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Tras la presentación del programa, que contará con un espíritu crítico frente a los bulos y la desinformación, FormulaTV ha podido hablar con Cintora para conocer más en profundidad qué nos ofrecerá 'Malas lenguas', cómo ha sido su vuelta a la televisión pública tras su polémica salida y final de 'Las cosas claras' y cómo afronta algunas de las etiquetas que le atribuyen, entre otros temas.
¿Cómo recibiste la noticia o esta propuesta y qué te hizo decir que sí?
Es un planteamiento de programa de televisión pensado para hacer servicio público, pensado con un perfil de actualidad que es lo que he hecho. Pensado también para construir en La 2 un espacio novedoso, que tiene elementos también que para mí son más experimentales, que no he practicado. Tiene ese punto de experiencia, por ejemplo, elementos más de humor. Y luego también creo que es un programa para invitar a que la gente tenga cierta paciencia porque también tiene partes que son más novedosas, pero también hay otras que son más clásicas o más habituales de lo que han visto en los programas que he podido hacer.
Va a haber colaboradores, expertos, invitados que han estado en otros programas que he hecho. Tiene esa combinación, tiene esa parte de lo de siempre, de lo habitual. Y hay otros novedosos y un equipo amplio que está trabajando para hacer el mejor programa posible. Y luego, como bien sabéis, los programas van evolucionando, surgen de una manera, es en directo, luego van siendo de otra, etc. Y vamos a ir viendo lo que hay. Tenía esta propuesta de hacer un programa aquí. En julio hará cuatro años que me quitaron de 'Las cosas claras' y ahora estaba este planteamiento y aquí estamos.

Equipo de 'Malas lenguas' con directivos de RTVE
¿Y cómo vives la vuelta? Porque María Eizaguirre te ha dado la bienvenida a tu nueva casa, pero realmente esto no es tu nueva casa. ¿Cómo es volver después de una salida que fue tan polémica?
Es una nueva casa en el sentido de que volver también es... Hasta ahora estaba con mi estudio ahí en el barrio de La Elipa, estaba haciendo mis pódcast y mi casa que está ahí en el barrio, en Ciudad Lineal, entre La Elipa y Ventas. Y estar aquí es la casa de todos, es la televisión pública. Para mí es una nueva experiencia. Creo que como periodista me ha tocado hacer cosas muy variopintas: radio local, televisión, programas de prime time, programas de day time ¿No? Ahora en La 2, hacer pódcast en YouTube, escribir artículos en la prensa digital... Yo creo que la vida es un aprendizaje continuo. Y siempre me ha brindado formatos para ir aprendiendo.
Voy a tener que aprender también porque hay cosas de humor que no es mi terreno de confort
Por ejemplo salir con un camión en directo a viajar por España y salir ahí en prime time, en riguroso directo con gente a la que casi ni conoces, que le tienes que preguntar, que son ciudadanos, pues tiene un reto. O salir en directo en 'Las mañanas de Cuatro' que no había hecho ni siquiera un piloto en mi vida. Y me soltaron ahí, pues fue bien y en este caso también es un reto para aprender. En este programa voy a tener que aprender también porque hay cosas de humor que no es mi terreno de confort. Es volver a la casa de todos, la televisión pública es la casa de todos y yo voy a intentar además que estén representadas todas las sensibilidades posibles, que es lo que creo que he intentado hacer cuando estuve aquí en la otra etapa. Tenía gente de izquierdas, de derechas, de centro, liberales, comunistas, socialdemócratas... Me gustaría que volviera a ser así.
Hablando justo del humor, ¿crees que es posible contar la verdad a través del humor? ¿O que puede verse mermada esa verdad o la información?
A ver, el humor es humor. Pretende fundamentalmente esbozar una sonrisa, entretener, y luego puede tener alusiones informativas, por ejemplo, ese punto de sátira, de ironía, eso puede ocurrir. Y luego tiene que haber, como va a tenerlo el programa, su momento y su espacio para contar lo que pasa y hacerlo además conectando con periodistas diversos, con expertos distintos, con gente que va a opinar, con reporteros que van a acercar lo que pasa en la calle. Tiene esa diversidad, ¿no? Para informar fundamentalmente tenemos que estar los informadores, luego el humor, en un tiempo en el que parece que se persigue a los humoristas, tienen también su espacio. Los humoristas, hacen humor, que ya es mucho porque parece que a veces es como algo enormemente de riesgo. Hay gente que no comprende el humor, que denuncia a humoristas. Y luego estamos los informadores, que también a veces somos un poco incomprendidos por tener un sentido crítico, por atrevernos a contar cosas que a veces algunos ocultan, ¿no?
No soy una persona que lea un teleprompter o un cue
Hablas de espacios, los espacios de humor y de información ¿Van a estar separados o en cada noticia o en cada cosa que se trate se va a mezclar?
No, no, 'Malas lenguas' es un compendio de varias cosas. Es decir, es un compendio en el cual hay un espacio para el humor, hay un espacio para la investigación, hay un espacio para la actualidad, para estar en la calle... Y es un programa que todos los elementos son importantes y no está definido el 'Vamos a dedicar tres minutos en este tema'. Eso no está establecido. Además, los programas que hago tienen un grado de improvisación importante. Yo no soy una persona que lea un teleprompter o un cue. Vengo de la radio, de esa radio en la que pude aprender ese punto de espontaneidad. Entonces no hay un guion establecido al milímetro minutado. La idea es que todo fluya. Esa es la realidad de un formato que tiene aspectos diversos y que irá creciendo. Tiene ese punto de intentar que la gente vea aspectos diversos y que pueda ser un programa también para toda la familia, para los públicos.
¿Has sido víctima de alguna mentira que te haya hecho daño?
Si me preguntas en mi caso particular, empecé a vivir la experiencia de que mintieran, y mucho, sobre mí, curiosamente, cuando hicimos un programa en 'Las mañanas de Cuatro'. Y conforme iba teniendo más audiencia, empecé a ver que empezaban a publicarme más bulos en contra. Y no solo en contra de mí, en contra de mi familia, haciendo daño. Y había bulos, lo sabemos los que estamos que pertenecemos al gremio, que se publican de forma intencionada, pero también interesada para hacer daño al rival, para hacer daño al competidor.
Pueden inventarte incluso una realidad paralela y hay gente que peligrosamente se lo cree
Eso yo lo viví conforme ese programa iba creciendo. Se planteó una campaña de desgaste absoluto, hasta el punto en el que hay en la red un montón de cosas publicadas sobre mí o sobre mi familia que no son verdad. Y están ahí. Mientras fui un redactor, un reportero, en la radio y tal, tampoco nos hicieron tanto daño, pero cuando el programa empezó a despuntar, curiosamente empezó una posverdad. Y se ha mantenido. Eso es así, está... Puedo contar este caso particular porque me lo preguntas, pero sabemos todos que esto está ocurriendo a nivel general. Está lo que ocurre y luego está lo que inventan. Y pueden inventarte incluso una realidad paralela. Y hay gente que peligrosamente se lo cree.
Nunca he dejado de decir que lo de 'Las cosas claras' fue un atropello
Con 'Las cosas claras', hubo políticos que llegaron a opinar que había sido un despido político ¿También viviste un poco esa sensación?
'Las cosas claras' es un programa que se hizo con una enorme vocación de trabajo, con un equipo de un enorme talento, con una enorme ilusión en un tiempo difícil de pandemia. Hicimos un servicio público que me parece que fue muy digno y es un programa que se quitó en un momento en el que la evolución de ese programa era muy buena. Si uno ve la tendencia que llevaba ese programa era muy buena. Con lo que cuesta consolidar un programa de televisión, que aquí todos lo sabemos. Ese programa lo quitaron justo en el momento en el que se tenía eso que se llama la velocidad de crucero. Habíamos cogido el tranquillo, que se diría en un ambiente más coloquial. Se quitó en ese momento, fue una barbaridad, es así, no voy a descubrir nada, pero ya está, la vida sigue, son etapas. Nunca he dejado de decir que eso fue un atropello, ¿por qué negarlo por mucho que vuelva aquí? Pero la idea es seguir haciendo cosas. Yo a la vida le pido salud, tengo 48 años, llevo haciendo programas desde los 17. Esta es una nueva etapa. Vamos a intentar aprender, exprimir la vida, conocer a gente nueva y celebrar que estamos aquí.

Presentación de 'Malas lenguas' de La 2
¿Cómo están siendo las sinergias entre las tres productoras, Verifica RTVE, etc?
El formato no es un formato mío, no es un producto ideado por mí. Por ejemplo, en 'Las cosas claras', había una autoría más propia con elementos bastante parecidos a lo que fue la etapa de 'Las mañanas de Cuatro' en la que estuve, aunque luego otras novedosas. Este programa es una creación que tiene, como has dicho, diversos autores y yo voy a intentar hacerlo lo mejor posible, trabajar con la mayor profesionalidad que pueda. Y trabajo, trabajo y trabajo. La idea es que en dos horas y pico de programa todo vaya teniendo un sentido y para eso hay que intentar darle continuidad, rodaje. Esto lo digo con la enorme humildad que uno puede afrontar, para mí no es un territorio de confort, lógicamente, son cosas nuevas, pero eso es apasionante también. Yo creo habrá gente a la que le puede gustar más lo que pueda ver en los teletrapos que lo que le cuente yo con un experto. Habrá de todo y la idea es que sí, que todo tenga una continuidad.
¿Y vas a poder compaginar el canal de Youtube con 'Malas lenguas'?
Tengo una personalidad, si quieres llamarlo, que escribo libros, tengo el canal de YouTube, hago conferencias, estoy con esto. Es mi forma de ser, mi forma de trabajar. Trabajo un montón de horas. Hay un canal de YouTube que está ahí, que tiene 180.000 seguidores y que está ahí que obviamente habrá contenido que se seguirá publicando. Obviamente voy a tener menos tiempo. Igual que me han planteado escribir otro libro. Habrá que hacerlo de una forma más calmada, pero la idea es seguir haciendo cosas. Y seguiremos también haciendo conferencias los sábados. Incluso tendremos tiempo para vivir, que hay que ir teniéndolo también.
Sobre los teletrapos, ¿crees que ese tipo de humor con marionetas tienen todavía cabida en la televisión actual?
Ya digo que es una experiencia, es una experiencia y cabida tiene porque se va a hacer. Luego ya que guste o no guste, no es responsabilidad mía. Yo tengo un enorme respeto por la audiencia, por lo que hagamos cualquiera de nosotros. Hay un equipo de profesionales que van a hacer un trabajo que a mí me parece interesante y también despertar una sonrisa en la gente que lo ve. Además te permite elementos irónicos y satíricos que están bien, pero yo no puedo hablar por toda la audiencia, pero ni en los teletrapos, ni en lo que hago yo. Hay gente a la que le puedo gustar más y gente a la que le puedo gustar menos. Lo único que prometo es trabajo, una enorme vocación de responsabilidad y esfuerzo Es lo único que siempre prometo en los proyectos en los que me meto.
'Malas lenguas' no es un programa ideado por mí
¿Y te has fijado en la competencia, 'Todo es mentira', que mezcla actualidad informativa con humor, que compite en una franja cercana a la tuya, o 'El intermedio', por ejemplo ¿Te has fijado en eso?
El programa no es un programa ideado por mí. Yo a la hora de formatear esto no me he fijado en otros canales porque no lo he formateado yo. Obviamente estoy al tanto de lo que hacen otras cadenas. Sé lo que es 'El intermedio', sé lo que es 'Todo es mentira', pero no es un programa que haya formateado. Yo tengo un enorme respeto por los programas que se hacen en otras televisiones, evidentemente, y están ahí. Son programas que ya llevan un tiempo y que tienen su punto de consolidación. Este es un proyecto nuevo, un proyecto humilde, en La 2. Un programa en el que prometemos trabajo.
Se ha publicado que Cintora va a decir lo que es verdad y lo que es mentira. Yo no voy a salir ahí con una pizarra a decir con un palo: 'Esto es verdad, esto es mentira'. No es mi papel. Mi experiencia es sobre todo intentar conducir y que la gente esté lo más cómoda posible y conectar con unos, con otros... Y hay cosas en las que habrá que desmentir. Aquí se está diciendo, por ejemplo, que el cambio climático no existe, en los tiempos que corren. Se está diciendo que la violencia de género no existe, pues habrá que desmentirlo. Estamos en una constante de auténticas barbaridades. Se está negando el derecho al respeto que tienen las víctimas del franquismo, cuando aquí en este país, afortunadamente, se fue consciente de forma bastante mayoritaria por el respeto a las víctimas de ETA y debe haberlo, debe haber un respeto máximo a las víctimas de ETA. Pero hay que pedir también el mismo respeto a las víctimas del franquismo. No hay víctimas de un distinto grado. Estoy viéndolo continuamente. Soy de los que piensa que nunca hubo tanta cantidad de contenido, tanta posibilidad de informarse, pero nunca hubo tanta gente desinformada. Porque en toda esa cantidad de contenido hay un montón también de desinformación, de bulos, de mentiras, de redes... Y está bien que haya una enorme cantidad de contenido, pero vamos a intentar desmentir ese tipo de cosas.

Jesús Cintora presenta 'Malas lenguas' en La 2
Una idea interesante que habéis lanzado es el uso del lenguaje que usan los bulos. Los medios a veces apabullamos con datos para intentar debatirlos, pero quizá deberíamos adaptarnos al lenguaje más directo y claro de los bulos.
La forma de trabajar que tengo es la que me enseñaron en la radio. Iñaki Gabilondo tenía una máxima que era sujeto, verbo, predicado. Y lenguaje claro, conciso, natural y vivito como decía él. Yo intento expresarme de una forma clara, natural, cercana a la gente. No es algo que surja de forma espontánea, es algo trabajado- Yo soy un chaval de pueblo que hablaba como hablaba y en la universidad y en la radio me enseñaron a intentar tener ese estilo más directo y es lo que intento practicar. No siempre se consigue, pero es muy interesante lo que dices porque efectivamente hay estudios que dicen que cuando se trasladan bulos, se están trasladando por gente que sabe perfectamente que el bulo es atractivo y además despierta un interés. El bulo es atractivo. Aquí nadie somos perfectos, todos cometemos errores. No venimos a descubrir nada. Con esa humildad y esa vocación de trabajar y de contar lo que hay.
Hay gente que considera que Cintora es el que nos va a contar la verdad y, por otro lado, tú nos estás diciendo también que hay gente a la que no le gustas y te etiquetan como un portavoz del llámalo Sanchismo, llámalo de izquierdas. ¿Son esos bulos los que han ayudado a etiquetarte de alguna forma así? ¿Y cómo te encuentras dentro de esa etiqueta? Ayer mismo os tiraron la cuenta en Twitter, no se sabe muy bien por qué.
Es cierto que todavía no hemos empezado y nos han suspendido la cuenta en X, que no sabemos por qué. Es muy llamativo. El programa no es Cintora. Como os estoy intentando explicar, hay un montón de personas detrás, entonces la gente de redes ha visto cómo nos han tirado la cuenta sin haber empezado.
He intentado renacer después de serios vaivenes profesionales
Luego, trabajando en un reportaje, una compañera reportera por ir simplemente a hacer su trabajo, que es preguntar y reflejar lo que estaba ocurriendo, le insultaron de una forma absolutamente condenable, agresiva, miserable por un energúmeno o varios. Y eso ocurrió y simplemente porque iba alguien a preguntar de la televisión pública. Es una persona que tiene su experiencia, que trabaja en medios diversos, a la que no se le ha pedido el carné, al igual que a nadie, a la hora de trabajar aquí. Una profesional. Y luego, respecto a mí, pues yo creo que ya no sé cómo explicar. Hay gente a la que le gusto más, gente a la que le gusta menos. Es ley de vida. Y yo lo único que prometo es trabajo, que es lo que me enseñaron a hacer desde muy pequeño. Creo que he intentado, digamos que renacer después de vaivenes profesionales, vamos a llamar serios, pero más serios los han sufrido otros. Me acuerdo de mi amigo David Beriáin, al que mataron en uno de los días en los que estaba en 'Las cosas claras' y tuve que contar en directo cómo habían matado a mi amigo y compañero de la universidad. Y el periodismo es eso.
¿Tú sientes que tienes que empezar este programa con una parte de déficit de decir, oye: 'Es que la gente me ha etiquetado de una forma que yo realmente no soy. Que yo vengo aquí, cuento las cosas, cuento lo que ocurre, informo de lo que ocurre, analizo como mucho de lo que ocurre, pero que yo no soy ni portavoz de nada'.
Yo tengo que hacer mi trabajo, que es un trabajo de intentar conducir esto de la mejor manera posible. Y cuando tú sales, yo al menos particularmente cuando salgo al directo, no estoy pensando en el que me critica de una manera u otra. Estoy pensando en que todo salga bien. Pienso en eso y luego ya pues, ya sabemos cómo está todo. Si se analiza mi trayectoria, se puede analizar que me quitaron en etapas de gobiernos distintos, de programas en momentos buenos. Esa es la realidad. ¿Dónde he trabajado? Pues he trabajado en la radio local, he trabajado bastantes años en la Cadena Ser. He estado en tertulias de Trece TV, he estado en tertulias con Ana Rosa Quintana, he colaborado cuando era mucho más joven con medios tan variopintos como estar trabajando en El Mundo. Y luego he estado en laSexta, he estado en Televisión Española. No sé cómo explicar, he estado en medios diversos.

Asaari Bibang, humorista de 'Malas lenguas'
Y luego mis ideas no las voy a ocultar, son las que tengo, pero el programa que hicimos en la televisión pública se podía ver, había gente de sensibilidades políticas muy diversas. Y fue un programa que tenía ese punto crítico. Si subía la luz, se contaba que subía la luz. Y si había que criticarlo, se criticaba que subía la luz. Y había que ver la posición del Gobierno, de la oposición y de las eléctricas. Y que entre el ciudadano y te cuente lo que le pasa porque sube la luz. Yo voy a intentar hacer eso. La gente que le gustará más o menos Y hay gente que ya te digo, que ya de entrada sin oírte ya dice que no le gustas.
Estuviste en el fútbol con Belén Esteban y María Patiño, ¿qué tal fue? ¿Qué te parecen tus nuevos vecinos? No sé si los conocías, y si va a haber algún tipo de sinergia porque vais a ir ambos a la misma hora.
Hicimos un acto promocional en el que fuimos al Estadio Metropolitano para intervenir en el intermedio, bueno en el descanso (risas). En 'El intermedio' intervendría muy a gusto, con el Wyoming. Fuimos gente de 'La familia de la tele', entró Andreu Buenafuente. Nos hemos visto en pasillos cuando hacíamos el programa de Cuatro de forma constante en aquel programa de Cuatro. Gente como Belén Esteban, Revilla, ahora mismo denunciado por el rey emérito. Podía coincidir con Pedro Piqueras, al que desde aquí envío un abrazo. Podía coincidir también gente con Pablo Iglesias, con una monja llamada Sor Lucía Caram, pero también con Francisco Granados, que luego nos lo metieron en la cárcel por corrupto. Con todas estas personas podíamos coincidir en los pasillos de Mediaset. Así es la televisión, hay información, hay entretenimiento y es lo que hay. Yo intento llevarme correctamente con la gente.
¿Qué crees que hace que el bulo sea tan atractivo? Se habla de que el bulo atrae mucho, ¿pero por qué?
He intentado explicarlo. He escrito un libro incluso que se llama 'El precio de la verdad' que habla bastante de esto. Y tiene varios puntos por los que el bulo puede ser atractivo. A veces el bulo es especialmente espectacular, especialmente llamativo. Por lo cual despierta más la atención. Y luego, otro aspecto que hay, si solo lo cuenta una determinada gente, hay una comunidad que se retroalimenta en torno a eso. Y el algoritmo a veces lo facilita. Gente que cree, por ejemplo, que el gobierno está derribando embalses para favorecer la Agenda 2030. Esto está circulando Y hay gente que se lo cree. Y lo ven como interesante una conspiración para destruir pantanos. Y hay otras. Yo, por ejemplo, he oído 'Ayuso lleva un pinganillo por el que le dicen permanentemente lo que tiene que decir'. Pues, hombre, Ayuso en un pasillo en la Asamblea de Madrid dudo que desde un punto remoto le estén diciendo con un pinganillo lo que tiene que hacer, ¿sabes? Yo sí, un pinganillo en un programa de televisión, todos sabemos que se puede llevar un pinganillo Le digo un poco por decir cosas variopintas.
Es intolerable cuando las líneas editoriales atacan al colectivo LGTBI
Uno de los principales objetivos de este programa es comunicar con rigor. ¿Crees que todavía sigue existiendo un periodismo independiente y crítico?
Debe existir. Líneas editoriales hay en los medios de comunicación y debe haberlas. Desde mi punto de vista, lo que es intolerable, es cuando las líneas editoriales, por ejemplo, atacan al colectivo LGTBI, atacan a las mujeres, ensalzan la dictadura, dicen que el cambio climático no existe. Eso ya no es una línea editorial, a mi modo de ver, eso ya es mentir. Pero líneas editoriales tiene que haber, tiene que haber líneas editoriales de izquierda, de derecha, de centro... Y gente que tiene una sensibilidad económica socialdemócrata, comunista, liberal. Hay que intentar que estén representados en una mesa y es lo que he intentado hacer Los programas que hemos hecho. Y luego hay periodismo de todo tipo, hay periodismo rosa, periodismo deportivo, periodismo cultural, pero hasta en eso tiene que haber un punto crítico. Sí que es cierto que tiene todo el sentido que lo digas porque a veces pienso yo que en el periodismo a veces como que intentan que tengamos miedo a contar determinadas cosas.
A veces intentan que tengamos miedo a ser críticos, pero es lo que debemos ser. El periodismo es un pilar fundamental en cualquier democracia. Tiene que contar lo que está mal. ¿Para qué? Pues no con un afán destructivo, sino para intentar que mejore, para intentar que tomen nota aquellos que tienen que intentar mejorarlo. ¿Y el punto crítico es ser pesimista? No, mentira, es enormemente optimista, porque tú cuando señalas lo que está mal, primero, estás teniendo un acto de atrevimiento por contarlo, pero también porque quieres que mejore. A veces intentan asociar crítico a pesimista, peligroso o incisivo, pero el periodismo de por sí tiene ese componente crítico.

Jesús Cintora vuelve a RTVE para presentar 'Malas lenguas' en La 2
¿Y te preocupan las audiencias en La 2? Hasta ahora siempre ha sido cultural, ahora va a tener un enfoque político, no sé si te preocupa en ese sentido.
He hecho programas diversos y me han quitado de programas que iban maravillosamente bien, esto ha ocurrido. Lo de las audiencias es maravilloso y créeme que tengo experiencias y más de una en las cuales el programa iba muy bien en audiencias y me quitaron. En este caso, con toda la humildad del mundo, digo que vamos a un espacio de una cadena y una franja en la que no hay costumbre, no hay hábito de ver el contenido que vamos a hacer, con lo cual pido esa paciencia de picar piedra. Hay gente que se cree que en 'Las mañanas de Cuatro' siempre hacíamos 12%, pero empezamos haciendo 5% y pico. Ahora miro atrás, y yo era muy joven y no era consciente, y fuimos creciendo de una forma paulatina muy rápida. La 2 es un canal con índices de audiencias más bajos, pero para mí es una gozada poder hacer un programa en La 2. Voy pensando en hacerlo lo mejor posible para que lo vea la mayor gente posible. La idea es crecer, ojalá que permitan crecer y el formato tiene elementos distintos para intentar que encajen, que fluyan. No es un reto para decir: 'Vamos a hacer mogollón de audiencia'. No, no lo es.
¿Ganar a laSexta o Cuatro es un objetivo?
La vedad que ni me lo planteo porque es una cadena que tiene otros índices de audiencia. Os pido realismo en este sentido. Es otra franja que no tiene esa costumbre y es un reto. En este caso, ojalá dejen trabajar, quiero hacerlo de la mejor manera posible y en equipo. Con un programa que sea digno, no vengo a descubrir nada. Intentaremos hacer servicio público y no hay ninguna pretensión especial. Somos solamente un programa de televisión, no somos nada más.