Hablamos con Óscar Cornejo, el fundador de La Osa Producciones Audiovisuales (antes Fabricantes Studio y La Fábrica de la Tele) junto a Adrián Madrid, sobre su capacidad de reinventar géneros y formatos. Con títulos tan variados como 'Viajando con Chester', 'Todo es mentira', 'Cámbiame', 'La noria', 'Aquí hay tomate' o 'Sálvame', que se han hecho un hueco en la historia de la televisión española.
Tras su ruptura con Mediaset España, se lanzaron al vacío con 'Ni que fuéramos Shhh', una visión surrealista y audaz del clásico magacín, adaptado al universo digital y centrado en un grupo de personajes desterrados, posteriormente reemplazado por 'Tentáculos', para Ten y Canal Quickie. En los últimos meses, la productora lo intentó en RTVE con 'La familia de la tele' y lo logró con 'Malas lenguas', que anota buenos resultados en La 1 y La 2. Ahora volverán a reinventarse, una vez más, con 'No somos nadie', el formato que reunirá en el "pisito" de Ten y Canal Quickie a María Patiño, Belén Esteban y compañía.

Empezamos hablando de los personajes de las revistas del corazón y al poco tiempo fueron ella las que escribían de lo que hablábamos en la tele
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¿Cómo crees que han evolucionado los programas del corazón desde que comenzaste hasta la actualidad?
El mundo del corazón ha pasado más bien a ser el mundo de la televisión. Antes los personajes populares no lo eran por salir en televisión sino por otros motivos, porque eran de familias ricas, cantantes, actrices... Programas como 'Aquí hay tomate' desmontaron las vidas modélicas de ese universo y entonces la tele se da cuenta de que no tiene de qué alimentarse. Entonces la televisión creó casi de manera inconsciente a sus propios personajes. La evolución de la prensa del corazón es que han cambiado por completo los personajes de los que se habla. Con la llegada de Sálvame ya se convierte en un circuito cerrado. Paolo Vasile hablaba de la creación de un mundo sintético, una fábrica de personajes que eran reales, pero los había creado la tele y jugaban entre sí. Al final la evolución es esa, porque empezamos a hablar de lo que hablaban las revistas del corazón y al poco tiempo fueron las revistas las que hablaban de lo que hablábamos nosotros. No hemos salido de ese mundo, que en estos momentos se mueve en base a lo que genera la televisión, bien en programas como 'Sálvame' o bien en realities o talent shows. Es verdad que se consumen de manera más rápida, son personajes que se construyen con gran facilidad, pero también se destruyen igual. Ya no perduran en el tiempo, salvo algunas excepciones.
Este tipo de programas los puedes hacer con talento o con dinero
¿Qué papel jugaron 'Tómbola' o '¡Qué me dices!' en el nacimiento de 'Aquí hay tomate'?
Me incorporé a este mundo con 'Aquí hay tomate' y no era consumidor. Conozco 'Tómbola' del periodo que convivió con el Tomate, porque a nosotros nos daba la vida. Estábamos deseando que llegarán los jueves porque era tan surrealista lo que ocurría allí que nos alimentaba el programa. Creo que responde a un tipo de televisión parecido a 'Crónicas marcianas', en el que hay una sobreactuación muy interesante, en el mejor sentido de la palabra. Seguramente fue el germen de 'Sálvame', porque tiene ciertas similitudes, lo que pasa es que el nuestro era diario y el otro semanal. Tómbola era un programa en el que, hasta donde yo sé, el dinero condicionaba muchísimo los contenidos, que eso sí que ha vuelto actualmente. ¿Cómo es posible que el invitado soportase todo lo que le dijesen? La respuesta es el dinero y vuelve a ocurrir hoy. Se están manejando unas cifras que nosotros como productora nunca hemos visto y, por lo tanto, yo le quito mérito a lo que ocurre en esos espacios. Creo que este tipo de programas los puedes hacer con talento o con dinero.

¿Sería posible actualmente hacer un programa que cruzase tantas líneas rojas como 'Aquí hay tomate'?
Absolutamente imposible, porque la sociedad ya no así. Siempre he defendido que era un programa de humor, pero ahora costaría mucho más de entender y sería impensable.
¿Por qué desapareció 'Aquí hay tomate'? ¿Afectaron las denuncias?
Denuncias tienen absolutamente todos los programas, no conozco ninguno que no tenga. No creo que desapareciera por denuncias porque puedes tener muchas, pero se ganan y se pierden. Creo que acabó un ciclo. Aunque es verdad que diez días antes de que acabara se habló de cierto personaje del que ahora habla todo el mundo. No hubo ninguna denuncia por eso, simplemente acabó el programa. Si fue por eso o no, no lo sé. Se nos pregunta muchas veces por cosas que no sabemos, porque no somos los directivos ni los propietarios de la cadena que emite el programa. A ti te comunican que un proyecto continúa o no y te pueden dar unas razones, pero se pueden ajustar o no a la realidad. No te podría responder al por qué acabó, porque podría equivocarme.
¿Cómo nació 'Sálvame'? ¿Cómo cambió de la idea que teníais a lo que acabó siendo?
Queda raro hablar de dinero, pero creo que muchos de nuestros programas son consecuencia de los presupuestos tan pequeños que hemos manejado. Hay que remontarse al contexto: desde 'Aquí hay tomate', Telecinco hizo varios experimentos que no funcionaron y la tarde estaba completamente destruida. Como 'Supervivientes' les funcionaba, no les costó demasiado abrir un pequeño espacio en la tarde para comentar el reality, que probablemente no habría nacido si las circunstancias fueran otras. No tenían nada que perder y apostaron por un formato muy económico para comentar contenido que ya estaba hecho. Como productora sabíamos que, si construyes un programa para comentar un reality con fecha de caducidad, lo lógico es que tu espacio también la tenga. De eso éramos muy conscientes, pero el programa que se nos había encargado era ese, con un presupuesto concreto y unos colaboradores que debían analizar el reality. El margen que teníamos para hacer otra cosa que no fuera esa, era muy poco, pero sabíamos que si queríamos sobrevivir a 'Supervivientes' teníamos que arriesgarnos y lo hicimos.

No sé si es más ingenio o desesperación, pero cierto grado de escasez es interesante en la creatividad
Fue cuando creasteis vuestro propio reality.
Sí, pero en ese momento no lo sabes. Lo que hicimos fue fijarnos en los que teníamos y empezamos a ver que nuestro juego eran los colaboradores que venían. La elección de esos tertulianos era clave para que pudiesen ocurrir cosas y empezamos a jugar con ellos, dedicándoles más minutos a ellos y menos a 'Supervivientes'. Veíamos que la audiencia respondía. Inicialmente, la cadena nos pedía emitir el resumen entero y nosotros solicitamos que nos dejaran trocearlo. Todo esto fue una batalla, porque había trozos que ya ni emitíamos porque dedicábamos el tiempo a otra cosa. La escasez de recursos y la necesidad de sobrevivir hizo que empezásemos a mirar hacia dentro y no hacia fuera.
Esto también se puede extrapolar a 'Ni que fuéramos Shhh'.
No sé si es más ingenio o desesperación, pero cierto grado de escasez es interesante y necesario en la creatividad. Por distintas circunstancias, siempre lo hemos tenido. Incluso cuando nos iba muy bien teníamos una persona, que era nuestro consejero delegado, Vasile, que se encargaba de que no nos sobrara y nos faltara siempre. Él decía que nosotros habíamos logrado producir la hora más barata de televisión de Europa. Eso a nosotros nos enorgullecía, aunque es verdad que tiene su parte menos bonita al echar de menos tener medios y ver a la competencia con muchísimos más recursos. Es verdad que en aquel momento, donde nosotros ocupábamos con un presupuesto pequeñito cuatro horas, la competencia tenía que colocar cuatro productos. 'Sálvame' era más barato que uno de esos cuatro productos. Su rentabilidad era enorme y su resultado en audiencia mucho más.
Lo único que puede sorprender al espectador es que no sepan que? va a ocurrir
¿Qué papel juega lo imprevisible y ese caos hipnótico en vuestro trabajo?
Lo habéis vivido cuando habéis llegado al plató. De repente estabais dentro de un programa de televisión. Vosotros veníais solo a entrevistar a Belén Esteban y María Patiño. ¿Sabíamos que iba a ocurrir eso? No, pero tampoco nos importa, nos encanta que ocurran estas cosas. La televisión que nosotros entendemos o es imprevisible o te duermes. A nosotros nos gusta hacer una tele que lucha contra el aburrimiento constantemente y cada vez es más difícil. Creo que lo único que puede sorprender al espectador es que no sepan qué va a ocurrir en cada minuto y en casi todos los programas que hemos hecho no sabemos muy bien qué va a suceder, pero ni el espectador ni nosotros. Eso es una gozada para los que lo hacemos y entendemos así el medio, y también para los que lo ven.
No sé si os ha costado que los rostros de vuestros programas, como María Patiño, tengan claro que el objetivo principal es entretener y que lo mejor es abrazar el meme.
Siempre hemos intentado hacer una televisión honesta donde las personas que aparecen en nuestros programas intentamos que sean como son. Probablemente, la imagen que teníamos de María Patiño era de una periodista mucho más contenida, no te diré interpretando un papel, pero sí ajustándose a una función muy concreta. La María Patiño que vemos hoy es María Patiño, como la ves. Esto es algo que no es incompatible con su rigor y su manera de vivir la prensa del corazón. El hecho de que una de las características de nuestros programas sea su enorme extensión hace que mantener un rol o un papel tanto tiempo sea más difícil.

Con Rocío Carrasco tocamos el cielo y nos envían al infierno
¿Qué lugar ocupa 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' en la historia de La Fábrica de la Tele?
Es cuando tocamos el cielo y nos envían al infierno. Es el momento más importante y el único realmente trascendente de nuestra carrera. No vimos venir nada, ni lo bueno ni lo malo.
¿Crees que la polarización con los temas tratados en la docuserie fue el principio del fin de 'Sálvame'?
No, fue el principio del fin de La Fábrica de la Tele. La polarización ya estaba, quizás lo que nadie había detectado es esa polarización tan peligrosa en la que ahora vivimos y que un producto como este le venía muy bien a esta nueva sociedad.

¿Cómo ves con el paso del tiempo la retirada de anunciantes de 'La Noria'?
La televisión que triunfa siempre viene acompañada de polémica, es nuestra experiencia. Lo vivimos mal, sin llegar a entenderla. Con el paso del tiempo todavía la entiendo menos. Me pareció una injusticia, una caza de brujas alimentada por la competencia y un problema gravísimo de comunicación entre Mediaset y nosotros.
¿Cómo viviste la cancelación de 'Sálvame'?
Recuerdo que cuando acabó 'Sálvame' una de las cosas que se decían era: 'A ver qué inventan estos ahora y cómo sobreviven'. Y aquí seguimos y seguiremos. En aquel momento lo que te genera es muchísimo desconcierto, desengaño, decepción y dolor, todo con 'd'. Creo que Adrián y yo siempre hemos sido conscientes de que, a pesar de nuestros resultados televisivos o incluso económicos, nos hemos ido preparando emocionalmente para que eso acabara. Lo hemos hablado muchas veces y decíamos que, el día que acabase, lo haría de un día para otro. Lógicamente siempre asociábamos ese día a la salida de Vasile. Aunque por muy mentalizado que estés, cuando ocurre no estás preparado, porque es imposible prepararse para algo así por lo que supone. Hay un enorme agujero que se genera en tu vida a muchos niveles y gestionar eso lleva tiempo.

Tras ese final tuvisteis una aventura con Netflix, ¿qué balance haces de esa primera etapa de reinvención de lo que había sido 'Sálvame'? ¿Esperabais más de ese recorrido?
Cuando crees que no va a suceder nada, siempre hay alguien o algo que aparece y alivia tu situación o te genera un nuevo futuro. La primera empresa fue Netflix, con Álvaro Díaz, que inmediatamente después de que se conozca la cancelación de 'Sálvame' aparece y nos ofrece la oportunidad de trasladar nuestro universo en otro formato a una plataforma como Netflix, con '¡Sálvese quien pueda!'. La experiencia no pudo ser más positiva, como siempre lo bueno siempre sabe a poco y quieres más. Pero creo que estuvo bien y lo que no hizo Mediaset lo hizo Netflix, que fue darles a ellos una salida y un final digno. Probablemente 'Sálvame' acabó en Netflix, no en Mediaset, al menos como merecía.
Antes de llegar a Ten, ¿cómo lograsteis trasladar el espíritu de Sálvame al streaming con 'Ni que fuéramos Shhh'? ¿Contabais con que aparecería un canal lineal?
No, era un salto al vació, pero que nos podíamos permitir en ese momento. Es verdad que no lo podíamos sostener en el tiempo, pero entonces sí. Sabíamos que volver, nos daba de entrada volver a estar, tener el foco mediático y decirle al mundo que seguíamos vivos con ganas de seguir. No sabíamos dónde nos iba a llevar, pero sí creíamos tener muchísimo talento. Lo que no estábamos dispuestos era a encerrarnos en unas oficinas. Preferíamos que la gente que había seguido nuestro entretenimiento pudiera vernos, que continuara el reality y esa familia. Después, llegó Ten.

¿Seguiríais aquí si no hubiera llegado Ten?
No sé si estaríamos aquí ahora. Adrián y yo siempre nos hemos lanzado a la piscina con muchos proyectos. De los 90 y tantos que desarrollamos en Mediaset, muchos fueron por nuestra cuenta. Hacíamos el piloto y después íbamos a mostrarlo. Recuerdo habernos gastado 300.000 euros en producir 'La caja' cuando nadie sabía lo que era. Lo mismo nos paso con 'El comecocos' y un formato que nunca se llegó a emitir porque supongo que no estaban preparados. Se llamaba 'El precio del deseo', está todo grabado y guardado en un cajón. Ahora se habría emitido, porque hay un montón de formatos similares. Hace 15 años, el programa mostraba un viaje en un crucero con 8 chicos y 8 chicas jóvenes, donde el argumento era cuánto tiempo podían resistir sin caer en la tentación y tener sexo. Pero Paolo siempre ha sido reticente a espacios que fomenten la deslealtad y jueguen con ella. Se le ha acusado de muchas cosas, pero tenía sus límites. Fue en sus últimos años de mandato cuando dijo sí.
Tras el desenlace de 'Ni que fuéramos' llegó 'Tentáculos', ¿era importante mantener los lazos con Ten tras ofreceros su apoyo en los inicios de Fabricantes Studio?
Sí, sin duda. Ten fue clave en los primeros pasos de lo que hoy es La Osa. Nos dieron la oportunidad de mostrar nuestras ideas y creaciones en un momento en que era difícil encontrar un espacio para innovar. La relación con Ten ha sido siempre muy cercana y respetuosa, por lo que, aunque el ciclo de 'Ni que fuéramos' evolucionara, para nosotros era importante mantener esos lazos. 'Tentáculos' fue una forma de continuar esa colaboración, de seguir demostrando lo que somos capaces, pero también de mantener la esencia de lo que nos ha permitido llegar hasta aquí. Y aunque en la televisión todo cambia rápidamente, el apoyo de Ten en sus inicios nos marcó y, por eso, siempre será importante para nosotros.
Tras lanzaros como Fabricantes Studio, hicisteis un rebranding a La Osa, ¿qué motiva este cambio y que aspiráis a ser?
Queremos seguir divirtiéndonos haciendo televisión y creando formatos que permanezcan en el corazón de los espectadores. Aspiramos a consolidarnos como una productora independiente de referencia, capaz de marcar la diferencia con cada proyecto. Nuestro ADN siempre ha sido crear formatos innovadores que conecten con el público, y eso no va a cambiar. No tenemos miedo a experimentar, a cruzar géneros, a jugar con nuevas narrativas. ¿Queremos volver a hacer historia? Ojalá. Pero, sobre todo, queremos seguir haciendo lo que nos apasiona, ya sea en un plató gigante o en un pequeño estudio de barrio. La felicidad está en seguir creando, en seguir sorprendiendo y en seguir siendo fieles a nuestra manera de entender la televisión.
Esta nueva era profesional viene marcada por vuestro salto a RTVE con 'Malas lenguas' y 'La familia de la tele', ¿cómo vivisteis vuestra llegada a la pública?
Con responsabilidad, mucho respeto y muchas ganas. Venimos de un modelo donde trabajábamos en exclusiva para un gran grupo, con la seguridad y las inercias que eso implica. Ahora jugamos en otro tablero, donde cada cadena y cada plataforma tiene su propio lenguaje, su propio público y sus propias necesidades. Y eso nos obliga a reinventarnos constantemente, a ser más flexibles y más estratégicos sin perder nuestra esencia. La televisión está en un momento de cambio brutal y nosotros queremos estar en primera línea, explorando, innovando y divirtiéndonos con cada proyecto. El valor de una productora no está en dónde emite sus contenidos, sino en su capacidad para crearlos y hacer que el público los haga suyos. Porque si algo nos ha enseñado este camino es que la televisión no es de quien la emite, ni de quien la crea, sino del público que la hace suya. Y para ello, todos los proyectos necesitan tiempo.

¿Fue costoso trasladar el espíritu de 'Sálvame' y 'Ni que Fuéramos' a una cadena pública?
Hay diferencias importantes entre el tipo de contenido que solemos hacer en un entorno privado y lo que se espera en una televisión pública. En RTVE hay una mayor responsabilidad, una necesidad de cuidar mucho los contenidos, siendo más reflexivos con lo que transmitimos, pero también hay más libertad creativa de la que la gente piensa. Lo que nos ha permitido trasladar el espíritu de esos programas es la flexibilidad de los formatos y el trabajo diario para establecer un vínculo con el público, que es algo que no cambia, independientemente de la cadena. Estamos en un contexto diferente, pero siempre hemos tenido claro que lo importante es mantener la esencia: el tono, la cercanía y la capacidad de sorprender. Aunque no se trata de replicar lo que hicimos antes, seguimos trabajando para crear contenidos que conecten y se adapten a la demanda de los espectadores y la cadena.
¿Eres más feliz ahora como empresario y creador con esta libertad o lo eras más trabajando para Mediaset España?
Hemos sido muy felices en Mediaset y siempre estará presente en nuestras vidas. Hay días en los que siento que hemos ganado una libertad impagable y días en los que me pregunto si estábamos mejor antes. Antes éramos una gran productora dentro de un gigante; ahora somos un estudio independiente con el reto de abrirnos camino en un mercado más fragmentado.
Habéis pasado de ser considerados telebasura a formar parte de la cultura pop, llegando a espacios como 'La revuelta' o 'El hormiguero'. ¿Qué ha cambiado para que esto ocurra?
Esa pregunta te la debería hacer a ti porque nosotros somos los mismos. Los espectadores nos han seguido durante 15 años en todos los programas que hemos hecho, que tienen en común ese color y honestidad. Siempre decía que 'Todo es mentira' y 'Sálvame' eran muy parecidos, pero seguramente a ojos de otros dirán que no. Ambos tienen humor, show, cierta intrascendencia, la búsqueda de entretener... No sé qué es lo que ha cambiado, a nosotros también nos llama mucho la atención.
No sé si ha podido influir que cada vez habéis apostado más por el humor y menos por lo controvertido.
Podría sumarme a esa tesis, porque además nos viene bien y es como más guay. Pero no creo ni que antes fuésemos tan malos ni ahora tan buenos. Tengo la sensación de que el éxito hace que se construyan relatos y corrientes de opinión que se mueven desde fuera de los que hacemos el programa. ¿Ahora nos beneficia? Pues fantástico, pero somos los mismos.

Estamos viviendo un entristecimiento de los dos grandes canales de la tele generalista
¿Cómo ves la televisión actual?
Objetivamente, la veo mucho mejor que hace 20 años, pero básicamente porque hemos ganado tecnología, posibilidades y ventanas. Hay infinidad de contenidos que antes no había, muchas más posibilidades para elegir, numerosas plataformas... Pero ahora estamos viviendo un entristecimiento de los dos grandes canales de la tele generalista que son los que al final marcan la tendencia. Por distintos motivos y, pese a que son dos modelos diferentes, no me parece una tele sorprendente y luminosa. Quizás con la excepción de lo que está ocurriendo en TVE. Ojalá sean capaces de seguir el camino que ha marcado 'La revuelta' y acabe contagiando al resto del sector.
Salvando las distancias, ¿os veis reflejados en 'La revuelta'?
A simple vista sí parecemos similares. En esencia somos muy parecidos, pero los profesionales que lo hacemos somos distintos y, por lo tanto, el resultado es diferente. Ellos trabajan mucho la comedia y el guion, pero con una frescura que no se ve en otros programas. Nosotros jugamos más a la improvisación y la exposición continúa de las emociones. Son similares, pero con resultados distintos. Ojalá hubiera más espacios como el suyo. Lo que pasa es que da miedo la televisión imprevisible a los que toman decisiones, porque sienten que no la controlan y se ponen nerviosos.
¿Cómo te gustaría que se recordase a la productora?
Como la que ha sido capaz de evadir a millones de personas de sus problemas o de momentos difíciles en sus vidas.
La televisión imprevisible da miedo a los que toman decisiones, porque sienten que no la controlan y se ponen nerviosos
¿Hacia dónde irá la televisión en los próximos años?
La miro con optimismo, pero depende de los profesionales que hacemos televisión y de los que habláis de ella. Siempre digo que, aunque nos toquéis las narices, nos hacéis mejores. No soy de los que piensan que la televisión, tradicional y en abierto, esté agonizando. Agonizando están los que se encargan de insistir en que está agonizando. No, a la televisión le queda el tiempo que queramos los creadores de contenido, siempre que tengamos la suerte de que los directivos que realmente creen en la televisión no tiren la toalla.
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