Una semana después de la portada de la revista Qué me dices, donde aparecía Màxim Huerta en bañador junto a frases como "está de vacas" o "¿la nueva bomba de TVE?", el periodista ha querido compartir su reflexión sobre la fotografía en su columna de 20 minutos.
Màxim, que se postula como uno de los sustitutos de 'La mañana de la 1' ha ironizado sobre la presión de mantenerse "en su línea", a pesar, de sentirse feliz. El que fuese copresentador de Ana Rosa afirma haber descuidado su alimentación a favor de valores más importantes en "La ridícula catástrofe de unos kilos de más".
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"Digamos que yo estaba tan feliz, que recorría mundo y me ponía morado en los buffets de los hoteles, que compraba chocolatinas y que me comía las patatas del minibar. Y, feliz, insisto, muy feliz, iba aumentando mi vocación literaria y mi tripa Heminwayana a pasos agigantados", escribe el periodista, añadiendo: "Todo eso iba sucediendo sin que me diera cuenta, porque un día no te abrocha una camisa y le echas la culpa a la lavadora, otra al vaquero que está recién puesto y otras a los líquidos. Porque yo, retener retengo todo".

La humillación tiene forma de periodista anónimo
Màxim, que mostró su sentido del humor cuando salió la portaba, ha dirigido duras palabras hacia la publicación: "La portada de las revistas del colorín anunciaban mis kilos de más con adjetivos que no se los desearía a mi mejor enemiga. Os entiendo, mujeres. La humillación tiene forma de periodista anónimo que pone bromitas sobre el peso y la forma física".
El periodista recalca que, aunque se "tenga que poner a dieta" a raíz de la malintencionada portada, lo que más le molesta es que lo más importante brilla por su ausencia: "No decían nada de mi sonrisa: se me veía feliz".