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'La revuelta' tuvo como una de sus invitadas en la noche del miércoles 21 de mayo a Isabel Allende. La escritora chilena se encuentra de gira en España para presentar su libro 'Mi nombre es Emilia del Valle' y quiso pasarse por el programa de David Broncano para tener una charla con él y, ya de paso, entrar a sus bromas y humor característicos.
Como es habitual, la invitada trajo un regalo para el programa, pero antes de darlo pidió algo a cambio. Allende se interesó por la foto de Leiva desnudo tapado con el logo de 'La revuelta', que, junto a su relato sobre cómo conoció a su último marido, hacía presagiar por dónde iba a virar su obsequio. "Yo hablé con Silvia, tu novia. A partir de lo que conversé con ella me dio la idea de lo que te iba a traer. Pensé que lo que tú necesitas son afrodisíacos", le soltaba.
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"Habrás hablado con otra persona porque yo soy muy fogoso", se defendía el presentador. "Chequéalo con ella porque tal vez tú te crees muy fogoso". Broncano entraba en el juego y aseguraba que tiene un espejo muy grande en la habitación al que se mira y se dice "qué vigor". "Bueno, ella no está de acuerdo", continuaba pinchándolo la escritora, que despertaba la ovación del público. "¿Hay alguien aquí que le pueda dar unas pocas clases?".
Isabel Allende sacaba de la bolsa un ejemplar de uno de sus libros y se lo entregaba a Broncano: "Te traje un libro que escribí hace mucho tiempo sobre afrodisíacos. Aquí está todo respecto a afrodisíacos y atrás hay recetas de cocina que son afrodisíacas". Pero la chilena remataba: "No las pruebes porque el viagra funciona mejor".
Silvia Alonso entra en acción
David Broncano interrumpía la charla con su invitada para informar de que en la grada estaba Silvia Alonso. "¿Qué le has dicho tú a Isabel? ¿Qué vas diciendo tú por ahí?", le recriminaba mientras le daban un micrófono. "Isabel, eran cosas entre nosotras. Estábamos contándonos la vida, yo no esperaba que tú lo fueras a decir aquí delante de todo el mundo", bromeaba la actriz.
El presentador trataba de revertir la situación: "¿Ni siquiera le has dicho que hoy, en vez de siesta, me he arrimado un poco más?". Sin embargo, Allende volvía a darle un zasca: "Oye, si lo tienes que contar es porque sucede rara vez". Después de esto, la escritora mencionó que en la bolsa también había un vino afrodisíaco, pero que no podía sacarlo porque no se puede enseñar alcohol en televisión, y unos caramelos de chocolate con marihuana, también afrodisíacos.
