Programación Atreseries

Todo son buenas noticias en el camping más animado del país: Lola ha entrado en una de sus fases de lucidez donde la bebida y el descontrol pasan a segundo plano. Ahora es una persona capaz, atenta, eficiente... y muy sexual. Tino, el churrero, va a ser el objeto del deseo de Lola, algo que va a tener consecuencias terribles para todos.

Ángel "sólo" once meses después de haber sido dejado por su novia vuelve a poner su corazón en el mercado sentimental. La desafortunada compradora, Valeria, es una amiga de Sandra, la doctora. Ni ella, ni Ángel podrán evitar la quiebra de esta arriesgada operación.

Además, ¡Los marqueses vuelven a sacar el Mercedes! El dinero para gasolina, aportado por Sonsoles, esconde un oscuro secreto. Y por último, Bobby consigue una cita con Candela. Esta lejos de ser la que él espera, seis amigas de ella les acompañan, pero es un primer paso para demostrar que puede ser el guiri de sus sueños.

Las actividades comunes de este camping no son las habituales, natación, futbito o carreras de sacos por parejas. Aquí se lleva otro rollo, más divertido.... Y esta semana toca decisiones equivocadas.

Bobby, dispuesto a ganarse a Candela como sea, decide regalarle una joya. Pero le encarga la compra a José Luis, el marqués, lo que va a terminar costándole, literalmente, la propia salud.

Dulce en su afán por boicotear la relación de su madre con Tino, el churrero, financia a los hijos de éste sus gamberradas. Pero la jugada no podía salirle peor: Tino y Alicia, por una sucesión de casualidades, terminan pronunciando la palabra boda... Dulce quiere morirse.

Y por último, Ángel y Sandra que, en empeño en emparejar a Jorge, van a terminar no con una, sino con dos consecuencias insospechadas: la atracción entre ellos comienza a hacerse irresistible... y Jorge, por fin, sustituye a su ex por otra chica, aunque nadie podía imaginar que se tratara de... ¿Eli?

La relación entre Sandra, la doctora, y Ángel está comenzando a construirse, pero lo hace sobre bases muy sólidas: divorciada con dos hijas, ella; ligón incapaz de comprometerse, él... y un montón de vecinos entrometidos rodeándoles a todas horas... la cosa no puede ir mejor.

Otra relación con "muchas" probabilidades, es la de Jorge, el pijo y Eli, la conserje. Una caída en la ducha, obliga a Eli a cuidar de Jorge hasta que se reponga del "terrible" dolor de espalda que sufre.

Y para rematar el bonito cuadro de esta semana, otra pareja, ésta de prometidos. Alicia, la peluquera, y Tino, el churrero, tienen que empezar a solucionar detalles de cara a su inminente boda. Tino experimenta un considerable agobio por un "pequeño" problema de última hora en la que acaba de reparar: quizá sería buena idea divorciarse de su anterior mujer antes de volver a comprometerse.

Mauri le da un ultimátum a su novio: o sale del armario o le deja. A Emilio le da un ataque de apendicitis y tiene que ser ingresado en el hospital. Juan busca un sustituto para hacerse cargo del edificio y contrata a Amador, un atractivo y competente hombre del que se enamoran Concha, Vicenta y Marisa. Los vecinos están tan contentos, que deciden despedir a Emilio para quedarse con Amador. Al final, el nuevo portero se ve tan presionado por las mujeres que renuncia a su puesto y Juan tiene que contratar otra vez a Emilio.

Mauri encuentra una revista porno en un cajón de Fernando. Cuando le pregunta, éste le dice que es de Armando. A cambio de decir que es suya, Armando le pide la casa para quedar con una chica, pero Mauri llega y sorprende a la mujer con su albornoz. Cuando Mauri le pide explicaciones a su novio, tiene que confesar que se lleva la revista porno al trabajo porque están empezando a surgir rumores sobre su homosexualidad. Mauri le da un ultimátum: o sale del armario o le deja.

Paco, José Miguel y Roberto presionan a Emilio para que se acueste de una vez con la cartera o se convertirá únicamente en una amigo para ella. Lucía y Alicia se enfadan con los chicos porque Belén lo está pasando muy mal y les piden que eviten que ocurra nada entre el portero y Rocío.

Por su parte, Emilio cada vez está más enamorado y planea organizar una cena en su casa con Rocío, pero para ello se tiene que deshacer de su padre. Aprovechando que Mauri busca compañero de piso, hace lo posible para juntarles. Como no consigue estar tranquilo, decide llevarla a un hotel y allí consumar la relación.

La convivencia entre Mauri y Mariano es un desastre hasta tal punto que el chico trata de echar de su casa al padre de Emilio, pero él, ahora que ha descubierto lo que es la buena comida y todas las comodidades que tiene Mauri, se atrinchera en la habitación y no quiere salir.

Por último, Andrés le hace pensar a Paloma que sus diseños son lo mejor del mundo y propone a Juan y a su esposa que monten por fin el negocio. A pesar de las reticencias de su marido, Paloma se gasta todo lo que tienen ahorrado en comprar telas y máquinas de coser... pero Andrés no consigue vender nada, así que convence a todos para hacer un desfile "ilegal" colándose en un pase de modelos para enseñar la firma 'PUF' (Paloma Urban Fashion).

El equipo de la detective Rush encuentra unos huesos enterrados hace más de 50 años. Los restos pertenecen a una mujer que falleció el 30 de octubre de 1938. La muerte de la joven ama de casa se produjo el mismo día en que se emitió por radio La guerra de los mundos de Orson Welles. Lo único que encuentran junto a los huesos es un ticket roto con varias iniciales.

El cuerpo de un niño aparece en un congelador de un local, pero le falta el dedo índice. El equipo de Lilly comienza a investigar el caso y descubren otros tres niños asesinados en las mismas circunstancias, lo que significa que los policías se enfrentan a un asesino en serie. La conexión que tienen todos los niños que han muerto es su afición al mismo videojuego.

El equipo de Rush reabre el caso de la joven Samantha, que falleció en 1963. Los primeros indicios señalan que la chica se suicidó, pero un testigo asegura que se trató de un asesinato. Al comenzar la investigación descubren que la joven aparentaba ser un chico, por lo que era objeto de continuas burlas por parte de sus compañeros de instituto.