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Quinta gala de 'GH Revolution' 12 fotos
Un fallo técnico en 'GH Revolution' ha destripado a los concursantes de la casa de Guadalix de la Sierra la visita de Miriam, que regresaba este jueves a la casa para reencontrarse con los compañeros con los que había tenido una polémica despedida. Para ello, el programa había habilitado la "sala de los encuentros", aunque parece que la sorpresa se la han llevado de manera inesperada y a destiempo.
Al comienzo del programa, la gallega entraba en la sala secreta para esperar la llegada de sus compañeros mientras que Jorge Javier Vázquez le daba la bienvenida al concurso. Sin embargo, el resto de participantes escuchaban todo lo sucedido en la sala, atónitos, mientras se reunían en el salón de la casa.
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En ese instante, Jorge Javier se quedaba literalmente sin palabras durante varios minutos en los que se comunicó con Miriam a través de gestos. Los espectadores no entendieron lo que estaba ocurriendo hasta que, pasados unos minutos, el presentador lo explicaba entre risas en el plató, y la organización conectaba en directo con la casa para conocer la reacción de sus concursantes.
La demoledora despedida de Miriam
Cuando el pasado jueves la gallega llegó a plató, el programa emitió los vídeos donde se veía claramente que la chica se había extralimitado con Yanyang. Miriam supo asumirlo y, cuando vio que Maico Barzagui había malmetido en exceso, tuvo claro que en su despedida lo dejaría claro. "Simplemente decepción. Al resto de la casa que haga lo que quiera, a los míos les aconsejo que se separen de ti", le dijo Miriam.
Pero con el que más decepcionada quedó Miriam fue con Rubén. Con el chico ha estado tonteando casi desde que comenzó el programa. Ayer, ya en plató, Miriam pudo ver cómo el chico hablaba de ella como un trofeo, algo que le sentó realmente mal: "Hola Rubén, por decirte algo porque de los fantasmas ya me cansé hace tiempo. Por cierto, los machitos también pasaron de moda. Me alegro haberte ayudado a cumplir un sueño con 21 años que tienes", dijo Miriam ante la cara de estupor del joven gallego que no supo ni pestañear.
