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El cuarto programa de la décima edición de 'MasterChef' tuvo una esperada doble expulsión después de que la semana pasada el jurado decidiera que el nivel era tan similar que no iban a eliminar a nadie. En la primera prueba, los concursantes se jugaban los tres pines de la inmunidad, pero también la expulsión directa, por lo que la competitividad estaba más fuerte que nunca. Finalmente, María Lo, Verónica y David consiguieron este privilegio, mientras que Iván fue el expulsado.
Los buenos resultados de Verónica y María Lo les llevaron a tener una actitud de "sobradas", tal y como calificaron los jueces. Ambas tomaron el control de sus equipos, pese a que ninguna de ellas era la capitana, puesto que dos cocineros profesionales eran quienes asumían los mandos. En el caso de Verónica, esto provocó un enfrentamiento con Claudia y Yannick y una posterior declaración que poco ayudaba a sembrar la paz.
La prueba de eliminación trajo consigo la elaboración de un plato típico británico. Sin embargo, algunos de los aspirantes no comprendieron lo que les estaban pidiendo y en lugar de utilizar ternera, emplearon otro tipo de carne, lo que jugó en su contra. Finalmente, Paula fue la expulsada, convirtiéndose así en la segunda eliminada de la noche.
