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En la Navidad del año 1808, Napoleón tuvo que pasar la noche en el convento de Santa Clara de Tordesillas. En el mismo convento las tropas napoleónicas tenían apresados a tres hombres: el cura de Tordesillas y dos españoles acusados de espiar los movimientos franceses en la zona. Según la historia, la intervención de la abadesa convenció al Emperador de perdonar la vida a los tres hombres... Pero llegan noticias al Ministerio de que la abadesa ha muerto antes de tiempo. La muerte de estas tres personas no sería tan determinante, si no fuera porque uno de ellos es antepasado de Adolfo Suárez. Si la historia cambia y Napoleón les ejecuta, Adolfo Suárez no nacerá. El problema es buscar a alguien que pueda hacer de abadesa... Y la elegida es Angustias, la secretaria.

Durante una misión en el año 1918 para asistir al nacimiento de Carmen Amaya, Irene cae enferma por culpa de la gripe española. El doctor Vargas, que la acompañaba en la misión, decide volver al Ministerio sin ella siguiendo el procedimiento habitual. Sin embargo, Susana Torres, nueva subsecretaria, ordena que la traigan de vuelta. Con ello, todo el Ministerio quedará a merced de una enfermedad que en su día generó millones de muertos y que no tiene vacuna.

El Ministerio se ve obligado a cerrar sus puertas para no extender la enfermedad a través de los tiempos. Dentro, la gripe comienza a cobrarse sus primeras víctimas. Y Susana Torres comprobará que no es tan fácil como creía gobernar el Ministerio.

España comienza a cambiar, se viven tiempos de transformación y apertura. Cambios que también se reflejan en Antonio y Mercedes, que empezarán a ampliar su círculo de amistades dentro de las clases pudientes y adineradas. Después de que Antonio terminara el encargo de Rafael Prieto en la imprenta, con un excelente y magnífico trabajo, éste decide premiarle invitándole a asistir a una reunión de alto “standing” en su propia casa.

Cuando todo parecía volver a la normalidad, la representación de Inés en el estreno de su obra de teatro “El Burlador de Sevilla”, vuelve a traer las preocupaciones y los quebraderos de cabeza al seno de la familia Alcántara. Esto causará más de un disgusto y desasosiego en sus padres y su marido Eugenio, que a pesar de su indulgencia, tampoco ve con buenos ojos, la participación de su esposa en este espectáculo.

Tras su marcha a Portugal, Toni regresa al hogar, aunque no será por mucho tiempo. Antonio y Mercedes comprueban cómo poco a poco se van sus hijos de casa, lo que les causa un cierto desconsuelo. A esto hay que sumar además, la marcha de Inés de la boutique, cuando comenzaba a prosperar y a remontar el vuelo, provocando el irremediable regreso de Pili a "Meyni".

Y es que tarde o temprano, los hijos se van, buscando su propio camino. Como el joven Carlitos, que parece haber encontrado en el cine, el suyo. Con su nueva cámara tratará de sacar partido a su nueva afición por todos los medios, aunque eso sí, no con mucho acierto ni fortuna. No obstante, sí que conseguirá provocar el enfado de ciertas personas del barrio, pilladas in fraganti por el objetivo de la Super 8, en alguna que otra situación comprometida. Entre ellas, la abuela Herminia, algo escandalizada últimamente por la llegada del “destape”, que parece estar presente en todos los medios de comunicación y en todos los rincones del barrio, incluso en el pequeño kiosco de Cervan.

Antonio y Mercedes conseguirán nuevas amistades que les ayudarán a prosperar en sus respectivos negocios y que llevarán a la familia Alcántara camino de una época llena de bonanza económica. Mientras tanto, los problemas en la relación entre Inés y Eugenio no dejarán de crecer, haciéndose cada vez más evidente el distanciamiento entre ambos.Y es que, aunque dos duerman en la misma cama, pueden llegar a estar muy lejos el uno del otro. Por el contrario, Carlitos aunque en la misma habitación pero durmiendo separado de su amada Karina, le parecerá encontrarse muy pero que muy cerca de ella. Pero en esta ocasión sus dudas y la siempre amenazante abuela Herminia, se van a encargar de que la distancia medie siempre entre ambos, para desdicha del pobre Carlitos cada vez más preocupado por el tema de las chicas.

Ni los nuevos superpoderes que cree poseer Carlitos, ni tan siquiera el hecho de que el colegio amaneciese envuelto en llamas, van a librarle de los complicadísimos exámenes finales. Y es que la más que temida sospecha, de que tal vez, tenga que pasarse estudiando una buena temporada este verano, comienza a planear en la cabeza de Carlitos.

Por otra parte, Toni tras su regreso de tierras portuguesas adquirirá una nueva visión política que hará cambiar por completo su forma de pensar y la de su nueva compañera de piso, Luz. Los dos piensan que el camino que siguen sus camaradas de la LCR no es probablemente el más adecuado. Esto les provocará ciertas dudas sobre sus métodos de actuación, obligándoles a tomar una importante decisión en el preciso momento en que tienen algo importante planeado.

Sin embargo, en ocasiones, las cosas no son lo que parecen, lección que pronto aprenderán Antonio y Mercedes. Y es que, como dice doña Herminia, las alegrías siempre duran poco en la casa del pobre.