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La convivencia en los ensayos no siempre es fácil, y eso es algo que Manu Tenorio y María Monedero han aprendido esta semana por las malas. La pareja artística ha vivido su momento más delicado en 'Bailando con las estrellas', después de que las valoraciones del jurado volvieran a sacar a la luz que el sevillano canta durante sus actuaciones. Una costumbre que su maestra ya le había pedido que dejara atrás y que volvió a ponerlos en el patas arriba.
Durante los ensayos para la gala 4, Monedero trató de hacerle ver al cantante que el error ya se lo había advertido antes. "Si yo te digo algo, es para mejorar", le recordaba con paciencia. Pero la respuesta de Manu fue más defensiva que conciliadora al soltar un "no hagas leña del árbol caído", aludiendo a las críticas que ella también había recibido la semana anterior. Por ello, la bailarina no pudo ocultar su decepción y explicó que "he sentido que ha atacado en algo que debería haber agradecido".

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Las críticas que Monedero recibió, según explicó, fueron fruto de una decisión consciente, dado que "bailé el paso doble como sevillanas para favorecerle". Un gesto que, lejos de ser reconocido, terminó en un desencuentro. Días después, sin embargo, Tenorio quiso enmendar su error con un ramo de flores para su compañera y unas palabras sinceras: "Sentí que te herí. Esa sensación me dejó bastante hecho polvo". El cantante, además, prometió que la situación "no volverá a repetirse", y consiguió dar la vuelta a una semana que había comenzado torcida.
Pese a la aparente reconciliación, la pareja interpretó un vals que no logró convencer del todo al jurado. No obstante, Inmaculada Casal reconoció el gesto del cantante: "Me ha gustado mucho tu actitud al regalarle ese ramo, pero sigue sus consejos". Pelayo Díaz fue más allá y le animó a fortalecer su vínculo con su maestra para que "se note en la pista y traspase la pantalla".

Dos actitudes muy diferentes
Tenorio y su pareja conquistaron así 32 puntos del jurado, situándose en cuarto lugar por la cola y dos puntos por encima de Bárbara Rey y su maestro, Abel Gil, cuya actuación se empañada por los nervios de la vedette ante un inesperado cambio en el mobiliario. A pesar de que Matías Roure y Iago García ocuparon los dos últimos puestos de la tabla, finalmente los votos de la audiencia dejaron a la vedette y al cantante en la cuerda floja, lo que provocó reacciones muy distintas en ambos.
"Me lo esperaba, me lo estaba oliendo", confesaba la murciana, "encantada porque la próxima semana puedo bailar, si no me echan, dos veces". "Sé que no los merecemos", añadía Bárbara, actitud que aplaudió Vázquez antes de ceder la palabra a Tenorio. "No entiendo muchas veces las puntuaciones", lanzó el cantante, tras lo cual defendió que "hemos progresado, he trabajado, he hecho todo lo que está en mi mano, ella ha hecho un trabajo excelente conmigo". "No sé de qué sirve subir puntuación, si al final... era preferible tener menos", insistió el sevillano.