Se acerca el primer aniversario de la muerte del actor Robin Williams y su suicidio sigue presente entre sus familiares y seguidores. Williams se quitó la vida el pasado agosto y ahora se han dado a conocer las notas que el protagonista de "El club de los poetas muertos" fue dejando por su casa, a la vista de todos, anunciando sus intenciones de suicidarse. "Es hora de irse" o "he terminado con todo" son algunos de los mensajes que colocó estratégicamente por su hogar para que su esposa e hijos los encontraran.
Williams sufría una gran depresión desde que le diagnosticaron Parkinson, enfermedad que, según comentaron sus conocidos, lo empujó al suicidio a los 63 años. Según los informes de la policía, Robin llevaba tiempo pensando en suicidarse y antes de morir estrangulado con su propio cinturón, el actor buscó el método más eficaz para suicidarse, como por ejemplo utilizando ansiolíticos. De hecho, según los informes preliminares, el actor tenía cortes en la muñeca.
Una infancia triste
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El actor decidió entregar a un amigo su colección de relojes la noche antes de suicidarse. Su círculo más cercano asegura que desde que le había sido diagnosticado el Parkinson estaba bajo "muchísimo sufrimiento emocional".
La enfermedad y la depresión terminaron con una vida especialmente marcada por su carrera profesional, pero bajo la eterna sonrisa de Hollywood se escondía un hombre atormentado que había crecido en una familia con mucho dinero pero sin el cariño de sus padres. Él mismo definió a su madre como una adicta a la moda y a su padre como un empresario siempre ausente.
