fama a bailar'
"Su mente buscaba otra vez ese escondite, esa seguridad. Es un choque muy fuerte. Admiro la manera en la que lo han asimilado", declaró por su parte la trainer artística de 'Fama a bailar', que matizó que, aunque Ana era "más madura" entonces, admiraba especialmente lo bien que "niñas como Aitana y Amaia", a sus dieciocho años, habían llevado su salida de la Academia. "No nos esperábamos el fenómeno tan grande que había tenido. Si estabas en casa, te parecía tan pequeña...", reconoció Ana Guerra.
"Estaba en shock"
La experiencia recién salida de la Academia, debido al tiempo que había pasado en el concurso, no había sido sencilla para Ana Guerra, tal y como desveló ella misma durante el encuentro con los bailarines. "Intentaba salir a la calle y quería saber cómo atender a la gente y ser simpática, pero estaba en shock", relató la cantante, antes de recordar que solía pensar que "le iban a pedir la hora o una dirección".
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"Había hasta un segundo en el que intentaba reconocer a la persona que me estaba hablando y me daba cuenta de que no la conocía de nada. Era un proceso súper jodido", declaró Guerra, quien incluso llegó a admitir que, a veces, incluso salía de casa con un "tiempo extra por si la paraban", aunque matizó que "la gente siempre era muy amable". "Llegaba a casa y me sentaba frente al televisor y no hablaba. No me apetecía contar lo mismo una y otra vez", recordó la artista, hacia el final del encuentro.