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El programa 11 de 'MasterChef' nos dejó muchas emociones y, además de ello, a los semifinalistas. Como en todos los programas, un concursante tenía que abandonar las cocinas. Este concursante fue Emilio. El toledano, muy querido por el público por su gracia y su actitud, fue el expulsado de la noche. Sin embargo, pasaron muchas cosas más durante el programa, incluso al principio estuvo a punto de obtener el delantal dorado que le hubiera dado el pase directo a esa ansiada semifinal.
La noche comenzó con la visita de Ruth Lorenzo, quien volvía a las cocinas como invitada y exconcursante de 'MasterChef Celebrity'. La artista hizo un juego con los aspirantes en el que tuvieron que adivinar las canciones que sonaban para conseguir unas cajas misteriosas que contenían los ingredientes con los que iban a tener que cocinar los platos de su primer cocinado. Además tendrían una ayuda muy especial, la de sus familiares.

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En este primer cocinado uno de los mejores fue Emilio, que cocinó junto a su madre Benedicta, quien al marcharse le entregó la Virgen del amor de Dios. "Para que tenga buena suerte", decía, pero ni ese amuleto le pudo salvar. La otra aspirante que peleó por ese delantal dorado en el primer cocinado fue Bea. A ella le acompañó su padre, Eusebio, quien disfrutó mucho junto a su hija y, además, consiguió que se llevara ese pase directo a la semifinal.
Tras este primer cocinado, los aspirantes se marcharon a Alicante donde tuvieron que hacer frente a un cocinado sin capitanes en esa prueba por equipos, en la que Bea pudo elegir a sus compañeras por haber sido la mejor en la prueba anterior. Ella eligió a Gabriela y Elena, quienes formaron el grupo rojo. Por el otro lado, Emilio, Ana e Ismael formaron el equipo azul, que perdió por una gran equivocación por parte del valenciano, quien metió al horno unos pichones que debían de ser sellados en la sartén. Ni Pepe Rodríguez pudo salvar el plato y fueron condenados a la prueba de eliminación.

Emilio no consigue salvarse
En la prueba más difícil de la noche y en la que los concursantes se juegan todo, les visitó el chef Jordi Bordas, fundador de la escuela de pastelería en Barcelona, que lleva su nombre, y primer español que ha conseguido ganar la Copa del Mundo de Pastelería. Los aspirantes debían de recrear una tarta del chef en 120 minutos. Emilio fue el primero en presentar su elaboración. "Lo suyo es una tarta y lo mio una ñarta", decía el toledano. A pesar de ello, los chefs le dijeron que aunque no era igual estaba buena.

Tras él pasaron Ana e Ismael. Ana fue nombrada como la mejor de la prueba e Ismael, por su parte, había sido felicitado por su perseverancia y por poder haber sacado un postre bastante parecido al original, con sabores muy conseguidos. De esta manera, el peor de la prueba fue Emilio, quien tuvo que abandonar las cocinas de 'MasterChef 13', dejando así a Gabriela, Bea, Elena, Ismael y Ana como los semifinalistas oficiales del talent show producido por Shine Iberia.