Las rencillas entre María Antonia Pérez Sánchez, el nombre real de la vidente Aramís Fuster, y su casera continúan. La bruja, desahuciada recientemente aseguraba que la razón de su desgracia era que su casera se había encaprichado de ella y la había acosado sexualmente: "Mi desahucio es la venganza de una señora, denunciada por mí ante los Mossos d'Escuadra por acoso sexual. Mi casera se encaprichó de mí. Me llamaba a todas horas, venía a casa de madrugada, pero no soy lesbiana. Entonces descubrí que el despecho puede ser horrible".
A raíz de las declaraciones ofrecidas, la casera de la casa de la que fue echada la bruja ha decidido dar su versión de los hechos. Ratifica que Fuster se fue sin pagar 15 mensualidades, sumando una cifra de 6.000 euros, y que al marcharse de la casa habría dejado una "escoba voladora", habitaciones selladas con silicona y muebles y puertas pintados un spray rosa. Además, en relación a las acusaciones de acoso sexual, asegura que Aramís miente y que es todo un montaje.

Un desahucio lleno de verdades y mentiras
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Ante la orden de desahucio, la vidente y exconcursante de 'Hotel Glam' intentó posponer su salida de la casa de varias maneras. La bruja llegó a alegar desde un accidente cuyas heridas la mantenían postrada en una silla de ruedas hasta una discapacidad del 52%.
Tras acumular más de 18 meses sin pagar a sus arrendadores, y a pesar de las alegaciones, los intentos de posponerlo fueron frustrados y Fuster fue obligada por la comitiva judicial a abandonar la vivienda para que fuera devuelta a sus propietarios.