Hace casi 20 años, concretamente el 21 de abril de 2004, se emitía el cuarto capítulo de la segunda temporada de 'Aquí no hay quien viva' bajo el título de ''Érase un desafío". Seis millones de espectadores vieron aquella noche el episodio que nos dio una gran lección y que, lamentablemente, parece que todavía no la hemos aprendido como sociedad.
Los vecinos de Desengaño 21 se enteraban que había un campeonato de baloncesto entre comunidades y el premio es un viaje a Atenas. Todos y todas quieren participar, pero Juan Cuesta solo selecciona a los chicos. Cuando las chicas se enteran, capitaneadas por Lucía, no piensan quedarse calladas y se plantan en el piso del presidente.
Lucía, Vicenta y Natalia, en 'Aquí no hay quien viva'
"No es machismo, es sentido común", se justificaba Andrés Guerra, arrancando justo después el discurso del personaje de María Adánez. "¿Pero qué es esto, una vuelta a la edad de las cavernas? ¿No tenemos suficiente con que nos paguen menos en el trabajo? ¿Con que se nos ponga problemas por quedarnos embarazadas? ¿Con el acoso sexual? ¿Con una cultura que nos vende como objetos para que nos convirtamos en esclavas de nuestro cuerpo? No, ahora encima tenemos que aguantar desprecios en nuestra propia casa basándose en viejos prejuicios ya superados de una sociedad machista y sexista que relega a la mujer a mera comparsa sin tener en cuenta ninguna de nuestras virtudes que son muchas. Vergüenza tendría que darnos que en pleno siglo XXI tengamos una comunidad de vecinos tan retrógrada y denigrante como esta".
Ellas caminaron...
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Las redes han rescatado este momento a consecuencia del momento que estamos viviendo con la no dimisión de Rubiales, el presidente del a Federación de fútbol, tras besar a la jugadora Jennifer Hermoso sin consentimiento tras proclamarse como ganadoras del mundo. "Ellas caminaron para que nuestras jugadoras pudieran correr y Rubiales dimitir", comenta un usuario junto al impecable discurso de Lucía, hace 20 años.